En Antonio Gramsci, (1891-1937). Filósofo y científico italiano, quien desarrolló conceptualmente el termino y el papel de los intelectuales orgánicos, encontramos el desarrollo de dos conceptos sobre la formación de distintas categorías de este indispensable ente de adoctrinamiento, captura y manipulación de los conglomerados. En primer lugar señala que todos grupos sociales que surgen sobre la base original de una función esencial en el mundo de la producción económica, junto a él, existe orgánicamente, uno o más tipos de intelectuales que le dan homogeneidad no sólo en el campo económico, sino también en el social y en el político (pág. 181, García Laguardia, Jorge Mario, Ciencia Política, México, 1977)
Resalta que los empresarios capitalistas crean consigo al técnico de la industria, al doctor en economía política, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho. Además recalca que este debe ser un gran organizador de masas, organizador de confianzas de los actores que intercambian sus relaciones –políticas, económicas, social, etc.- Matiza también, que en interés de las clases sociales –empresarios, gobernantes, capitalistas, etc.,- es por su intermedio que se establecen las condiciones más favorables para la expansión y el afianzamiento de su clase, quien además, debe poseer una aptitud adecuada de organizador de la sociedad en general, desde sus múltiples instituciones de servicios hasta el organismo estatal. (Ob.Cit. p. 181)
De forma puntual, Gramsci, enfoca que en la historia, todo grupo social fundamental que brota como expresión de la nueva estructura, ha encontrado, hasta ahora, las categorías intelectuales preexistentes, que más bien se mostraban como representantes de una continuidad histórica ininterrumpida hasta para las más complicadas y radicales transformaciones de las formas sociales y políticas.
Como modelo, señala además, que la categoría eclesiásticas, monopolizó por largo tiempo algunas actividades importantes, destacándose; la ideología religiosa o sea, la filosofía, y la ciencia de la época; y con ellas la escuela, la enseñanza, la moral, la justicia, la beneficencia, etc. Gramsci, la considera como la jerarquía intelectual orgánicamente ligada a la primitiva aristocracia de la tierra y estaba jurídicamente equiparada con ella, repartiéndose el ejercicio de la propiedad feudal y el disfrute de los privilegios estatales enlazados a la propiedad.
Así mismo, enfoca el desarrollo de otras categorías adecuadas y de mayor volumen, para reforzar el poder central del monarca hasta el absolutismo, en este sentido refiere que se adhiere a todo esto la aristocracia de la toga con sus propios privilegios y jerarquías de administradores, científicos, teóricos, filósofos no eclesiásticos, etcétera, derivándose en consecuencia, una colocación de por sí en posición autónoma e independiente del grupo social dominante, la cual tuvo largo alcance, especialmente en el campo ideológico y político, incluyendo la filosofía idealista relacionada con el supuesto asumido por el conjunto social de los intelectuales y la postura o el significado de la utopía social que llevó a los intelectuales a creerse independientes, autónomos, revestidos de propia representación.
Señala Gramsci, que en cualquier trabajo físico, aun en el más mecánico y descalificado, existe un mínimo de calidad técnica, un mínimo de actividad intelectual creadora. (pág. 190, ob, citada), lo propio existe en los estamentos del poder, que por su misma función deben tener, en cierta medida, una serie de cualidades de tipo intelectual, y aunque podría, según Gramsci, decirse que todos los individuos- hombres-mujeres, son intelectuales, sin embargo, según su criterio, no todos tienen en la sociedad la función de intelectuales.
Clarifica Gramsci, que el tipo tradicional de intelectual se confiere vulgarmente al literato, al filósofo, al artista… Por eso, los periodistas que se creen escritores, filósofos o artistas se consideran también verdaderos intelectuales. En la vida moderna, la educación técnica estrechamente conectada al trabajo industrial, aun el más primario y descalificado, debe formar la base del nuevo tipo de intelectual.
Como se ha podido apreciar, los intelectuales orgánicos, es una instancia muy especial, pero, sobre todo calificada que es formada según los valores sociales, en especial, a los intereses de determinada clase, sobretodo, la oligarquía sociopolítica y las altas elites de la clase en el poder social y político.
Sería importante hacer constar a modo de ejemplo, que nuestra sociedad, desde la formación del Estado, ha desarrollado sus propios intelectuales orgánicos, o sea aquellos entes sobresalientes e individuos con alto niveles de conocimientos técnicos, que a través de actos, planteamientos y posicionamientos garantizan un adoctrinamiento de las masas. En este sentido, a juzgar por lo planteado por este investigador, en nuestra sociedad existen en los partidos políticos, en el gobierno, en las iglesias y en todas las organizaciones del sistema o no, cuadros cuya categorización es de intelectuales orgánicos. Ellos son los que modelan el pensamiento socio-político y todo el accionar el comportamiento de los conglomerados, ya que como instrumento de referencia, incluso líderes de opinión sujetan el pensamiento a favor de los intereses de las clases que los formó y a la que orgánicamente están adheridos.