(Reseña del libro de Alejandro Paulino Ramos)
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Para 1940, la precedencia del grupo de mujeres de la élite cívico-militar de la aristocracia trujillista era el siguiente cuando fueron agasajadas en el yate “Ramfis” y la fortaleza Ozama por Trujillo con motivo de haberse sometido al Congreso el proyecto de ley de los derechos civiles de la mujer en vista a la próxima reelección del dictador: «Ligia de Bonetti Burgos, [María] Cristina Roques de Despradel, Clara Ricart de Pichardo, Dora García, Gisela Velásquez de Troncoso, Isabelita Troncoso de Cáceres, Rosita Barrera de Troncoso, Amelia de Mathiss, Rosalía Garrigosa de Martínez, Carmen Cobián de Parra, Grecia Díaz de Rubirosa, Andrea C. de Peynado, Caridad Sosa de Aybar, Ogarita Pou de Fiallo, Elsa Freites de Guerra, Gladys Freites de Schweg, Clara E. Rodríguez de Trujillo, Margarita Bonetti de Leyba, Flérida M. de Mieses Burgos, Cheíta Ricart de Alfaro, Anita Martínez de Noceda, Paca Martínez de Marchena, Lucila Troncoso de Amiama, Daisy Ricart de Cocco, Marina Ramírez de Cruz Ayala, Tavita V. de Pérez Licairac, Nelly Pellerano de Ricart, Hilda de Ricart, Olga Sánchez de Castro, Julia O[tero] de Sánchez, Genarina de Leyba Pou, Enerolisa [Deñó] de Caamaño y Zaida de McLaughlin. (Cien años de feminismos dominicanos. G. Candelario, E. Manley y A. J. Mayes. SD: AGN, 2016, p. 149).
Figuran, además, las siguientes damas, para completar el cuadro suministrado por las autoras del libro: Rosena de Veras Fernández, Virginia Sánchez de Félix, Consuelo de Gatón Richiez, Aurora de Tejeda, Altagracia Rodríguez de Monclús, Rosario de Ramírez, Nieves L[uisa] Trujillo de Castillo, Japonesa Trujillo de Ruiz, Julia Bonetti de Suncar, María Teresa Espínola, Mercedes Álvarez Sánchez, Guillermina Aybar de Castro, Mercedes Aybar de Castro, Hilda Godoy, Aura Godoy, Rosa María Pellerano, María Cristina Brea Batlle, Bulula Brea Batlle, Alma McLaughlin, Margarita Herrera Báez, Altagracia Franco Ornes, Ireene McLaughlin, Amanda Garrido, Edna Garrido, Celeste Defilló, Gisela Pellerano de López Penha, Juanita Pellerano Zayas Bazán, María Consuelo Pérez Vida, Margarita Abreu Lebrón y Clara Amelia Abreu Lebrón.» (Candelario et al., p. 149).
Estas eran las mujeres de confianza de Trujillo; no las feministas del club Nosotras y de la Acción Feminista Dominicana. Estas últimas, como mujeres de clase media y media baja, pero que eran casi todas maestras normalistas y otras, escritoras, tuvieron que contentarse con un papel secundario en el trujillismo y vincularse a María Martínez de Trujillo, quien tenía veleidades literarias y culturalistas y cumplía un rol de asistencialismo social dirigido a mujeres pobres o maltratadas por su pareja o por familiares. Y también se vincularon a la madre de Trujillo, la excelsa matrona Julia Molina Vda. Trujillo. Las mujeres de pluma de la AFD fueron, entre las que más brillaron, Abigaíl Mejía, Amada Nivar de Pittaluga, Marta María Lamarche, Mercedes Laura Aguiar, Ercilia Pepín, Rosa Sméster, Delia Weber, Andrea Morató de Egea, Celeste Woss y Gill, Livia Veloz, Isabel Amechazurra de Pellerano, Milady Félix de l’Official, Minerva Bernardino, Floripe Mieses Vda. Carbonell y Patria Mella. Una feminista que no se vinculó de lleno al trujillismo fue la primera abogada graduada en el país, Ana Teresa Paradas, quien también fue mujer de pluma y mantuvo un bajo perfil como “técnica” seca en asuntos jurídicos. Ninguna mujer, ni siquiera las de la élite cívico-militar o de la AFD, llegó a Secretaria de Estado. Los más altos puestos fueron de gobernadoras, diputadas, senadoras y embajadoras, como Minerva Bernardino en la ONU, quien, junto a Milady Félix de l’Official fungieron de únicas voceras del feminismo trujillista en los foros internacionales.
