Que día vendrá, oculto en la esperanza, con su canasta llena de iras implacables

y rostros contraídos, y puños….. y puñales.

Pero tened cuidado, no es justo que el castigo caiga sobre todos…

Busquemos los culpables…. Y entonces…

! Caiga el peso infinito de los pueblos sobre los hombros de los culpables!" (Pedro Mir)

Los "hacedores de opinión", de toda laya, han pretendido establecer un concepto elitista acerca de que calificaciones hay que tener para poder opinar en los medios y, sobre todo, para que las opiniones de las personas que hablan o escriben "merezcan" ser tomadas en cuenta.

Así, encontramos una pléyade pedante, incapaz de embadurnar dos cuartillas sin antes embutirnos de sus Phis, doctorados y maestrías, que desechan  -o ningunean-,  a priori, cualquier consideración proveniente de los mortales que no respiramos el aire enrarecido de las alturas olímpicas en que estos sicofantes se han colocado a sí mismos.

Mas que egolatría, la verdadera razón de esta postura discriminante reside en tratar de mantener incólume todo el andamiaje de falacias, mitos, aberraciones y barbaridades sobre el cual han construido el oprobioso régimen de opresión e injusticias que nos han impuesto, hasta ahora, las clases dominantes.  Se trata de pasar de contrabando, como principio axiomático, la idea de que el país se divide, para fines de incidir en su rumbo y su futuro, entre "los que saben" y los "ciudadanos comunes", eufemismo usado para referirse a los considerados PENDEJOS.

Pero he aqui que los pendejos rehusamos callarnos  (y menos ahora que tenemos la internet), porque, a falta de "credenciales académicas", la lucha por sobrevivir nos ha imbuido de sentido común, algo que, convenientemente, parece perderse en las alturas del poder.  Porque no hace falta un "Master" en nada para concluir en que si Ud. se auto-pensiona una o varias veces, con una suma indecente y abusiva, de un puesto público, Ud. es un ladrón, ya que  -no importan las argucias legales- esta desfalcando al Erario.

Tampoco hay que ser un "experto" en nada para saber que quienes apañan estos actos dolosos son tan corruptos como quienes  los cometen. No amerita ser un genio para colegir que si la abominable, ilegal e inhumana política de ejecuciones sumarias que lleva a cabo la P. N. no ha sido óbice para el incremento de la criminalidad, como carajo se pretende reducir la delincuencia infantil y juvenil aumentando las penas por estos delitos, pero sin abordar la búsqueda de soluciones a los tremendos problemas e injusticias sociales que engendran estas actitudes delictivas.

"Si un niño es un criminal, debe atenerse a las consecuencias". "No se debe andar con panós tibios". "No me importa lo que NADIE diga, ya YO hable, hagan lo que quieran con esa ley". "El que es un criminal a los DOS ANOS, es un criminal toda su vida".  Estas perlas son el epitome de la actitud arrogante, prepotente y dictatorial del Cardenal Torquemada López R. y, si las unimos a la barrabasada de Pinocho Fernández en las Naciones Unidas, abogando porque se sancione "legalmente", a nivel mundial, la blasfemia, veremos de donde sale el afán institucionalizado de silenciar las voces disidentes, las voces que, desde abajo, cuestionan lo injusto del actual statu-quo.

"Los que saben", los que gobiernan, manejan magistralmente las técnicas fascistas, Goebblerianas, de propaganda y manipulación de la opinión publica, por eso han montado el circo mediático que nos bombardea, 24/7, con las noticias de los escandalosos y aberrantes actos criminales que cometen los dirigentes de la triada tricolor (PLRD) y los funcionarios del gobierno, estrujándonos en la cara la impunidad de que gozan estos malditos, cuya desvergüenza parece crecer de forma cotidiana; todo esto con el objetivo nefasto de encandilarnos para darnos "el palo anunciado" del aumento de los impuestos, la tarifa eléctrica y la firma del Acuerdo con el FMI.

Los pendejos tenemos voz. Si la dictadura morada controla y monopoliza los medios de comunicación, las calles siempre serán una plataforma elevada para exigir nuestros derechos, poner en claro que este país también es nuestro y que a nadie hemos dado la potestad para decidir nuestro destino sin consultarnos. La sumisión denigra, la pasividad esclaviza y, ahora que la corrupción gubernamental nos ha arrojado a una crisis económica que magnificara las dificultades y sacrificios de las clases populares, CALLARSE ha dejado de ser una opción.

¡RUJAMOS! Concienciación, organización y movilización son el camino de obligar al gobierno a actuar dentro de su propia legalidad y, si no lo hace, siempre quedara el recurso de la desobediencia civil y, en grado supremo, LA REBELION. No hay de otra.