Publicado originalmente en Inglés el 14 de febrero de 2017 en Metropolitics.eu.

A pesar del fuerte temor sobre la inmigración y las fronteras en Estados Unidos y Europa, los sociólogos han descubierto que la organización cívica de los inmigrantes en sus países de acogida los convierte en actores cada vez más importantes para cambiar la economía, la política y la cultura de sus países de origen. Fernando Aquino revisa una importante colección de investigaciones editada por Alejandro Portes y Patricia Fernández-Kelly.

Reseña del libro El Estado y las Organizaciones de Base: Organizaciones Transnacionales de Inmigrantes en Cuatro Continentes.  Nueva York, Berghahn Books, 2015. Editado por Alejandro Portes y Patricia Fernández-Kelly.

En 1992, como reportero de Listín USA, una filial de Listín Diario, un importante periódico dominicano, estaba en la sala cuando el poeta dominicano Don Pedro Mir dijo que el futuro de la República Dominicana estaba en Nueva York. Sería difícil subestimar la extrañeza, en ese momento, de la afirmación de Mir: yo había llegado hacía apenas un año antes a NY y sabía que la diáspora dominicana o "Dominicanyorks", como se les llamaba, no tenían una muy buena reputación en la República Dominicana.

Sin embargo, Mir preveía que los inmigrantes estarían expuestos a una experiencia cívica diferente, un nuevo tipo de ciudadanía en la que los expatriados dan lugar a una nueva dinámica entre ellos, los estados que los reciben y los estados que dejaron atrás. Esta nueva experiencia cívica está desafiando a los países receptores a tomar elaborar políticas y a hacer arreglos  políticos para incorporar e influir en una nueva forma de ciudadanía transnacional compuesta por inmigrantes y sus organizaciones (Hochschild et al., 2013).

En The State and the Grassroots: Immigrant Transnational Organizations in Four Continents, los editores Alejandro Portes y Patricia Fernández-Kelly han organizado una colección perspicaz de trabajos académicos sobre la formación y los impactos transformacionales de las organizaciones de base en los países receptores y los países de origen de los inmigrantes. La colección se centra en una nueva forma de entidad cívica que está transformando las formas en que los Estados acogen e interactúan con aquellos que deciden cruzar las fronteras manteniendo identidades cívicas y políticas vinculadas a sus países de origen. Siguiendo un marco inicialmente desarrollado por el Proyecto Comparativo de Organizaciones de Inmigrantes (CIOP, por sus siglas en ingles) de Princeton y la Red Internacional de Investigación sobre Organizaciones de Inmigrantes y Desarrollo, los 10 capítulos se concentran en organizaciones de base, representando a 18 nacionalidades, establecidas en Estados Unidos, Francia, Bélgica y España, cuya acción afecta a países de cuatro continentes.

Los estudios de caso ilustran cómo el transnacionalismo de inmigrantes atraviesa culturas, con impactos que van desde remesas, filantropía e impulso emprendedor hasta influencia sociopolítica. Afirma que estos fenómenos han reajustado las relaciones de países como China, Colombia, República Dominicana, India, México, Marruecos, Congo, Ghana y Surinam con sus respectivas diásporas. El libro discute cómo los estados de origen se han estado adaptando a una nueva forma de compromiso cívico por parte de los inmigrantes inicialmente percibidos como "ciudadanos ausentes"; Estos grupos se han organizado y han tenido un enorme impacto en las economías, la política y la cultura de los países de origen y de destino. "Como una forma de ‘globalización desde abajo’, las actividades de base de los inmigrantes y sus organizaciones no podían sino atraer la atención de poderosas instituciones, en particular los gobiernos" (p.14).

El libro deja claro que ya no es plausible concentrarse en el individuo o la familia individual para describir el impacto que los inmigrantes están teniendo a través de las sociedades. La relevancia de las narrativas estereotipadas de "desertor" o sobre la "repercusión en la vida de las familias abandonadas" ha disminuido para dar paso a una nueva discusión centrada en las contribuciones colectivas y las demandas que los inmigrantes y sus organizaciones están haciendo tanto en los países de origen como los receptores. Aunque el libro se centra en el impacto a nivel de base, también revela que los estados, tanto en los países de origen como de acogida, no han permanecido pasivos. De hecho, una contribución importante de esta colección es la forma en que ilumina que los estados, que siguen exhibiendo las funciones tradicionales de acumulación, legitimación y control, están trabajando para acomodar una nueva dinámica, y una "nueva economía" impuesta por una nueva casta de personas que reclaman derechos e invierten financieramente y socialmente a través de las fronteras. Los variados estudios de casos examinan no sólo cómo se han formado los grupos de interés de los inmigrantes y hasta qué punto han ejercido presión, sino además cómo los estados han adoptado nuevas políticas para abordar las nuevas dinámicas transnacionales creadas por estos inmigrantes.