La mayoría de las mujeres de la élite burocrática cívico-militar eran esposas de la plana mayor de la oficialidad del trujillismo, como se echa de ver por los nombres de los militares que ostentaban altos cargos en día del agasajo en el yate “Ramfis”. Es bueno recordar que para aquel 1940 Generales solamente eran Trujillo y su hermano Héctor; el resto era de coronel para abajo. Las damas fueron recibidas a borde del yate por el coronel Fernando A. Sánchez, teniente coronel Fausto A. Caamaño, teniente coronel Charles A. McLaughlin, mayor de leyes Carlos Gatón Richiez, coronel J. Joaquín Cocco, jefe de la Policía Nacional y en la fortaleza Ozama por el coronel Teódulo Pina Chevalier, el jefe de Estado Mayor General Héctor B. Trujillo Molina, teniente coronel Antonio Leyba Pou, Mayor Félix Hermida, mayor Andrés Julio Monclús y mayor Frank Félix Miranda. Compárese los estrechos vínculos familiares entre militares y alta burocracia civil con las damas agasajadas a borde del yate “Ramfis” y en la fortaleza Ozama (Candelario et al., pp. 148-154).
El comité ejecutivo organizador del Desfile del Millón de 1960 fue calcado casi completamente a partir de la experiencia de los mismos que organizaron el Gran Desfile del 16 de agosto de 1958, hecho para ratificar y confirmar la ley de noviembre de 1932 del Congreso Nacional que otorgó el título de Benefactor de la Patria al dictador, pero Cordero y Zeller argumentan que el motivo real del desfile, entre otros, fue tapar el fracaso de Ramfis al no obtener el diploma de la academia militar Leavenworth, de Kansas, Estados Unidos, en la que el cofrade del hijo del dictador Fernando A. Sánchez, hijo sí logró graduarse. Es discutible este motivo y tiene mayor peso el tapar el ataque de la prensa norteamericana a Trujillo y la investigación del FBI por el asesinato de Galíndez en 1957 y el activismo de la oposición exiliada en el exterior.
El referido comité organizador del Desfile del Millón estuvo presidido, al igual que el de 1958, por José María Bonetti Burgos, antiguo copero del Benefactor y socio de Héctor Trujillo en el negocio del comercio de las grasas comestibles y lo componían, además, Lic. Enrique Peynado Soler, Dr. Ricardo Mejía Pittaluga, Dr. Manuel Resumil Aragunde, Rafael Esteva, José Manuel Bello Cámpora, José Manuel Alfaro Ricart, ingeniero Pedro Pablo Bonilla Portalatín, cofrade de Ramfis, Marcos a Gómez hijo, socio de Ramfis, ingeniero Manuel Salvador Gautier, Antonio Najri, Juan A. Pardilla, sindicalista, José Martí Otero, Mario Álvarez Dugan, Abraham Santamaría Demorizi, doctor Efraín Reyes Duluc, Eduardo Pellerano Sardá, Dr. Manelic Gassó Pereyra, Cristiana Peynado de Aybar Mella, Dra. Carmen Teresa Jacobo de Prats Ramírez (esposa de Panchito Prats, director de El Caribe), Elsa Freites de Guerra, Sarah Paulino de Morera, José Sánchez de González, Dr. Antonio Ibarra Fort, Sigfrido Objío Santana, presidente de la Juventud Trujillista, Virgilio Álvarez Bonilla, Rosita Mella de Lluberes, Lic. H. B. de Castro Noboa, Rafael Hernández, Juan Bautista Vicini Cabral, José María Cabral Bermúdez, Pablo Manuel González, Lucas Guerra, Dra. Lina Soriano, hija del periodista Germán Soriano, militante del golpe de Estado del 23 de Obrero de 1930, ingeniero Virgilio Pérez Bernal, Tomás Morales Garrido, importar de los carros Mercedes Benz, Salvador Emilio Pérez, los presidentes del Centro Social Obrero, la Asociación de Detallistas de Provisiones y el Club Rotario de Santo Domingo (El Caribe 25 de octubre de 1960, p. 2).
Las esposas de estos personajes de la vida civil se integraron de lleno a las actividades organizativas del Desfile del Millón, al igual que las esposas de la élite militar y, como subordinadas al trabajo de agitación y captación de las demás asociaciones culturales, mutualistas y obreras de la Capital y del interior, se delegó el trabajo a algunas de los más prestantes miembros del antiguo club Nosotras y de la Acción Feminista Dominicana. (Continuará).