Del 2004 al 2016, la Oficina Nacional de Estadística desarrolló un proceso de reforma y modernización institucional. Sus resultados más visibles fueron  la diversificación de la generación y difusión de estadísticas oficiales y la mejora de su calidad y oportunidad, así como su territorialización y la adopción de la transversalizacion de los enfoques de  género y visibilización de grupos vulnerables.

Al mismo tiempo, se formó una masa crítica de profesionales, a los que se dotó de las herramientas necesarias para cumplir con una función pública especializada, vía la creación de la Escuela Nacional de Estadística, con una oferta de diplomados y cursos en demografía y estadística de alto nivel, la cual contó con los apoyos del Centro Latinoamericano de Demografía, la UASD y la colaboración de las universidades  de Barcelona, Granada, Sevilla, Argentina y Chile.

Hitos notables han sido el Inventario de Operaciones Estadísticas –compendio ordenado y en línea de todas las operaciones estadísticas que se realizan en el país, sus características básicas y responsables- y la formulación consensuada de 7 Planes de Desarrollo Estadísticos Sectoriales, centrados el mejoramiento de los registros administrativos.

La explotación de los registros administrativos para fines estadísticos – base para el cálculo de gran parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible –antes ODM- fue un tema que recorrió este proceso de reforma del Sistema Estadístico Nacional desde sus inicios.  Y no era, ni es para menos.

Hoy día, modernizar y automatizar la gestión de los registros administrativos de instituciones responsables de las políticas públicas sectoriales, constituye un imperativo de la agenda pública nacional y condición necesaria para dar respuesta a la demanda estadística internacional de  los ODS, con la cual el país se ha comprometido. Esta tarea incidiría en incrementar la calidad y oportunidad de las estadísticas sectoriales: véanse las limitaciones de las estadísticas sobre nacimientos y mortalidad general, materna e infantil, entre otras muchas, donde, a pesar de los avances, se sigue sufriendo de un nivel de subregistro que ronda el 30% en los nacimientos y más del 40% en las defunciones.

En la sociedad informatizada de hoy, el fortalecimiento de dichos registros con fines estadísticos, supondría en el mediano y largo plazo una disminución de los costos de  generación y difusión de las estadísticas nacionales y sectoriales, pues disminuiría la necesidad de recurrir a encuestas y otros levantamientos costosos.

Otra estrategia de reducción importante de costos a mediano y largo plazo seria la  automatización de los procesos de control de muestras y universos, gestión de campo, levantamiento y control de calidad de los datos y su mapeo en tiempo real, así como las salidas automatizadas de los tabulados y gráficos de los censos y las encuestas.

Ya la ONE ha dado pruebas de la disminución de los costos de levantamiento de información sobre las empresas, mediante la integración digital de bases de datos de diferentes ministerios, para consolidar información útil y solamente levantar vía encuestas o censos la información no disponible en los registros administrativos. Esta es una práctica cada vez más corriente, en países de las Américas, Asia y en los países pioneros europeos.

Ahora bien, mejorar la explotación de los registros administrativos y automatizar la gestión completa de los procesos de levantamiento de censos y encuestas requiere un presupuesto inicial importante, del que siempre ha carecido la ONE. Empero, representaría una inversión estratégica, que permitiría continuar situando las estadísticas como parte fundamental del desarrollo nacional.

A partir de los avances logrados, solo habría que agregar voluntad política, capacidad de liderazgo técnico y de gestión de la ONE, en tanto líder del Sistema Estadístico Nacional,  indispensables para dar centralidad normativa y descentralización operativa a la producción estadística sectorial y nacional, a través de los registros administrativos normalizados y automatizados y la gestión automatizada de censos y encuestas.

Quiero recordar que el ideal que guió  a la ONE en el proceso de reforma y modernización  institucional, para colocar al día el país en la generación y difusión de las estadísticas nacionales y sectoriales, sigue siendo válido pues “la capacidad de producir estadísticas es parte integral del proceso de desarrollo de nuestro país”.

“La capacidad de producir estadísticas es parte integral del proceso de desarrollo del país”, ha sido la meta que ha guiado a la ONE durante el periodo de 2004-2016: 12 años de un proceso de reforma y modernización  institucional, que ha logrado  avances notables en la generación, acceso, divulgación y mejora de la calidad de las estadísticas nacionales y sectoriales.

Esta meta continúa siendo válida y ha costado al Estado muchos recursos, trabajo, compromiso, profesionalidad, especialización y liderazgo técnico. Darle continuidad al quehacer del Estado,  en una función especializada como lo es la producción de las estadísticas oficiales de nuestro país, es una condición necesaria en la sociedad informacional de hoy.

Es, además, indispensable para poder disponer de las estadísticas requeridas para monitorear los compromisos del país con los objetivos de desarrollo sustentables.