Por ejemplo, el capítulo de Natasha Iskander, "Socios en la organización: el compromiso entre los migrantes y el estado en la producción de asociaciones mexicanas de pueblos", discute cómo, trabajando en conjunto con las asociaciones de localidades creadas por los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos, el gobierno mexicano creó el programa Tres por uno (3 × 1) en 2008 para igualar cada dólar invertido por inmigrantes en proyectos de desarrollo a nivel local y estatal en México. El programa es un ejemplo típico de cómo los estados están tratando de mantener el control sobre las poblaciones que están unidas a sus países de origen en formas no limitadas por cuestiones territoriales. De acuerdo con las pautas establecidas por el gobierno mexicano, "cualquier grupo de migrantes interesados ​​en participar en el programa 3 × 1 debe registrarse formalmente con las autoridades consulares y obtener una toma de nota, un documento que certifica su existencia y su cumplimiento de ciertos requisitos mínimos establecidos por el gobierno federal" (página 119). Incluso el gobierno autoritario chino, que ha visto y tratado a los emigrantes como desertores, ha desarrollado políticas para facilitar la incorporación cívica de la diáspora de ese país a través de las agencias estatales (qiao ban) y al nivel del Partido Comunista (qiao lian). Como se describe en un capítulo de Min Zhou y Rennie Lee, esto sirve no sólo para facilitar y controlar las contribuciones, sino también para monitorear y fomentar los intercambios culturales, cívicos y políticos.

La colección amplía la comprensión común de los beneficios de la emigración para el estado de origen más allá de la afluencia de efectivo o el alivio de la población. Muestra los esfuerzos de los estados para mantenerse al día con la nueva realidad transnacional. Algunos países han promulgado la doble ciudadanía, permitiendo a los inmigrantes votar en las elecciones de sus países de origen. Además, los estados se han involucrado en empresas clientelistas y corporativistas, incluso creando juntas "consultoras" simbólicas y otros mecanismos burocráticos, para incorporar activamente la acción transnacional de organizaciones de base de inmigrantes. Algunas (de estas acciones) están incluso unidas a sus respectivos consulados, como en el caso de la República Dominicana, que tiene una diáspora muy dinámica políticamente. De esta manera, el libro pone el énfasis en los estados y las sociedades de origen y cómo reaccionan ante las nuevas fuerzas organizacionales. Los principales protagonistas de la historia, sin embargo, son los inmigrantes que simultáneamente se organizan tanto en el país de origen como en los estados receptores.

Esta nueva realidad representa los logros organizacionales de los propios inmigrantes, un punto destacado por Portes en la introducción. Él escribe que el enfoque individualista ha "persistido tanto en los relatos críticos del papel de la migración que consideraba la salida de los migrantes como otro síntoma del subdesarrollo, como en los optimistas que se centraron en el papel de las remesas de los migrantes como una solución casi milagrosa a la pobreza local y el subdesarrollo nacional "(p.2). Las remesas y su impacto han desempeñado un papel importante en el debate sobre cómo los inmigrantes siguen influyendo en sus países natales y por razones obvias. Según un estudio de Manuel Orozco (2017), las remesas familiares de Estados Unidos y Europa a América Latina y el Caribe superaron los US $70.000 millones en 2016, registrando un crecimiento de 8% con respecto al año anterior. Esta infusión de efectivo a los países subdesarrollados desempeña un papel de equilibrio al mejorar los efectos de los altos niveles de pobreza y desempleo.

Sin embargo, como varios artículos del libro exploran, también está relacionado con nuevos arreglos en la relación entre los grupos de inmigrantes y los estados dentro de los cuales las remesas están teniendo el impacto. También se relaciona con la discusión teórica de cómo la inmigración afecta no sólo al material, sino al capital social de los países emisores y receptores. En el capítulo de Thomas Lacroix y Antoine Dumont, titulado "Los marroquíes en Francia: sus organizaciones y actividades en el país", los marroquíes se organizan en grupos dedicados al desarrollo transnacional y a las organizaciones de la ciudad natal enviando dinero y apoyo no sólo a las familias individuales, sino a las ciudades para los esfuerzos comunales (página 214). Esto demuestra que las remesas no son sólo una medida apresurada para atacar la pobreza, sino que en realidad se utilizan para desarrollar los países de origen a nivel de gobierno local. Con esta importante contribución, el libro amplía nuestra comprensión de por qué los estados de origen aceptan y se adaptan rápidamente a las intervenciones de los emigrantes que podrían verse fácilmente como socavando la autoridad estatal.

