Por su sabio andar octogenario lo admiro, respeto y quiero. Siempre nos impresiona su imponente carácter y rectitud ética, tras la que esconde la inmensidad de su nobleza. Este padre que llevo dentro, este abuelo de enseñanzas y modales: cree en supersticiones.

El Dr. Luciano Martínez Persia, “El Profe” como le dicen sus alumnos y colegas, ha sido formador de generaciones de médicos y cirujanos en República Dominicana. Este hombre católico de ir a Misa los domingos, nos ha corregido cuando dejamos una mecedora moverse sola, pues cree firmemente que eso trae malos presagios.

Me cuenta esta mañana que durante los diez y seis años que estuvo en Barahona -ejerciendo como médico y acompañado de una estrenada juventud- la “gente del pueblo” le hizo creer… y creyó para siempre en lo que él mismo reconoce son supersticiones.

“¡Cuidadoo! Que no te pase un gato negro por delante, ni tú por debajo de una escalera, porque eso trae mala suerte”, dice convencido. Pero…, mi querido Dóctor, no se me avergüence de ello que  el primer ministro de Inglaterra, Winston Churchill, portaba su "bastón de la buena suerte" y rara vez fallaba al golpear a un gato negro que le saliera al paso”.

Algunas fuentes aseguran que Napoleón Bonaparte también les temía a los gatos negros. Y están reconocidos a Benito Mussolini y Adolfo Hitler como fanáticamente supersticiosos. Hitler creía que el número 7 tenía poderes especiales, y con frecuencia pedía consejo a los astrólogos y a los adivinos. También, Eduardo VII, Rey de Inglaterra, era extremadamente supersticioso, al grado de que no toleraba que le hicieran la cama o cambiaran las sábanas en viernes.

Según reza un viejo adagio, si se cambian las sábanas en ese día, el diablo tendrá control de nuestros sueños durante toda la semana. Se dice que Cristóbal Colón y su tripulación, durante su viaje al Nuevo Mundo en 1492, creían que habría desastres si los tiburones seguían su barco; por eso trataban de alejarlos. Luciano Pavarotti solía recoger los clavos doblados tras el montaje de los escenarios en los que debía actuar.

Y… ¿Por qué siempre asociamos el número 13 con la mala suerte? Hay varias explicaciones. Entre ellas está que había 13 personas en la Última Cena de Jesucristo y luego fue crucificado, que el código de Hammurabi omite este número en su lista, que existen 13 espíritus del mal, o que los calendarios sólo tienen doce meses. Antiquísimas son las supersticiones, y muchos son los hombres famosos que han creído en ellas.

En nuestro país, varios presidentes fueron muy supersticiosos. Aquí se usa término cabalístico como sinónimo de alguien supersticioso. Cábala es un sistema de interpretación mística. Nace en las comunidades judías del sur de Francia y España en el siglo XII. Tiene sus orígenes en el renacimiento místico judío de la Palestina otomana.

Creer en supersticiones no contradice la fe religiosa, son procesos paralelos que ocurren al interior de una persona. Creer en supersticiones va más allá del credo, del nivel académico, o de la clase social a la que se pertenezca.

Las supersticiones devienen componentes esenciales del imaginario sociocultural de un pueblo, constituyen verdades hechas y validadas por la sabiduría popular y son elemento constitutivo de la cultura popular tradicional. Desde un enfoque científico, las supersticiones pertenecen al conocimiento ordinario y empírico, no al comprobado por el método científico, pero al mismo tiempo, las supersticiones integran la esfera cultural a la que el sociólogo norteamericano Talcott Parsons dio gran importancia, dentro de la estructura social.

Para la sociología de la cultura, las supersticiones son consideradas una dimensión de la cultura popular tradicional que proliferan más en sociedades conservadoras, tradicionalistas y de bajos niveles de instrucción que en aquellas sociedades racionales-legales, con altos niveles de educación. Porque tienden a ser más supersticiosas las personas de poca formación académica.

Sin embargo, como queda evidenciado al inicio de este artículo, estas creencias mágico-esotéricas, cuando se incorporan en niñez o juventud, sobre todo por  imposición de patrones culturales vía familia o amigos cercanos, entonces, se llegan asumir con una convicción que trasgrede los límites lógico racionales, para quedar asentados como códigos culturales reguladores conductuales.

Sería interesante estudiar por qué dentro del territorio nacional,  según algunas exploraciones que he realizado, se revelan los barahoneros como muy supersticiosos. Las investigaciones socioculturales son un reto en nuestra sociedad.

http://www.barahonero.com/2010/04/supersticiones-y-creencias-dominicanas.html

http://mx.selecciones.com/contenido/a2772_supersticiones-de-gente-famosa-parte-ii

http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/origen/283-historia-y-supersticion-del-numero-13.html

http://marcianosmx.com/supersticiones-de-gente-ilustre-y-famosa/

http://www.elcaribe.com.do/2013/08/03/presidentes-guiados-por-supersticiones#sthash.BEMyqR1r.dpuf