En 2013, había 1.8 millones de personas de nacionalidad u origen dominicano (NOD) residiendo en EEUU, equivalentes al 0.56% de la población total de ese país, según datos de la American Community Survey (ACS).
El 46% había nacido en territorio de EEUU y el 54% en RD, esto es 958 mil personas, a lo cual habría que sumarle los que están en condiciones de irregularidad.
La población NOD es más joven que la población total residente en EEUU y hay pocos envejecientes. El 29% tiene menos de 18 años (23% en la población total), el 56% está entre 18 y menos de 55 años (50% en el total), y los mayores de 55 años son el 15%. La edad mediana de los NOD es 29 años frente a 37.5 de toda la población.
Es una población poco educada. El 32% de la población de los mayores de 25 años no han completado el bachillerato frente al 13.4% de la población total. Sin embargo, el nivel de matriculación de la población de tres años o más sigue el mismo patrón de la población total. Eso significa que la desventaja educativa se eliminará eventualmente.
Se reproducen más rápidamente que el resto de la población, ya que el 48.4% de las mujeres NOD en edad fértil registró un nacimiento en los 12 meses anteriores frente a un 36% de la población total.
Es una población que todavía está culturalmente poco integrada, pues el 42% habla inglés menos que “muy bien”.
El 67.4% de la población NOD de 16 años o más es económicamente activa, de los cuales el 54.6% trabaja y el 8.2% está desocupada.
La situación de bienestar relativa es mucho peor que el resto. En promedio los hogares en EEUU ganan 1.5 veces más que los hogares NOD y el ingreso per cápita total anual es 1.81 veces superior. El 27.4% de las familias y el 28.3% de las personas están en condiciones de pobreza, 2.36 veces y 1.8 veces más que el promedio en EEUU, respectivamente. El 76% reside en viviendas rentadas y solamente el 24% en casa propia mientras que en promedio en EEUU es lo inverso (37% en vivienda rentada y 63% vivienda propia).
Enorgullece el esfuerzo de la emigración dominicana, pero al igual que la emigración haitiana, ambas son el resultado del fracaso del modelo económico y político dominante de proveer una vida digna a los nacionales de sus países.