No obstante, el libro deja claro que el impacto de las remesas no es claro; Su influencia ha suscitado escepticismo en algunos círculos intelectuales acerca del pesado precio del capital humano y cultural que pagan los países a cambio de la afluencia de dinero de los emigrantes. Un ejemplo de esto es la llamada Declaración de Cuernavaca, un manifiesto emanado de un foro de 2005 en Cuernavaca, México, de académicos y expertos discutiendo el impacto de la emigración masiva en los países emisores subdesarrollados. Según el manifiesto, a pesar de los beneficios inmediatos para las familias, el impacto a largo plazo de la remesa no fue positivo; La despoblación regional y la "fuga de cerebros" tuvieron efectos negativos duraderos en los países y dejaron a los Estados en peligro de encontrar maneras de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos sin obligarlos a emigrar. La noción de Cuernavaca, sin embargo, ya no tiene mucha influencia. El capítulo de Iskander, así como un capítulo de Rina Agarwala ("Aprovechando la diáspora india para el desarrollo de la India"), ilustra cómo la "nueva economía" de la inmigración, con énfasis en las remesas y proyectos encabezados por los migrantes en sus países de origen, está ayudando a las economías globales de esos países. Como señala Portes, "las remesas familiares, como las transferencias tecnológicas y las inversiones empresariales, son formas de crear un flujo de retorno de recursos en beneficio de los individuos y los países que quedan atrás. En otras palabras, mientras que la emigración permanente puede despoblar las áreas de emigración y debilitar sus estructuras de producción, diversas formas de salidas cíclicas, marcadas por transferencias monetarias y de información, seguidas de un eventual retorno de los propios migrantes, pueden tener efectos positivos en el desarrollo. (p.7)

Una vez más, al centrarse en los estados emisores, el libro no necesariamente da una imagen completa de la resistencia en los estados anfitriones. No hay duda de que los nuevos desafíos transnacionales que han creado los inmigrantes, que inicialmente inspiraron resentimiento en sus países originales, también han generado una enorme tensión en los estados anfitriones. La reacción contra la inmigración no se da sólo en Estados Unidos, sino en toda Europa, donde los partidos derechistas y neofascistas han impulsado el sentimiento anti-inmigrante a nuevas alturas de influencia, especialmente desde la crisis financiera de 2008. Sin embargo, como Randolph S. Bourne escribió hace más de un siglo en un ensayo titulado "América Transnacional", el rechazo de los inmigrantes a subordinar sus culturas de origen, al mismo tiempo que les molesta a los nativistas, tiene un efecto paradójico. En otras palabras, la asimilación, en lugar de borrar los recuerdos de Europa, los hizo cada vez más intensamente reales. Así como estos grupos se hicieron cada vez más objetivamente americanos, también se volvieron más y más alemanes o escandinavos o bohemios o polacos "(Bourne, 1916). Este libro sugiere algo similar, aunque a través de un lente organizativo más detallado. Como señala Portes, "Los resultados de las sucesivas fases del estudio del CIOP indican que el conflicto entre el activismo transnacional y la incorporación al sistema político estadounidense es en gran parte ilusorio. En la práctica, ambos procesos tienden a ocurrir simultáneamente y se refuerzan mutuamente, como cuando las experiencias y habilidades adquiridas en una esfera son transferidas a la otra "(p.13).

The State and the Grassroots: Immigrant Transnational Organizations in Four Continents is a revealing and useful book for understanding the new transnational civic space created by immigrant communities. As Patricia Fernández-Kelly writes in the conclusion, “Immigrants adjust to new conditions, organizations address other questions, including the search for standing, and even prominence, in the adopted nation” (p. 292), and, while doing that, they are also having a significant impact on the fabric of the societies they left behind and the states that control them. As Pedro Mir envisioned 25 years ago, it seems that the futures of countries with large diasporas are inevitably linked to the people who are making investments and claiming rights beyond their own frontiers.

El Estado y las Organizaciones de Base: Organizaciones Transnacionales de Inmigrantes en Cuatro Continentes es un libro revelador y útil para comprender el nuevo espacio cívico transnacional creado por las comunidades de inmigrantes. Como señala Patricia Fernández-Kelly en la conclusión: "Los inmigrantes se adaptan a las nuevas condiciones, las organizaciones abordan otras cuestiones, incluyendo la búsqueda de cómo establecerse e incluso la prominencia en la nación adoptada" (p.292), y al hacerlo, también están teniendo un impacto significativo en el tejido de las sociedades que dejaron atrás y los estados que las controlan. Como Pedro Mir imaginó hace 25 años, parece que el futuro de los países con grandes diásporas está inevitablemente ligado a las personas que están haciendo inversiones y reclamando derechos más allá de sus propias fronteras.

Bibliografía
• Bourne, Randolph S. 1916. "América Transnacional", El Atlántico, julio.
• Hochschild, Jennifer; Chattopadhyay, Jacqueline; Gay, Claudine; Y Jones-Correa, Michael (eds.). 2013. ¿Forasteros no más? Modelos de incorporación política de inmigrantes, Nueva York: Oxford University Press.
• Orozco, Manuel. 2017. Remesas a América Latina y el Caribe, informe para El Diálogo: Liderazgo para las Américas.