“Los muertos no hablan”, era la frase preferida del nefasto Johnny Abbes García en “La Cuarenta”.

Esas mismas palabras fueron pronunciadas por el coronel canadiense, Jean Berthiaume, en el Congo Belga, cuando asesinaron al primer ministro y líder de la “ONUC” (Organisation des Nations Unies au Congo), Patrice Lumumba. A la sazón, Jean Berthiaume era el jefe de operaciones de las tropas de la ONU en el Congo.

Son palabras que matan y que dan una radiografía exacta de las intenciones ocultas detrás del que las pronuncia. Parecidas a las de Joaquín Balaguer Ricardo cuando le informaron que tenían prisionero a Francis Caamaño Deño en Caracoles: “Aquí no hay cárcel pa un hombre como ese”. Lo demás es historia patria.

Esas mismas palabras pronunció el sub-jefe de la policía de Niza, Sebastien Humbert, cuando dio las primeras informaciones sobre la tragedia ocurrida en el malecón del Boulevard Anglais, que estaba repleto de gente en ocasión de los fuegos artificiales con motivo del día de la independencia francesa, el 12 de julio. Inmediatamente después Humbert identificó al supuesto autor de la masacre, Lahouaiej Bouhlet (¡otro árabe fanático!), de 31 años, nacido en Túnez y residente de Niza. “Coincidencialmente”, éste había dejado sus documentos de identidad dentro del camión, junto a instrucciones de cómo cometer actos terroristas masivos.

¿Será verdad todo eso? ¿No nos suena esto a un deja vue repetido ad nauseam?

Niza es la capital de la Riviera Francesa, donde converge la crema y nata de los turistas europeos durante el verano mediterráneo. No es ninguna coincidencia que se haya escogido a esa ciudad para cometer otra fechoría terrorista. Y, si analizamos los detalles de esta última, veremos que reúne todas las características de los atentados terroristas anteriores, tanto en Europa como en los Estados Unidos. Sucedió ocho meses después del último espectáculo en suelo francés.

Una de esas características (por algunos llamadas “coincidencias”) es que el supuesto autor de la masacre, como en las anteriores, brilla por su ausencia, porque, como decía Johnny Abbes García, está muerto y no puede hablar.

La pregunta del millón en casos como estos es la siguiente:

¿Cómo es posible que la policía local no haya tomado las medidas necesarias para la seguridad de los ciudadanos de Niza en un día como éste? No olvidemos que toda Francia ha estado bajo “ley marcial” desde noviembre pasado, cuando se llevó a cabo la masacre del restaurante Bataclán en París. Además, se estaba celebrando el día más importante del año, los 227 años de la toma de la Bastilla, que conmemora el “Día de la Independencia Francesa”, el acto más emblemático de la civilización occidental de la era moderna, pues marca la fecha de la revolución burguesa del 1789, con la cual se identificaron casi todos los países del mundo.

¿Cómo pudo un camión de esas dimensiones penetrar las barreras policiales alrededor del Boulevard Anglais? Son “coincidencias” que no se corresponden con la realidad, de acuerdo con un testigo presencial de la tragedia. Este dijo que a la policía le tomó más de 40 minutos “reaccionar” ante la masacre (Dailymail.com), en un país que ya se encontraba bajo la “ley marcial” desde el mes de noviembre.

¿Es que somos niños de teta para tragarnos ese cuento?

Algo parecido sucedió en Orlando, Florida, cuando el 12 de junio pasado un “tirador entrenado”, dizque homofóbico, de nombre Omar Seddique Mateen, “perdió la cabeza” con un rifle automático AR-12 y violó la seguridad de la discoteca “Pulse”, asesinando a mansalva a 50 personas (“Más de lo mismo”-Acento 21-06-2016).

De acuerdo con algunos acuciosos observadores, como el columnista Peter Koenig, ex economista del Banco Mundial, esta masacre de Niza guarda, como las anteriores, todas las “coincidencias” de un atentado típico de “falsa bandera”.

“Tenemos que acostumbrarnos a vivir bajo el terrorismo constante, tal como se vive en Israel” (¡!), ha dicho al país el primer ministro francés de origen catalán, Manuel Valls. “¿Es que toda Europa va a vivir en un constante estado de sitio?”, se pregunta Peter Koening. Sobre todo, ante un posible “Frexit” (la salida de Francia de la Unión Europea, al estilo del “Brexit” (la salida del Reino Unido), pues, de acuerdo con encuestas recientes, entre el 70%-80% de los franceses desea salirse de la Unión Europea. Un estado de sitio permanente sería la forma más eficaz de evitarlo.

La reacción de Francoise Hollande ha sido la de “intensificar los bombardeos en contra del Estado Islámico al norte de Siria” (Daesh). Resulta y viene a ser, sin embargo, que, según un reciente reporte del Parlamento Británico, el Estado Islámico es financiado, armado y mantenido por Arabia Saudita, en connivencia con el Mossad israelita y los servicios de inteligencia estadounidenses (Dailymail.com).

Entonces… ¿en qué es que estamos? ¿Estará Hollande chupándose el dedito, llamando al lobo donde no hay ni un cordero? Sea usted el jurado.

¿Quién ha dicho que los muertos no hablan? Hablan más de la cuenta.