Los jóvenes han tomado las calles del país y no hay retorno. Ellos caminan hacia el horizonte buscando la esperanza. Nunca dejaron de militar en el amor y la solidaridad. No así en los partidos políticos. Los jóvenes militantes partidarios eran sólo una vanguardia que podíamos contarla con una simple mirada. Ahora los ojos no alcanzan para mirar el inicio y la larga cola que cubre toda la nación de punta a punta, a través de una movilización popular dirigida por una juventud rebelde en defensa de la democracia y contra la impunidad y la corrupción. El fraude electoral les explotó en las manos a los propios autores. La juventud de todos los niveles sociales surge desafiante enfrentando y derrotando al poder político. ¡Ya no hay retorno!

La misma juventud que fundó un partido nuevo bajo el liderazgo político y moral de Juan Bosch es la misma juventud que, tratando de recuperar moralmente hoy a la sociedad dominicana, entierra para siempre al PLD y a su élite política corrupta que le ha causado un daño irreparable al país. Se está produciendo, en este momento histórico, la desaparición del PLD, y no tiene salvación porque éste renunció y abandonó, bajo el peor liderazgo corrupto, el pensamiento y el ejemplo de su líder fundador, el profesor Juan Bosch. ¡Ya no hay retorno!

No hay un sólo espacio en el país que no haya sido tomado por la juventud para oponerse y resistir a la barbarie provocada por el fraude electoral. La Junta Central Electoral ni la élite del PLD ni el Gobierno quisieron comprender que el país ha cambiado y que ya no es posible un fraude electoral sin que el pueblo entero responda y paralice el país hasta derribar a quienes ignoran que ya no hay condiciones para el camuflaje de las cosas, como se acostumbraba a hacer en períodos anteriores. ¡No hay retorno!

El Pleno de la Junta, el PLD, y un grupo de empresarios que se ha enriquecido como nunca a costa del Estado y del pueblo, con las facilidades mafiosas del Gobierno, necesitan algunos cursos de sociología para que comprendan que este país cambió hace mucho tiempo y que un fraude, de realizarse, traerá una tragedia política y social, y que los causantes siempre perderán ese pleito. Nosotros advertimos ésto el 12 de febrero, a cuatro días de las elecciones, en el artículo que publicamos en este mismo medio. Citamos:

"Un fraude electoral en las próximas elecciones en una sociedad en profunda crisis, y con la falta de credibilidad pública de la Junta, según reflejan las encuestas, nos llevaría a encontrar posiblemente "tornillos en el queso", como diría el poeta Pablo Neruda". Ahí están los jóvenes que han tomado el país por asalto. ¿Ah, qué quién es Pablo Neruda? ¡No hay retorno!

En otro párrafo posterior advertí, a cuatro días del evento electoral de febrero, en el mismo artículo: "La situación es compleja, y las amenazas acechan para intentar cambiar el rumbo de la voluntad popular, mientras el pueblo imprime una poderosa fuerza incontenible a su lucha para no perder o destruir su débil democracia". No podíamos hablar más claro de ahí. Llegó el fraude, y la respuesta no se hizo esperar. ¡No hay retorno!

Después del fraude electoral, el Gobierno y el PLD tendrán menos posibilidades de ganar un municipio de alguna significación o dimensión poblacional. Ellos deben saber que no hay condiciones para un nuevo fraude; y que de producirse, las consecuencias estarán muy claras… ¡No hay retorno!