Del marco de referencia del XXII Congreso del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) a realizarse en San Sebastián, España  del 16 al 18 de marzo, tomamos las ideas fuerzas que les comentamos hoy. A mediados del pasado siglo XX un tercio de la población mundial se concentraba en las ciudades; a comienzos del presente milenio, la mitad de la población mundial se ubica en las ciudades y los pronósticos de los estudiosos y urbanistas apuntan a que más de dos tercios (66%) de las personas residirán en las ciudades en el año 2050.

En Europa, el 73% (tres cuartas partes) vive en las zonas urbanas, mientras que en Latinoamérica el porcentaje llega a alcanzar el 80%. Asómbrese América Latina es un continente más urbano que Europa.  Pero mientras en Europa las ciudades y el campo son espacios para el desarrollo humano y social, en América Latina los campos y las ciudades están repletos de inequidades e injusticias.

En 2011 a nivel mundial cerca de una veintena de “megaciudades” superaron los 8 millones de habitantes (entre ellas ciudades de Latinoamérica como Buenos Aires, Sao Paulo o ciudad México), y otras 411 rondan el millón de habitantes, entre ellas Santiago de los Caballeros. Pero si sumamos a estas cifras la población de los entornos metropolitanos, los números se disparan hacia arriba vertiginosamente.  Esta masiva urbanización ya supone, en sí misma, un desafío mundial de gran alcance por su profundo impacto y desafío a todo el planeta.

Las ciudades y los entornos urbanos, a su vez, han tenido un papel fundamental a lo largo de la historia en el desarrollo de la humanidad, como motor social, económico, tecnológico y cultural. Las ciudades acumulan un creciente protagonismo a medida que van concentrando una mayor proporción de la población mundial y mayor densidad de actividad económica.

Sabemos que las ciudades son organismos vivos, metabólicos y complejos que evolucionan de forma diversa y a desigual velocidad. Resultan terreno propicio para la ciencia, la tecnología, y en Santiago de los Caballeros hemos demostrado que también para la CULTURA Y LA CREATIVIDAD y asimismo para la innovación, pero concentran igualmente y con mayor intensidad, una amplia proporción de las desigualdades que afectan la población mundial y al planeta mismo.

Mientras el mundo continúa su progresiva urbanización, los retos de la sostenibilidad medioambiental, económica y social se aglutinan en las ciudades, en las del presente y las del futuro. En la Conferencia de Río de Janeiro (Earth Summit 1992) se hizo hincapié en la necesidad de encaminar el planeamiento y gestión urbanos hacia un desarrollo económico, social y medioambiental sostenible, orientado a proporcionar a las personas mejores oportunidades de renta y empleo, un acceso más igualitario a vivienda y servicios, mejores infraestructuras de transporte y comunicación, energía accesible y renovable, preservando el entorno natural y el medioambiente.

Entre los principales desafíos a los que se enfrentan las ciudades a medio y largo plazo, podemos citar los retos que atañen directamente a las personas como la transición demográfica hacia el envejecimiento o la segregación económica, social y territorial que está derivando en una creciente dualización social. Las ciudades se han transformado extraordinariamente en los últimos cien años, especialmente en algunos países, pero este proceso ha adquirido una enorme velocidad en las últimas décadas y en numerosos países.

Este proceso de mayor transformación se enfrenta a la construcción de un MODELO DE CIUDAD que responda a los grandes desafíos de las sociedades del Siglo XXI. Para poder abordar este proceso de reflexión, el XXII Congreso Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), propone un abordaje que parte de la identificación de CUATRO (4) AMBITOS en los que se encuadran las grandes problemáticas de hoy y de futuro en las ciudades del mundo.

CIDEU SAN SEBASTIANEL PRIMER ÁMBITO es la necesidad de cohesionar la sociedad humana en las ciudades y enfatizar el rol privilegiado de los seres humanos en este proceso, muy en especial de los más pobres y vulnerables. Las ciudades son para servir a los seres humanos y a su desarrollo espiritual. El objetivo de las ciudades somos los seres humanos, nunca los edificios, las calles, los vehículos, y mucho menos las fábricas sin metabolismos controlados y generadoras de gases efecto invernadero. EL SEGUNDO AMBITO es el medio ambiente y el cambio climático y la necesidad de establecer ciudades “cero carbono” para evitar que generen aumento de la temperatura de todo el planeta y grandes desastres y eventos naturales.

EL TERCER ÁMBITO se refiere a valorar las ciudades como catalizadores para promover el desarrollo económico; debemos cuidar que las empresas y personas que se mueven entre diferentes ciudades, regiones y países en busca de ventajas competitivas y reducción de costos, lo hagan promoviendo el talento y las mejores prácticas amigas del ambiente. EL CUARTO ÁMBITO pero igual de importante es la NEOGOBERNANZA, para promover un nuevo modelo de cooperación entre los sectores sociales.  El acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación está dando un nuevo impulso hacia el “gobierno abierto” y hacia nuevos modos de relacionarse entre el gobierno de ciudad y la ciudadanía, de forma individual, pero también de forma colectiva en las redes sociales.