Posiblemente, la República Dominicana sea el país donde existen más sindicatos, cooperativas u organizaciones similares, aunque sus componentes sean sólo cuatro gatos, y no solo en la tierra, sino en todas las galaxias, constelaciones y espacios infinitos descubiertos y por descubrir. Los tenemos en todas las áreas laborales imaginables, en el campo, en la industria, en el comercio, en los servicios… pero donde más se concentran y se hacen visibles por su movilidad y exposición constante es en el trasporte público urbano y rural.
Es impresionante la cantidad de sindicatos de choferes – los ¨SICHO¨- que uno ve por la calle, SICHOESTO, SICHOLOOTRO, SICHOAQUELLO, SICHODEALLÍ, SICHODEAQUÍ, SICHODEMASALLÁ… algunos tan largos y complicados que solo un genio puede memorizarlos y repetirlos sin que la lengua se le trabe. Recordamos hace muchos años como Ququín Victoria en un programa de televisión, con su gracejo inigualable, recitaba de corrido una serie de estas agrupaciones laborales y parecía que estaba hablando en idioma ruso puro y limpio.
Bien, pues creemos que como la vida evoluciona y nosotros también, a pesar de los políticos y tantos otros pesares que nos retrancan, deberían de constituirse nuevos sindicatos que agrupen a diversos colectivos, aún vulnerables, y que necesitan luchar por sus derechos. Por ejemplo el sindicato de Vagos y Arrimados, el SIVARRI, que acogería a una buena parte de nuestra población con la sana y productiva filosofía de vivir del ¨dolce far niente¨ y a costillas de los demás. Otro sería el sindicato de Vivos y Oportunistas, el SIVIOPOR, al que se integrarían miles de ciudadanos tocados por la naturaleza con el sabio don de aprovechar y trepar en cuanto el momento les sea propicio.
El sindicato de Parqueadores y Dueños de Aceras Públicas, el SIPARDUACEPU, nombrecito que ya se pareciendo al de los carros de concho, y donde se unirían los señores que trapo rojo y lata de agua maloliente en mano, ordenan, mandan, dirigen, e incluso abroncan a los conductores de carros que no les abonan propina. Un sindicato más sería el de Viejitos Desamparados y Deambulantes, el VIEJIDESAM, que juntaría a los ancianos pelados y quebrantados que no pueden aguantarse en pie, ni tienen ni tienen literalmente donde caerse muertos. Uno que sería muy popular es el Sindicato de Pobres, Desbaratos y Pedigüeños, SINPODESPE que, por su cantidad de miembros, se convertiría en uno de los importantes de la nación.
Otro que no podría faltar es el Sindicato de Delincuentes, Criminales y Malhechores, SINDECRIMA, actividad tan en boga en estos tiempos, el cualagruparía a los amigos de lo ajeno, asesinos sin piedad, y traficantes diversos, poderosos y asimismo los micro distribuidores de barrios, que tanto contribuyen a calmar el estrés de los jóvenes y no tan jóvenes del patio. Muy especial sería el Sindicato de Corruptos Hasta la Médula, el SINCORRUPHAME, en el que se acogerían tantos políticos, empresarios y comerciantes, anónimos y bien conocidos, por sus cogiocas y chanchullos múltiples.
Otro de gran importancia, el Sindicato de Ciudadanos Tontos, Bobos y Estúpidos, el SINCIUTONBOBES, donde se congregarían todos lo que aguantan tantas barbaridades, inequidades, e impuestos sobre sus hombros sin decir nada de nada, sin duda el más grande del país y posiblemente del planeta en el que vivimos y sufrimos, y en el que estarían muchos de los lectores y, por supuesto, un servidor de ustedes, que soy yo, a la cabeza.
Estos son solo unos ejemplos, pero podrían formas cientos o miles más. Nada como apoyarse aquí, en este patio, los unos a los otros de manera institucional para no progresar o alcanzar logros económicos y sociales de ninguna o mínima importancia, y sobre todo, el reconocimiento de las nuevas clases emergentes anteriormente citadas.