En estos momentos hay una gran preocupación por el inicio del año escolar en la modalidad a distancia por diversas razones ya conocidas por todos. Y esta preocupación es aún mayor con los niños pequeños menores de 6 años, quienes requieren de cuidado, atención y acompañamiento por parte de un adulto para realizar las actividades educativas en el hogar.

De acuerdo a las Naciones Unidas (2020) el COVID-19 ha llevado a alrededor de 40 millones de niños en el mundo a dejar de recibir educación en una etapa crítica para su desarrollo y aprendizaje. Esto ha significado que esos niños se han perdido de un ambiente seguro, apropiado, estimulante y rico, de oportunidades de aprendizaje, de interacciones sociales y de nutrición en algunos casos. Esto tendrá efectos negativos a largo plazo, especialmente para aquellos niños cuyas familias son menos favorecidas y viven en la pobreza.

En nuestro país, más de 300,000 niños menores de 6 años estaban matriculados en el Sistema Educativo y se encuentran en sus hogares desde el inicio de la pandemia debido al cierre de las escuelas en el mes de marzo, La mayoría se encuentran en condiciones no apropiadas para su sano desarrollo y aprendizaje lo cual tendrá un impacto en sus vidas y en nuestra sociedad.

Tal como plantea un artículo de la Universidad de Harvard sobre el COVID-19 y su relación con el desarrollo infantil, estos son momentos de mucho estrés en los que el desarrollo infantil no se ha detenido pues los niños continúan aprendiendo y creciendo. Necesitan más que nunca que se evite el efecto del estrés a largo plazo. Una de las causas de ansiedad en los hogares con niños pequeños es la dificultad que tienen en estas edades para aprender en la modalidad de educación a distancia y virtual, así como la falta de tiempo y entrenamiento de los padres y tutores. Aunque es mucho lo que se puede hacer si se cuenta con la disposición, el apoyo y los recursos  necesarios, el ideal es que los niños puedan volver a vivir la experiencia educativa de manera presencial tan pronto como sea posible.

Recientemente leí un artículo escrito por la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Educación Temprana de Estado Unidos (NAEYC) en el que ella aclara que no es posible que el Nivel Inicial sea totalmente virtual debido a que los primeros años se basan en relaciones e interacciones entre niños y sus maestras y entre ellos. Plantea que hay muchas herramientas digitales y aplicaciones que  pueden ayudar al aprendizaje en estas edades pero que la modalidad virtual no es equivalente a la experiencia en un centro educativo. Sin embargo, nos toca ahora hacer el mejor trabajo que podamos de manera no presencial, asegurando el bienestar físico, emocional y mental de nuestros niños sin exponerlos a los riesgos del contagio ni detener sus aprendizajes.

Podemos incorporar y utilizar la tecnología en los primeros años y sacarle provecho, siempre y cuando prestemos atención a la intencionalidad y aseguremos su uso apropiado. Las tecnologías digitales son una de las tantas herramientas con las que el niño puede aprender y desarrollar competencias. Jamás deben sustituir las experiencias directas, concretas en las que el niño explora y descubre el mundo al interactuar con lo que le rodea y con los demás.

La modalidad a distancia y virtual en esta etapa deberá tomar en cuenta las necesidades y características de cada edad y de cada niño, así como el rol de los padres en este proceso. Lo importante no es la tecnología, sino las experiencias y las actividades que realizan los niños y adultos al interactuar y relacionarse. Es importante respetar el ritmo de cada niño y seguir una rutina, sin sobrecargarlo ni exigirle demasiado. El adulto es determinante en el éxito de  este proceso.

El tiempo frente a pantalla debe ser limitado, pero lo más importante es asegurar que el niño no esté pasivo mientras la usa y que lo que esté haciendo sea de beneficio para el. Siempre necesitará la actividad física, el acercamiento y la socialización pero esto no se puede lograr de manera remota o virtual de la misma manera. Muchos docentes han entregado todo su tiempo para hacerlo lo mejor posible. Demos el voto de confianza hasta que nuestros niños puedan regresar a los centros educativos. Esperamos sea pronto.