Como en años anteriores, la Navidad nos dejó su cosecha de víctimas fatales. También como cada año, sobraron las exhortaciones a conducir con prudencia; a no mezclar el guía con la bebida, mucho menos con drogas. E igualmente como cada año, se montó el tradicional, nutrido y amplio operativo de prevención y asistencia organizado por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), que nos cuesta una millonada y el abnegado trabajo de decenas de miles voluntarios, verdaderos héroes anónimos, siempre bajo un título sugestivo. En esta oportunidad “Navidad Segura, Pacto por la Vida 2019”.
El reporte oficial fue de doce vidas perdidas, tres por causas diversas, ocho por los ya clásicos y al parecer inexorablemente inevitables accidentes vehiculares, todos los cuales en esta ocasión correspondieron a motoristas ninguno de los cuales llevaba casco, según la directora del INTRANT.
Es la misma historia de año tras año. La misma que se repetirá en la desordenada y desenfrenada celebración que, como siempre, harán muchos del fin de año, donde gracias a la también reiterada disposición de las autoridades año tras año tendremos bebentina por la libre.
La patente de corso ministerial que permitió a los bebedores sin control asaltar colmados y bares “sin límite de tiempo” como en los inolvidables combates de Jack Veneno con Relámpago Hernández, contribuyó a que 214 personas tuvieran que ser atendidas por intoxicación alcohólica, entre estas 19 menores de entre 11 y 17, cuyos padres o tutores se asegura que fueron sometidos a la justicia al igual que cada año, sin que ni antes, ni ahora nos lleguemos a enterar de cuál fue la sanción penal que se les impuso e impondrá porque seguimos siendo un país sin consecuencias, o estas resultan de tan escaso poder persuasivo que se traducen como sinónimo de impunidad, y casi en incentivo para seguir violando las normas.
Pese a que también desde hace años se dispuso la prohibición de los fuegos artificiales, estos no dejaron de perturbar la tranquilidad de la noche como si de pronto hubiera estallado una revuelta. Y en adición, se revivió un episodio que creíamos superado. El de la fatídica bala perdida que segó la vida de una infortunada mujer en el interior de su hogar, al parecer disparada por un mayor de la Policía quien se asegura que arma en mano sostenía una discusión con su pareja en medio de la vía pública.
Otros detalles del balance del COE: 143 personas tuvieron que ser atendidas de intoxicación alimentaria; 129 vehículos pesados fueron detenidos por transitar sin permiso, porque por más que está prohibido y lo saben hasta los chinos de Bonao, siempre hay algunas cabezas cuadradas que se empeñan en hacer las cosas al revés; 560 motocicletas retenidas por sus conductores no llevar casco y156 por transitar sin luces, cuyos conductores son tan cabezas cuadradas funcionando en reversa como los anteriores; 101 choferes con licencias vencidas seguramente de los mismos que dejan correr el plazo para renovar el marbete y luego quejarse de que les incautan el vehículo y les imponen una multa abusiva y 13 con los seguros vencidos.
Un aspecto positivo del operativo a destacar los 4 mil 609 servicios de auxilio vial sumados a la inspección de 4 mil 100 unidades de transporte de pasajeros, 293 de los cuales tuvieron que sustituir los neumáticos por estar en pésimas condiciones; 365 que carecían de luces y 352 circulando con los cristales rotos, porque aquí también funciona la impunidad. Ninguna de las empresas propietarias de los mismos se preocupa y ocupa de mantenerlos en condiciones seguras para los pasajeros y el propio conductor sin que por ello reciban la menor sanción.
Ahora como cada año, solo nos queda cruzar los dedos, elevar preces a la incansable Virgen Altagracia de los milagros y rezar porque cuando el COE ofrezca las cifras de vidas perdidas y lesionados de fin de año y llegada del nuevo, las cifras resulten menores que las del año precedente, lo que será celebrado como un éxito salvo en los hogares donde dejen la secuela de luto, vacío y orfandad.
Que el 2020 nos llegue a todos los dominicanos en paz, armonía y progreso. Que por buenos deseos, ni quede ni pequemos.