Esta entrega la escribo no exenta de emotividad. Ocurre que tuve la suerte de ser testigo de excepción de un acontecimiento histórico para el Cine dominicano. Se trata de la ceremonia de entrega de los premios a los ganadores del primer concurso de FONPROCINE 2012.
Esta acción de DEGCINE y del Ministerio de Cultura era esperada con mucha ansiedad, y con cierto escepticismo, por todos aquellos que amamos la actividad cinematográfica del país. Que dicho sea de pasada, está dando demostraciones espectaculares en materia de realizaciones cinematográficas. No se sorprendan si en un tiempo no muy lejano, nos convertimos en una potencia mundial de Cine. Talento y preparación hay. Tendremos que mejorar algunos aspectos claro está; pero en eso estamos.
En el evento de marras se entregaron cuatro premios de trescientos mil pesos para cuatro Cortometrajes, a cada uno; cuatro premios de un millón de pesos para cuatro Mediometrajes, a cada uno; y cuatro millones de pesos para dos Largometrajes, a cada uno.
¡Qué acontecimiento tan importante y trascendental! ¡Qué mensaje estamos enviando al país y al resto del mundo: el Cine para nosotros es una actividad artística y cultural de primera necesidad!
El jurado que eligió los proyectos fueron: Tanya Valette, Luis Arambilet, José Rafael Sosa y Emily Michel.
Ganadores de los Cortos:
Katherine Bautista, Fernando Medina, Reyvin Jáquez y Arturo Báez.
Ganadores de Mediometrajes:
Carla Jovine, María Isabel Martínez, Felipe Esteban y Martín López.
Ganadores de Largometrajes:
Laura Amelia Guzmán y Francisco Valdez.
Al finalizar el acto de proclamación escuché, también emocionado, a Ellis Pérez (Director General de DEGCINE) ponderar la acción de la que fuimos testigos como una manera de impulsar nuevos talentos en nuestro Cine. ¡Qué bien! ¡Eso garantiza un futuro que se abre pasos para hacerse presente!
Cabe resaltar, como ponderó el cineasta Alfonso Rodríguez (Presidente de ADOCINE), la mayoritaria cantidad de mujeres nuestras que resultaron ganadoras con sus proyectos. Sé de cineastas que pensaban antes que las mujeres no tenían futuro aquí como realizadoras de Cine. Lo que está ocurriendo demuestra, una vez mas, que nuestras mujeres son iguales de exitosas que cualquiera… en cualquier actividad nacional.
No crean que eso es una casualidad. Aquí hay una tradición social que demuestra la participación histórica de nuestras mujeres. En ese sentido me permito recordar que cuando llegaron a “visitarnos” los europeos, encontraron que había por lo menos dos mujeres cacicas en la isla. Una de ellas, Anacaona, fue tan temida por los españoles que la atraparon, juzgaron y condenaron a la horca. Siendo ella la primera mártir de estas tierras. Ah, Anacaona era también una gran artista.
El rol de nuestras mujeres en las luchas independentistas, a pesar de que para la época la sociedad era bastante machista, fue de importancia capital. Recuerden que María Trinidad Sánchez fue ejecuta por Santana (exactamente cuando nuestra independencia cumplía un año) acusada de traición por los verdaderos traidores de la Patria.
Y no olvidemos que en aquella guerra de la dignidad, como fue la Revolución de Abril, nuestras mujeres estaban también presentes.
¿Ven como no es para nada casual el nivel de importancia que tienen nuestras mujeres en el acontecer social, histórico, cultural y político de nuestro país? No. No lo es.
En otro tenor, Alfonso comentó en el acto que para su próxima película utilizará unas instalaciones de Cine que están haciendo en Quitasueño. Se trata de un estudio profesional netamente dominicano en el cual se harán hasta barrios o ciudades, exclusivamente para hacer películas.
Les reitero que lo que está sucediendo aquí con nuestro Cine es gratamente espectacular y esperanzador.
Insisto en decir que si queremos que esto continúe debemos empujar el carro del Cine en una sola dirección. Que el truño de algunos evolucione hacia el aplauso y al reconocimiento del Otro. Es lo justo y conveniente.
¡Estoy contento! Pero ni modo tengo que concluir por hoy: ¡Telón! Perdón… debo acostumbrarme a decir de vez en cuando: ¡Corten! ¡Se imprime!