Uno de los personajes más famosos de la biblia lo es el Rey David. De una vida intensa e interesante, que de joven músico y pastor, se convirtió en rey. Una de los episodios célebres es el que se narra en el primer libro de Samuel, en su capítulo 17, versículos del 1 al 54, (1 Samuel 17:1-54), es la lucha de David contra Goliat. Todos conocemos el desenlace de la historia, el joven israelita derrota al gigante filisteo.

David, de Bernini

La verdad es que la figura de David ha sido la inspiración para varios artistas a lo largo de la historia para crear y recrear su vida. Caravaggio, en su obra David con la cabeza de Goliat, se retrata a sí mismo poniendo su cabeza por la del gigante. El compositor, director de orquesta y violinista Danés Carl Nielsen, compuso la ópera “Saúl y David” y el compositor francés Darius Milhaud, la ópera “David” Op.320, que narra la vida de éste. Varias han sido las adaptaciones para el cine, teatro y televisión. Pero me referiré en esta ocasión a las esculturas de tres grandes exponentes del arte universal y de la historia del arte, ellos son Donatello, Miguel Ángel y Juan Lorenzo Bernini.

El David de bronce de Donatello, una de las obras representativa del arte renacentista italiano, perteneciente al Quattrocento, aunque se desconoce la fecha de inicio, se sabe que concluyó en el 1446, es una escultura de bulto redondo, de bronce fundido y pulido que mide unos 1,58m de altura, encargada por la familia Medici.

David, de Donatello

Donatello nos presenta a David desnudo, el cuerpo erguido, elegante y relajado, pisando la cabeza de Goliat con su pie izquierdo. Lleva en la mano izquierda la piedra con la que mató a Goliat y en la derecha la espada con la que lo  decapitó. Esta obra fue la primera escultura renacentista que no estaba adherida a un marco arquitectónico y el primer desnudo tridimensional de tamaño natural desde la Edad Clásica.

Por otro lado, el David de Miguel Ángel, una de las esculturas más famosas de la historia, es otra obra maestra del Renacimiento. De mármol y con una altura de 4,34m, la pieza le fue encargada en 1501 e inaugurada en septiembre del 1504. David es representado antes de la batalla contra Goliat, su mano derecha se encuentra sobre su muslo derecho, realizando un ademán de agarrar una piedra, mientras que en la izquierda lleva la honda que cae sobre el hombro izquierdo y la espalda. Realizado dentro del marco clásico, se presenta a David un hombre fuerte y musculoso, pero la expresividad exhibida en su rostro, delata una gran tensión antes del combate.

El otro David, más de cien años después que el de Miguel Ángel y casi doscientos del de Donatello, fue el realizado por Juan Lorenzo Bernini, el más máximo representante del arte barroco.

Creada entre 1623-1624, a solicitud del cardenal Caffarelli Borghese, mide 1,70m de altura y es en mármol blanco. Si bien los David de Miguel Ángel y

David, de Miguel Angel

Donatello se muestran antes o después del enfrentamiento contra Goliat, Bernini presenta a David en plena acción durante el combate. Apoyado en las dos piernas, con el cuerpo flexionado y gira agresivamente, mientras tensa la cuerda de la honda para lanzar la piedra. Con el cuerpo semidesnudo, la tensión y concentración del instante, se expresa en sus músculos y en su rostro, mordiéndose el labio superior.

Se dice que el Papa Urbano VIII sujetó un espejo frente al rostro de Bernini, para que el genio de Bernini pudiera utilizar su propia expresión de profunda concentración como modelo.

Donatello nos muestra a un David con una elegante serenidad. Miguel Ángel nos lo presenta tranquilo, perfecto, lleno de potencia. Bernini nos lo expone en movimiento, vivo y convirtiendo al espectador en Goliat.

Tres grandes genios que nos legaron un sinnúmero de obras, de las cuales hoy nos limitamos a comentar del David.