Los soldados y los desamparados son
Los que con su sangre, han alimentado
Los Imperios pero, ninguna monarquía
Ha sido inmortal.-
Meternos de lleno, sumergirnos en lo más profundo del pensamiento meditativo quizás sea mucho pedir, pero al menos pensar un poco en lo que hemos sido y hasta donde llegaremos si continuamos por este camino político. Esa debería ser una petición simple, a pesar de que aun así, es mucho pedir. Estamos viviendo el final de un tiempo o era de la posmodernidad y abocándonos a lo que podría ser una era pos científica pero, aun así, hay cosas que las matemáticas y esas “estadísticas” no pueden explicarnos.
Pienso, que todo tiene un límite que viene precedido de nuestra herencia evolutiva, de esos orígenes incrustados en nuestros genes que hacen prácticamente imposible convertir los intereses particulares de quienes nos dirigen en una racionalidad colectiva, como serían los intereses de la nación por encima del “grupismo” partidario. Pero, parece ser que carecemos de esa herencia evolutiva de pensamientos morales que nos permitan luchar en contra de aquellos que están determinando nuestra naturaleza como nación.
Más bien, parecemos el producto de un sistema complejo, es decir, una serie de elementos cuyo comportamiento y propiedades no han sido evidentes a simple vista y que en algún momento han coincidido con lo aleatorio, dándonos primacías, en las cuales el esfuerzo que hemos puesto ha sido exiguo o ninguno. Hoy tenemos una increíble coincidencia con las nuevas dictaduras, tanto de izquierda como derecha y parece pura coincidencia o percepciones erradas de las grandes mayorías, según los protagonistas del momento, que han preferido obviar aquello de que la estupidez en su accionar, producto de la locura que les produce el poder embriagador, una vez expuesta, es imposible componer los despojos.
Nuestros problemas son enormes, quizás iguales a los que les ha tocado a cada generación y al igual que nosotros, haya creído que el mundo se acaba pero, todos estamos y han estado conscientes de que no es así, porque con todo y problemas continuaremos existiendo, con la diferencia entre etapas o eras de la humanidad, del mando que se haya ejercido en su momento. Sí, esa cualidad de poder decidir cada día que hacer o no; en qué creer; que defender o no pero, para esto se necesita coraje y sacrificio, cosas estas que hoy brillan por su ausencia y los que están supuestos a ejercer el mando, esconden su accionar en el clientelismo y las complacencias, por la falta de valor para decir no y para decir si, cuando corresponda.
Y es que la propia naturaleza se manifiesta dándole las oportunidades para ejercer apropiada y responsablemente el mando, como seria ese de desaparecer por siempre las casuchas en las riberas de los ríos o las playas, llevadas a cabo por esa pobreza que crece como la verdolaga –a pesar de los “Solidarios”- y que se han convertido en parásitos solo en espera de las funditas y las “ayudas” –que más ayudan a quienes las proporcionan- siempre y cuando no conlleven trabajar
Un ejemplo seria la aplicación con autoridad de la ley que obliga al 80-20 en las áreas de trabajo. Y es que si la misma se aplicara con autoridad, cada dominicano que quisiera trabajar encontraría donde hacerlo pero, en cambio, ya el fenómeno del desplazamiento no solo se produce en la industria azucarera o en el campo agrícola, sino, hasta en la industria del turismo. ¡Sí señor!