(Apuntes para un manual de Sociología Barata)
Rara vez la sociología estudia los flagelos de la “delincuencia” social como un fenómeno o conducta de clase social resentida, como un acto de impotencia o rebeldía simbólica de un grupo social que no se siente seguro, a gusto, ni representado por las instituciones gubernamentales. Hay una forma fácil y evasiva de atacar y enfocar el paludismo-social sin profundizar en el fango que lo produce.
La “delincuencia” social tiene razones de orden estructural. Se da en una atmósfera donde el modelo es endeble y corrupto. Y por lo regular se buscan soluciones de carácter mediático represivo. Pocas veces hay un plan sistemático y de largo plazo que implique mejorar la vida material y cultural de los sectores que son víctimas de este flagelo.
El linchamiento encuentra contexto y texto en esta estructura de instituciones anómalas y corruptas. Es un fenómeno relacionado a la rabia, el odio social y la impotencia transferida hacia el delictivo que comete el más débil. Es una especie de dolor-rabia-social. Se germina en un “Estado” deformado y malogrado en sus funciones.
Este fenómeno se gesta en sociedades con ciertos atrasos social-políticos, que conservan reminiscentes de la cultura caudillista donde la pobreza cultural y el saqueo del erario público crearon la idiosincrasia de “sálvese quien pueda”.
El panorama deformado que evidencian los linchamientos es complejo, enfermizo y paradójico. Ese mismo pueblo que mata delincuentes baratos, es quien defiende y elige políticos “criminales” y corruptos. Es un pueblo sin consciencia de su poder transformador.
Los linchamientos buscan “Lo justo” usando mecanismos medievales. El colectivo que lincha, asume en su acción que la justicia no funciona y la toma en “sus manos.” Es un drama de Fuente Ovejuna. “En 1476, los habitantes de una aldea andaluza llamada Fuente Ovejuna, hartos de soportar los abusos de su señor, se rebelaron unánimemente contra él. La rebelión acabó en asesinato, pero el “pesquisador” no pudo arrancar de las bocas de los aldeanos más que una única respuesta: «Fuente Ovejuna lo hizo” http://quelibroleo.com/fuente-ovejuna.
Es un síntoma más del degrado social en que está imbuida la República Dominicana. Este fenómeno debe estudiarse o vincularse a los datos alarmantes que muestran las encuestas respecto a la poca confianza que tiene la ciudadanía sobre la integridad de las instituciones públicas.