En el periódico Hoy del día miércoles 17 de junio, apareció en la conocida columna “Impacto Deportivo” que suscribe su Editor Deportivo, Franklyn Mirabal, una foto de medio cuerpo del actual Presidente del Licey Ing. Domingo Pichardo, y el título de la columna destacado en negritas: “Increible: Los enemigos del Licey parece que no duermen!
En su en su primer párrafo, como introito, trata de justificar el titular de esa columna señalando que “La semana pasada circularon unos reportes falsos con respecto a los Tigres del Licey.” No solo califica de falsos ese reportaje, sino que de manera harto ligera atribuye esa denuncia, (falso o verdadero) “a esos enemigos del Licey que parecen que no duermen.” inmediatamente se dispuso a llamar y hablar con su otro jefe, el presidente del Licey, como declara, quien le “aclara el panorama: El Licey solo ajusta sus finanzas como lo hace todo el mundo”, lo que parece razonable sobre todo en tiempo de sequía, limitaciones y restricciones por la pandemia cuando no se sabe si habrá o no pelota este año.
¡Los verdaderos enemigos del Glorioso Tigre del Licey están en su misma entraña!
Siguiendo la entrevista, nos dice que “lo que más le molestó al Presidente del Licey fue la mentira de haberle privado una pensión a Tomas Troncoso” dando una respuesta absurda para enfatizar que “lo que se quiere es dañar con Tomas la imagen del Licey.” Sin embargo no deja reconocer algo de verdad: “Simplemente se le suspendió la iguala que tenía por su programa.” ¡Simplemente! ¿Un acto de reconocimiento, de justicia o de caridad? Es ese el pago merecido a ese antiguo y consecuente servidor de la enseña azul, defensor de la directiva aun en sus desaciertos, Inmortal del Deporte Dominicano, dada su avanzada edad y su delicado estado de salud, se le priva de una iguala. Muy humano. Otros servidores tuvieron igual fin ajustándola finanzas fueron suprimido cargos y cancelaciones como la excelente Relacionista Público, que durante años se desempeñó de manera eficiente siendo una fiel seguidora de los Tigres del Licey. Complacido con las respuestas obtenidas, el entrevistador, más calmado, concluye defendiendo lo suyo: “Lo que observo es que el Licey se maneja bien para garantizar la estabilidad del equipo.”
No se olvida, solo omite mencionar los desaguisados cometidos tanto por esta como por anteriores directivas del Club Atlético Licey, como si esta noble institución deportiva fuera un bien propio, que no se tiene ninguna obligación con sus socios rendir cuenta de sus acciones y decisiones, como tampoco a las autoridades competentes. Se llegó al extremo de expulsar y degradar a 56 socios titulares de manera sistemática, sin causa justificada ni juicio previo, ingresando en su lugar nuevos miembros de su preferencia en franco desconociendo de los estatutos, el reglamento que la rige y flagrante violación de la Constitución que garantiza el respeto a la dignidad humana y los derechos fundamentales del ser humano, motivo por lo cual ha sido apoderada la justicia ordinaria para que respondan como deben responder por sus hechos cometidos. ¡Los verdaderos enemigos del Glorioso Tigre del Licey están en su misma entraña!