Hace 23 años publiqué Kennedy y Bosch un libro basado en los documentos entonces disponibles en la Biblioteca del finado presidente norteamericano sobre lo ocurrido en Santo Domingo durante el gobierno de Bosch. Entregué personalmente el primer ejemplar a don Juan, quien me lo agradeció muchísimo, pero luego supe que el Comité Político del PLD había decidido no comentar la obra, como si no hubiese salido. Obviamente no estaban contentos con lo que decía, pero supongo no contaban con argumentos para criticarla. El grueso de los documentos en esa fecha todavía no estaban desclasificados. Fue solo durante una reciente visita que conseguí la documentación clave. La citaré durante varias entregas semanales:
EL TEMA HAITIANO
Bosch había amenazado con invadir a Haití como represalia por una intromisión en la embajada dominicana en Puerto Príncipe. El asunto llegó a complicarse tanto que hasta la OEA intervino. El 29 de abril de 1963 el embajador norteamericano John Bartlow Martin reportaría: "Bosch me dijo hoy lo que habíamos sospechado todo el tiempo: está manteniendo la situación política interna muy en mente al calcular sus movidas sobre la situación haitiana. Mañana la nueva Constitución, la cual ha estado siendo atacada por la Iglesia y por la oposición política, será proclamada. Bosch cree que puede distraer la atención al enfatizar lo de Haití. Dijo que su 'manipulación' de la actual situación tiene dos objetivos, el derrocar a Duvalier, al tiempo que se obtiene que se pase sin problemas la Constitución".
Bosch utilizó una táctica muy común: crear un incidente internacional para unir a la opinión pública y distraerla sobre un tema interno.
EL GENERAL CANTAVE
Pocos días antes del derrocamiento de Bosch, el general haitiano Leon Cantave tiroteó desde la zona de Dajabón al ejército de Duvalier. Cuando seis años después del golpe de Estado, Bernard Diederich publicó Papa Doc y los tonton macoutes, dando detalles sobre el involucramiento de las Fuerzas Armadas dominicanas y la CIA en el ataque de Cantave, Bosch explicó que esa había sido la causa real de su derrocamiento, olvidándose de los argumentos que había expuesto en su magnífica obra Crisis de la democracia. Alegó que fue al leer ese libro que se enteró de lo de Cantave. Para varios de nosotros esa declaración de Bosch no lució ser cierta, ya que uno de sus más estrechos colaboradores había escrito un panfleto donde explicó que lo mantenía al tanto sobre las actividades de Cantave y, además, más de uno de los jóvenes seguidores del presidente dominicano fue invitado a participar en Sierra Prieta en los entrenamientos de Cantave.
Entre los documentos que logré recientemente hay uno donde se evidencia que Bosch estaba al tanto de las actividades de Cantave, por lo menos el mismo día de su derrocamiento. El 24 de septiembre a las 6:17 PM el Embajador Martin reportó que Bosch le había dicho que no creía que el tema haitiano estaba involucrado en el plan para tumbarlo. Cuando Martin le preguntó específicamente si había dado órdenes para que los militares dominicanos apoyaran a Cantave, lo negó. Pero, en la mañana del día 25, ya derrocado, Bosch le explicó que había sido solo durante su última entrevista con los militares que se enteró que estos habían estado apoyando a Cantave. Era una de las varias razones por las cuales ya no creía en los militares dominicanos.
MIOLÁN SE ASILA
Estando Bosch en México llamó a Rómulo Betancourt el 17 de septiembre para solicitarle, según informó Betancourt al embajador norteamericano en Caracas, que su gobierno "no diera declaración alguna". Y es que Ángel Miolán se había refugiado por una noche en la embajada venezolana en Santo Domingo, ante un rumor de un golpe de Estado.
Por cierto, el canciller venezolano le diría al canciller norteamericano, tan pronto se supo del golpe contra Bosch, que debería de convocarse a una reunión de cancilleres, pero no para reponer a Bosch, citando "la ineptitud y la ineficacia de Bosch, quien es más un intelectual que un político".
Continuaremos sobre el tema.