Desde el año 1997 se empezó a debatir el tema en diferentes encuentros y seminarios con asesoría de organismos internacionales y organizaciones de nuestra sociedad civil, así como visitas a funcionarios, empresarios y congresistas, con el objetivo de civilizar, profesionalizar y democratizar a la Policía Nacional;  y esté dedicada al servicio de los ciudadanos, para cambiar de una policía autoritaria, militarista y represiva a una policía moderna, proactiva y preventiva, integrada a la comunidad.

A partir de esta iniciativa fueron creadas nuevas estructuras dentro de la Policía Nacional, tales como el Instituto de Dignidad Humana, Dirección Central de Asuntos Internos, Policía Comunitaria (Poliscom), Comisión de Reforma de la Policía, Universidad Policial (IEESPON), etc. e incluso tuvo lugar la modificación e implementación de la ley institucional de la policía no. 96-04 en el año 2004.  Lamentablemente no se han logrado los resultados debidos, más que tan solo un crecimiento estructural y burocrático.

Desde el momento inicial en que comenzó este proceso de reforma en la Policía Nacional, he estado involucrado en él de manera protagónica.  Fruto de toda esta experiencia y en interés de hacer de conocimiento público la necesidad de que este proceso se concretizara, publiqué en el año 2004 el primer libro sobre policía en la República Dominicana y el único escrito hasta ahora: "Redefinición del Rol Policial: Garantía de la Seguridad Ciudadana", y una propuesta constitucional relacionada al tema. Por la misma razón a principios del 2007 comencé a escribir periódicamente como articulista  y como comunicador en los medios y en la revista Avance de la P.N., llevando un enfoque de la necesidad de la modernización y la reforma de la policía para lograr su fortalecimiento institucional, manteniendo coherentemente este mismo discurso.

Penosamente en la constitución actual se mantienen algunas confusiones en las doctrinas policial y militar, que representan una situación de alto riesgo para el desarrollo del sistema democrático y la gobernabilidad ante las denominadas "Nuevas Amenazas", porque se mantienen sin separar y diferenciar en parte los conceptos de Seguridad Interior y de Defensa Nacional, con el objeto de delimitar los roles y definir las funciones de las instituciones competentes en cada caso, pues la Seguridad Interior corresponde a la Policía Nacional y la Defensa Nacional a las Fuerzas Armadas.

Asimismo, de acuerdo a esta propuesta continuamos como una institución subordinada a las Fuerzas Armadas, donde se le suprime su condición de organización civil y a la vez se le prohíbe la facultad para deliberar, limitándola a desarrollarse y a colocarse acorde a las sociedades democráticas y civilizadas.  Todo esto es contradictorio a la política de estado contenida en el Plan de Seguridad Democrático, lo que indica un retroceso en el fortalecimiento democrático e institucional a la vez que ocasiona un debilitamiento de la defensa de la República.

¿Cuál es el objetivo de los centros de estudios y las academias, que durante tantos años se han desarrollado en las FF.AA y en la PN, si el conocimiento obtenido y el debate de las ideas no pueden ser conocidos ni utilizados para beneficio de la sociedad? ¿Cuál es, entonces, la razón de ser de tanta inversión en capacitación? ¿Cuándo habrá voluntad política para crear un verdadero sistema de prevención de los crímenes y la violencia en todas sus manifestaciones?