En honor a Peng Sien Sang Ben municipalista crítico, con vocación política y transformación social, en el primer aniversario de su partida. 

Los partidos políticos del sistema tradicional carecen de contenido político a consecuencia de que su ideología representa los intereses, el modelo de acumulación de riquezas en pocas manos y la histórica exclusión social. De ahí que, Impera en ellos el clientelismo, los discursos vacíos y populistas como medio de sustentación.  Por cuanto se percibe, que se han desfasado de una modernidad tutelada por la doctrina neoliberal, la cual ha fracasado en término de la equidad social, pero que independiente a ello, estamos en la era de la tecnología y la información dónde tienen espacios y esplendor las redes sociales, que proporcionan información y capacidad de orientación que les permiten al ciudadano y ciudadana, orientar su opinión sobres los hechos por cuenta propia.   

Se ha degradados la práctica y métodos del trabajo político, la cual se limita a lo que queda de la cultura del caudillismo en lo nacional y al caciquismo en lo local, por lo que las estructuras organizativas de los partidos tradicionales se sustentan más, en las expectativas de poder controlar el presupuesto de la nación; que en el sustento por arraigo organizativo en lo social y en lo territorial. No se empeñan en la actualización del trabajo técnico científico que requiere en lo organizativo el trabajo político hoy, cuestión que debe hacerse en la base misma de la sociedad. Ello es causa y efectos de la vieja política.  Los esfuerzos de Bosch y su PLD no son excepción, forman parte del cuadro descrito.

Es por ello que la crisis en el PLD, trasciende su mero marco y pone al desnudo el colapso de la vieja política expresada en el sistema de partidos tradicionales. 

Hay que decir, lamentablemente, que las organizaciones progresistas han actuado y actúan bajo la misma lógica y concepción. En su práctica nada es distinto.

Estas pueden ser una de las principales causas del desamparo y debilidad organizativa del movimiento social, gremial y sindical en el país.  La corriente neoliberal se ha impuesto y no se han diseñado las tácticas y las estrategias para enfrentarlas y superarlas.

Por lo que cabe decir, esa modernidad viaja a pasos rápidos y demanda transparencia, institucionalidad, método de trabajo que garanticen democracia, participación, respeto al derecho de los dirigentes y miembros por decisión y convencimiento propio, y no necesariamente porque los establezca la ley 33-18 de Partidos Políticos; si no, como forma de forjar una cultura democrática, de transparencia, de credibilidad y de confianza de cara y junto a los electores; aspectos  que pueden pasar a ser activos políticos de gran significación en lo inmediato y el porvenir del país. En síntesis los partidos políticos tienen que modernizarse, actualizarse.    

El compromiso y atención a la organización política de los ciudadanos y ciudadanas en los territorios municipales, se convierte en un imperativo, sobre todo para partidos emergentes como Alianza País, pues el gobierno local es el más próximo a la gente y el más voluminoso de los poderes del Estado. De manera que, de los 4,113 cargos a elegir en el 2020, 3,849 cargos corresponden al poder local, es decir, un 93%. En las 158 Alcaldías y 235 Distritos Municipales viven los 7 millones 400 mil electores que votaran en las próximas elecciones de febrero de 2020.

Técnicos y ONGs dominicanas con el auspicio de organismos nacionales e internacionales, han venido realizando un encomiable trabajo de formación y mecanismos de control, tanto técnico, como el SISMAP Y de capacitación a los funcionarios para el buen desempeño y a la sociedad civil en cuanto a la veeduría para contribuir a la institucionalidad (respeto a las leyes y normas), a la transparencia, a la eficiencia y eficacias en las gestiones municipales. Así como importantes estudios que han permitido poner el tema en la agenda pública. 

Sin embargo, los indicadores aún son bajos, después de 12 años de vigencia de la ley 176-07. Estudios muestran que solo el 40% de los Ayuntamientos cumplen con los parámetros de ejecución presupuestaria que establece el art. 21 de la ley 176-07, así mismo solo 11 Distritos Municipales, o sea el 4.6% cumplen con los requisitos de ley para sustentar la categoría como tal. El exceso de empleados y la baja calidad en el gasto municipal mantienen altos los índices de corrupción y de poca transparencia. Entonces cabe presumir que el problema es político y como tal debe ser abordarlo.