¿Qué hace el Ministerio de Educación Superior (MESCyT) dominicano? Muchos lo sabemos, pero quise comprobar mis impresiones con un pequeño sondeo entre conocidos y algunas personas que encontré en la vía pública. No me sorprendió que la mayoría me respondió que ofrecen becas. Pero ¿qué más hace y debería hacer el MESCyT?
En términos generales el MESCyT reglamenta, promueve y administra el Sistema de Educación Superior, Ciencia y Tecnología Dominicano, es decir que coordina: la consolidación de la calidad de la educación, la producción científica, el desarrollo curricular, las relaciones internacionales, entre muchas otras actividades. Entonces ¿cómo llegamos al punto en el cual el MESCyT es reconocido principalmente por la administración de becas?
Una posible explicación puede estar en el rezago existente en los mecanismos de aseguramiento de la calidad del país, ya que, en otros como Colombia, Chile o España, el Ministerio de Educación Superior mantiene una comunicación constante con la sociedad mediante la publicación de listados con la clasificación de las Instituciones de Educación Superior (IES), especialmente universidades, de acuerdo con sus estándares de calidad. Esto posiciona a los ministerios como referentes cruciales a la hora de elegir tanto universidad como programa de estudio. Sin embargo, en la República Dominicana todavía se depende de rankings internacionales que generalmente se encuentran desvinculados con la idiosincrasia nacional.
Es preocupante que existe más información objetiva para elegir un carro o una acción en la bolsa de valores que para escoger tanto una carrera como una universidad en la República Dominicana, teniendo en cuenta que, aunque todas son inversiones, la última tiene el impacto más profundo en la vida de una persona.
Pero ¿a qué nos referimos al indicar que no hay suficiente información sobre las IES dominicanas y sus programas? Vayamos por partes:
- No tenemos un sistema nacional completamente consolidado para certificar la calidad de los programas de educación superior. En consecuencia, las familias no tienen una herramienta sencilla para identificar cuál programa es mejor que otro, lo cual las obliga a realizar una investigación individual que frecuentemente es superficial y que está fuertemente influenciada por la reputación y la publicidad, las cuales pueden invisibilizar aspectos importantes a tener en cuenta en la decisión final.
- Las universidades han decidido acreditar la calidad de sus programas con acreditadoras internacionales que difieren en sus estándares. Por consiguiente, las familias no pueden discernir de forma objetiva entre las carreras e instituciones.
- Se desconocen los métodos y períodos de habilitación de las IES para ofrecer sus programas y es probable que diversos programas no hayan sido actualizados desde que fueron creados y estén obsoletos.
- Es insuficiente la cantidad de intercambios académicos internacionales de profesores, estudiantes e investigadores, lo cual influye en el insularismo o aislamiento de nuestro sistema educativo respecto de las tendencias globales. Esto es potencialmente peligroso en términos de competitividad, ya que el rezago y desactualización profesional puede provocar la exclusión de los graduados del mercado laboral.
- No existe un sistema de monitoreo y estudio del ingreso al mercado laboral por parte de los recién graduados, ni se conoce las tasas de éxito profesional de los egresados de las distintas IES del país.
No obstante, no todas son malas noticias. El MESCyT ha avanzado en la consolidación de un Sistema Dominicano de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (SIDACES) desde 2016, recogiendo las experiencias discontinuas de la Asociación Dominicana para el Autoestudio y la Acreditación (ADAAC) de los años 1987-1990 y 2002-2008. Sin embargo, hasta la actualidad no contamos con un sistema completamente funcional.
Por estas razones, desde el Observatorio Latinoamericano de Desarrollo Sostenible (OLDS) propusimos que el MESCyT solicite la cooperación del Ministerio de Educación Nacional Colombiano para terminar de consolidar el sistema de acreditación nacional, dada la buena experiencia del país cafetero durante los últimos 28 años y debido a que este país cuenta con dos universidades entre las 10 mejores de América Latina, siendo solamente superado por Brasil.
En nuestra propuesta sugerimos que:
- Se adopte un sistema de registro calificado de los programas de educación superior con un período de renovación condicionado a la actualización curricular, el mejoramiento de los estándares de calidad y las estadísticas de pertinencia social de dichos programas.
- Promover la participación de docentes, rectores y representantes de las IES en los procesos de acreditación de alta calidad como pares evaluadores en ambos países. De este modo se pueden adquirir valiosas recomendaciones y compartir experiencias para mejorar la calidad de la educación superior.
- Solicitar transferencia de tecnología, buenas prácticas y experiencias para la implementación del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior (SPADIES), Sistema de Información de la Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano (SIET), Observatorio Laboral para la Educación (OLE) y ScienTI. Todos estos sistemas de información permiten monitorear la calidad de la educación, la transición hacia el mercado laboral, la producción científica y los logros académicos, con lo cual se pueden tomar medidas para acelerar el incremento de la calidad de la educación dominicana.
Existen más recomendaciones que se pueden observar en nuestra propuesta técnica. Sin embargo, consideramos que hemos dejado claro que necesitamos del MESCyT un mayor esfuerzo para consolidar la calidad de la educación dominicana y en la comunicación con la sociedad civil para dejar de necesitar becas para obtener una educación de calidad mundial.
Esperemos que el ministro Fermín reconsidere estas sugerencias y que la cooperación internacional en materia de educación con Colombia y otros países trascienda. Para esto último consideramos relevante la constitución de una Agencia Dominicana de Cooperación y el trabajo decidido de los embajadores Julio Cordero (dominicano en Colombia) y Daniel Cabrales (colombiano en República Dominicana)