Los personajes del carnaval, recupera el protagonismo popular de personajes folklóricos y pintoresco que son emblemáticos en determinadas sociedades o comunidades: Cambumbo, Sacateca, Barajita, el Ciensiólogo, y otros de la capital de la del país, que, si ser ellos los únicos, los menciono o como referentes de su importancia en la memoria social de los grupos humanos y como parte de su propia historia.
Los personajes no son solo localistas, los son también nacionales y con historias particulares como el papelón, Robalagallina, Califé, La muerte en jeep, el Oso Pempen, y otros personajes que suelen representar situaciones locales de personajes destacados en comunidades y que traídos como sátira, se convierten en protagonistas que los recupera y los reivindica, como persona, es que, si bien son motivos de risas, son parte de las historias y la memoria social de mucha gente.
Son estos personajes, comentarios obligatorios en las llamadas historias locales y que sin ellos se cuenta a medias un guion. Estos personajes son pintorescos por los intereses diversos que los caracteriza, por lo jocoso de muchos de sus comportamientos y por lo satírico de la historia. Esta vez no es una sátira sarcástica, sino más bien sana, burlona o cuando no, de reflejo de un paisaje urbano o rural contado a través del personaje.
Los pueblos tienen sus propios griots o trovadores de sus historias, llenos de fantasías e imaginación, pintoresco y folklóricos por sus llamativos comportamientos. Para muchos de sus correligionarios, el recuerdo del pasado perdido en el tiempo, se captura fácilmente a través de estos personajes que llevados al carnaval, se sobredimensionan su papel en la cultura de las localidades de origen.
Personajes del carnaval son quienes dan teatralidad al mismo, pero también asume hechos del pasado para recrearlo a través de personajes que se desvirtúan en su representación, para provocar al público, pero se hacen acompañar de colorido, ritmo, parlamente, escenificación, y de una gran capacidad creativa e imaginativa.
La tradición envuelve la escogencia de estos personajes, pero también la fantasía misma dado que muchos de estos personajes son de historias recientes, recuerdo la presencia de Fidel Castro, Hugo Chávez, Sadan Hussein, Bin Laden, Donald Trump el reciente electo Presidente de los Estados unidos.
Ellos son personajes que por su actualidad, además d enriquecer el carnaval, recrear sus personajes tradicionales, expresa un sentido altamente crítico de la historia reciente. Sátira, crítica social e imaginación convierten a comparas y personajes en un desafío recurrente de su portadores, cada personaje tiene su libreto y por tanto se improvisa desde la realidad misma, desde la cotidianidad de sus historias, agregando el portador, lo picaresco, lo satírico y lo burlesco como parte de la representación, dándole sabor, a veces picante, al carnaval.
Vemos con preocupación que muchos personajes tradicionales del carnaval han ido ausentados de éste. Los sustituyen nuevos protagonistas modernos que son la expresión de la globalización, pero en desmedro de aquellos personajes clásicos que dan identidad e historia a nuestro carnaval.
Los personajes, se articulan al carnaval para individualizar la creatividad de los participantes como portadores, algunos de estos participantes, se especializan en estos personajes como en Santiago hay un sordo mudo, creo que desaparecido, que a pesar de sus ausencias o discapacidades del habla, era capaz de embadurnarse, vestirse, moverse y gesticular como el gran líder José Francisco Pe na Gómez.
Esos personajes también son otras modalidades pues no hablamos solo de personajes tradicionales yo los que no vienen como resultado de la globalización, la modernidad, el impacto del cine o los demás medios de comunicación como la televisión, sino de otros que adquieren dimensión nacional que terminan impactando fuertemente a determinados portadores que se apropian de dichos personajes, y no solo los mantienen en el carnaval como una tradición, sino que son capaces de istrionizarlo, como una elegancia y majestuosidad que nos permite definir el carnaval, como un teatro popular callejero y una alta elocuencia del arte popular.