Finalizado el anuncio de las medidas oficiales frente al COVID-19, no tardaron en llegar las alabanzas serviles para un presidente que ha hecho todo menos su trabajo. No tardaron en llegar las alabanzas disfrazadas de patriotismo; las que reprochaban a los críticos del presidente por entender que el contexto no se prestaba para la “politización”. Y yo me pregunto, ¿qué significará para los patriotas politizar la actual crisis?
¿Recuerdas el caso Odebrecht? ¿Recuerdas las investigaciones al Leão Arabe y Comissão? No puedes recordarlas porque nunca fueron investigados. Entonces… ¿dónde esta el patriotismo de un Estado que no tiene justicia?
¿Recuerdas al comunicador grosero que por su trato desalmado para con la mujer fue premiado con el Consulado en Sao Paulo? Quizás conoces a su jefe, el amo y señor de la cancillería. Alguien dígame por favor: ¿donde está el patriotismo en no tener política exterior? ¿Dónde está el patriotismo en hacer del Ministerio de Relaciones Exteriores un botín?
¿Recuerdas los últimos puntajes de las pruebas PISA 2018? ¿Supongo también recordarás que quedamos entre los peores países evaluados, incluso mostrando declives respecto nuestros resultados en el 2015? No sé a que se referirán los patriotas. Por mi parte, nada de patriotismo veo en ser un país con tan bajos niveles educativos, si es precisamente ese bajo nivel educativo el que nos condena a la mediocridad que recibimos del presidente y su gabinete.
¿Recuerdas la terrible noticia de los 11 niños fallecidos en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral? Eso fue en el año 2014. Más reciente aun, quizás recuerdas el trágico fin de semana en el que, por culpa del hacinamiento y la falta de salubridad, fallecieron 14 recién nacidos en la maternidad Nuestra Señora La Altagracia. ¿No?
¿Cuál es más patriota, el miembro de la Junta que renunció al pleno y que en menos de una hora reculó o el mismo miembro de la Junta que ante el fracaso de su propia gestión, culpaba a los medios por presionarlo al exigirle respuestas?
¿Dónde está el patriotismo de una supuesta democracia que delega su mediación política al CONEP y el Consejo Económico y Social? ¿Son los empresarios del CONEP y los integrantes del CES mayores patriotas que los manifestantes de la Plaza de la Bandera?
Esta crisis nos pone en evidencia como país, al gobierno, al PLD y a todos los partidos que han mal administrado el Estado dominicano. Ahora saldrán a flote todas nuestras carencias: la falta de salubridad, la informalidad de nuestra economía “estable” y “blindada”, el déficit de viviendas, la falta de agua potable, la pobre educación, la pobreza generalizada. A pesar de la propaganda y de los comunicadores pagos, a pesar de los medios que se lucran de publicar portadas engañosas, a pesar de todo, saldrán a flote.
¿Acaso no es política la crisis que nos muestra desnudos, desprotegidos? No es el virus el culpable de nuestra inseguridad. Es la falta de política, la falta de responsabilidad de parte de quienes asumen el mando del Estado dominicano. Es la falta de demócratas y de alternativas.
Julio Cesar Castaños no “salvó la democracia dominicana”, de la misma manera que Danilo Medina no habló como estadista. Es esa manera de pensar la que alimenta nuestra eterna crisis.
El patriotismo está en todo aquel que protestó en la Plaza de la Bandera, en todos aquellos que se unieron a los cacerolazos, a los que de una forma u otra compartieron su indignación y se negaron a permanecer en silencio. Está en todo aquel que fue a votar el domingo 15 de marzo, a pesar de la crisis (política) de salud, y luego se recogió. El patriotismo está en el dominicano que antes del pronunciamiento tardío de Danilo Medina, comenzó a tomar medidas preventivas para disminuir las probabilidades de contagio. El patriotismo está en la crítica que nos ayuda a ser mejores, en los que leen los periódicos y mantienen vivos los recuerdos para no repetir los errores del pasado. El olvido y el borrón y cuenta nueva no son de patriotas.