Resulta llamativo el término “ganadería electoral” y hasta cierto punto peyorativo, pero lamentablemente esa es la visión que tienen muchos de nuestros políticos de los votantes, a los que ellos llaman de manera elegante como “voto cautivo” y fiel a los lineamientos partidarios.
He dicho en varias ocasiones que el concepto derivado de la filosofía política de la “representatividad” del pueblo, o la decisión soberana del pueblo de delegar el poder en el liderazgo político que lo representa está en graves cuestionamientos no solo en el país sino en toda América Latina.
Es preciso recordar que la representatividad tiene categoría constitucional y desde el proyecto duartiano, existe una norma de cómo debería ser el gobierno de la nación establecido en su artículo 4 que dice: El gobierno de la Nación es esencialmente civil, republicano, democrático y representativo.
Disponemos de un sistema político-electoral que no ofrece oportunidades a liderazgos emergentes que pudieran ser una opción en cualquier momento. Nuestro sistema electoral (no obstante tener una Junta Central Electoral que hace los esfuerzos posibles por hacer elecciones claras y transparentes), tiene un mal sistémico.
Este mal está en el hecho de que a los votantes se les trata como “ganado”, aunque sea un término pintoresco y peyorativo es así. Algunos líderes políticos creen pueden mover su “ganado de votantes” de aquí para allá tal como se hace con el ganado a su antojo, en base a negociaciones aposentadas de acuerdo a sus intereses.
Como dice un refrán para “muestra sólo hace falta un botón” son los masivos cambios de colegios electorales en los votantes para cambiarlos de lugar y así favorecer a determinados candidatos. El presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario expresó que ese organismo detectó que los traslados involucran a 16 provincias, siendo la más notoria Pedernales.
Asimismo, Rosario alertó que de 487 mil 658 personas que hicieron cambio en su dirección en el proceso de cambio del documento de identidad y electoral, unas 22 mil 590 han regresado a la JCE para efectuar nuevos cambios.
Esa situación aunque no se le ha dado la importancia debida, reviste suma gravedad: pues existiría la posibilidad de que personas que vivan en el municipio de Pedro Brand por ejemplo, decidan sobre comunidades relativamente lejanas como el Municipio Santo Domingo Este, por ejemplo.
Asimismo es sintomático el hecho de que en provincias donde las decisiones se toman con poco votantes como es el caso de Pedernales decidan votantes que no sean de esa comunidad, por lo que los líderes políticos que resulten “ganadores” tengan poca o ninguna legitimidad.
Se hace urgente y necesaria una ley de partidos políticos que resuelva las graves fallas de que adolece nuestro sistema electoral, para que algunos de nuestros políticos no se conviertan en “ganaderos electorales”.