Anda causando indignación por las redes un vídeo reportaje que capta al Gobierno y a la Alcaldía graduando falsos nuevos alfabetizados en el Distrito Nacional. El video trata de una reportera que emocionada va a preguntarles a unas personas mayores por el logro alcanzado, y se topa con que a pesar de la banda de graduados, ninguno estaba allí por eso. Sino porque alguien del partido los había invitado.

En dos mensajes consecutivos en Twitter, el vocero principal del Alcalde, Omar Liriano, se contradice, en el primero escribe:

“El más grande acto de amor: Roberto Salcedo entrega certificados de "Ya Se Leer" a 2500 personas” y anexa una foto.

Es decir, se adjudica parte del éxito y lo relaciona políticamente al amor que siente y entrega su jefe día a día. Su próximo tuit, luego del escándalo, pasa a rectificar el furor inicial y estipula:

“Es un acto de desesperación decir que Roberto Salcedo es responsable de Quisqueya Aprende Contigo cuando todos saben que es DIGEPEP”

Se desliga de la actividad que celebraba y se la tira a Lidio Cadet y DIGEPEP que no están aspirando a nada. DIGEPEP dice entonces que todo ha sido una confusión, nos tratan de tontos. Dicen que parte de la gente que fue por “confusión” terminaron con la banda, la logística no pudo controlar los cientos de personas que querían ver este gran acto.

Pero ¿Qué personas se enteran de este tipo de actos? ¿Quiénes quieren acudir a uno? Todos sabemos cómo se movilizan tantas personas en este país y lo que cuesta…. Esto fue premeditado.  Y el objetivo era engañar a quien vio el acto para fortalecer la imagen de la DIGEPEP y del Alcalde. Y salieron trasquilados.

¿No es una falsa de tacto politizar una actividad de esta magnitud? ¿Llevar un alcalde a un mes de las votaciones a hacer campaña? Y es que sólo si lo vemos desde el matiz político entendemos la necesidad entonces de llevar tanta gente, de que Roberto Salcedo hablara y entregara certificados que no les compete, de llenar el salón, de crear falsos graduandos y no preocuparse por quienes de verdad se graduaban… ¡Era un acto político!

Y el Alcalde que quiere 18 años se ganó el reproche público que hoy recibe. Podía ser invitado, pero no era figura principal (fuera de la campaña) en una actividad de una dirección del gobierno central.

Y siguen errando. La continuación de la respuesta institucional es culpar a la oposición por los “Infiltrados”. Varias personas sintiéndose burladas me han resaltado la puntería que ha tenido la reportera de consultar precisamente a los “Infiltrados”, y de cómo en todo caso la oposición ha sabido sentarlos y colocarle bandas.

La mejor oposición parecen hacérsela los mismos reeleccionistas (ya sea del gobierno o de la alcaldía), sólo hay que saber ver y preguntar.  La peor campaña sucia se la hacen ellos mismos o ¿hay acaso una campaña más sucia que llevar a personas para simular que se graduaron en un acto oficial politiquero?