En las últimas semanas hemos visto como una gran avalancha humana compuesta por decenas de miles de niños provenientes de los diferentes países de Centroamérica han estado cruzando la frontera norteamericana creando una crisis migratoria de gran magnitud, la cual ha llamado la atención hasta del propio presidente Barack Obama.
En Centroamérica alrededor de 1.9 millones de personas dependen directamente del café para su sustento, incluidos algunos de los trabajadores sin tierra más pobres de la región. El brote de roya conlleva implicaciones para la seguridad nacional de la mayoría de los países del istmo. La pérdida de ingresos intensifica la migración, en especial a los Estados Unidos y aumenta la sustitución de los cafetales por otros cultivos con mayor impacto ambiental generando además una crisis ecológica.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de los EEUU, la cantidad de niños migrantes arrestados en la frontera al cruzar solos –sin familiares- aumentó en un 92% con respecto al año anterior faltando aun tres meses para terminar el año fiscal: en 2014 han atrapado a 47,017 menores versus 24,493 en todo el año fiscal anterior (que va de octubre a septiembre).
En la época de la guerra fría la caficultura latinoamericana tenía un carácter geopolítico importante debido a que la misma contribuía con la contrarrevolución al amortiguar los embates de socialismo
De acuerdo a la Organización Internacional del Café –OIC-, la propagación de la roya que afecta a América Central y el Caribe, ha causado la pérdida de 2.26 millones de sacos de 60 kg en lo que va de año cafetero; comprendido entre octubre de 2013 a septiembre de 2014. En la región centroamericana se estiman pérdidas de alrededor del 40% de la cosecha de café, los países de laregión son responsables del 14% de la producción mundial del grano. Las pérdidas monetarias ascienden a 550 millones de dólares yademás se han esfumado alrededor de 441 mil puestos de trabajo.
Según datos del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura –PROMECAFE- se calcula que en Guatemala se perdieron 115 mil empleos, seguido por Honduras con 100 mil, El Salvador con 90 mil, República Dominicana con 56,500; Nicaragua con 32 mil, Panamá con 30 mil, Costa Rica con 14 mil, y Jamaica con 3,640.
El impacto de las crisis migratorias creadas por enfermedades de cultivos en el mundo no es nuevo y tenemos en el pasado el caso irlandés con la enfermedad del tizón tardío de la papa causada por el hongo Phytophthorainfestans, la cual creó una hambruna en Irlanda, de tal magnitud, que originó grandes oleadas de inmigrantes a los EEUU entre los años 1845 y 1849; la historia se repite de nuevo con los niños de la roya, solo que los mismos no son irlandeses, angloparlantes, blancos y además bien recibidos por Norteamérica; sino que provienen de países pobres, hispanos parlantes y con un componente racial nativo-americano en gran proporción lo que contribuye a que no sean bien recibidos o mejor dicho sean deportados inmediatamente a sus países de origen.
En la época de la guerra fría la caficultura latinoamericana tenía un carácter geopolítico importante debido a que la misma contribuía con la contrarrevolución al amortiguar los embates de socialismo mediante: la generación de empleo e ingresos, la distribución de la tenencia de la tierra, la generación de ingreso en moneda fuerte para los países y la redistribución de la riqueza regional.
Desde la década de los 90 con el triunfo del capitalismo y la implantación de un liberalismo económico radical, la importancia geopolítica de la caficultura se perdió y desaparecieron mecanismos institucionales como el convenio internacional del café, auspiciado por la OIC perteneciente a las Naciones Unidas, cuya finalidad era mantener precios relativamente altos para obtener resultados económicos y geopolíticos que afectaran el avance del comunismo en la región; también se perdieron la mayoría de las fuentes de financiamientos privadas o estatales y las ayudas aportadas por las agencias de cooperación Norteamericana y de los países del primer mundo capitalista; además desapareció el financiamiento de los organismos crediticios internacionales y multilaterales (BM, BID etc.) al sector café latinoamericano.
El cambio en la realidad socioeconómica y de cooperación en el sector cafetalero latinoamericano contribuyó a la decadencia del mismo y el café como materia prima se convirtió en un producto destinado a aportarle beneficios, mediante la especulación bursátil, al gran capital usurero mundial.
La migración masiva de niños centroamericanos, quiérase o no, es la consecuencia de la asimétrica relación de intercambio mercantil que plantea el nuevo orden económico mundial y que un detonante de cualquier índole, en este caso la enfermedad de un cultivo como lo es la roya del café, contribuye a que las consecuencias se expresen en el traspatio del país más poderoso del mundo.