Agradezco los comentarios de los lectores, los leo detenidamente, por lo que me llama la atención de Fon Arias, quien señala: “creo que los cosacos blancos eran de Bielorrusia. Por esas ironías de la historia esa misma Bielorrusia se adhiere al socialismo en contraposición a Rusia que abre al capitalismo”.
Mi agradecimiento viene porque Arias me puso a investigar y a confirmar mis conocimientos. Luego de ir a Wikipedia, la enciclopedia del siglo XXI, llego a la conclusión de que ambos tenemos razón. Y no por ironía ni por salomónico, sino por la misma historia que resalta el amigo lector.
Actualmente, los cosacos son diez millones de hombres y mujeres que viven en Rusia, Ucrania y otros países del mundo, como señala la entrada de Wikipedia (disponible en el enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Cosaco ). En 1989, el Soviet Supremo de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas condenó la represión de los pueblos víctimas de desplazamientos forzados, garantizando sus derechos.
Son muy conocidos por sus bailes y sus corales, principalmente conocido son “Cantores del Don”.
Por ello, la mención de los “cosacos blancos” es en oposición a los “cosacos rojos”, ya que los primeros combatieron al régimen bolchevique instaurado en 1917, mientras los segundos se unieron a las fuerzas soviéticas. Esta oposición hizo que sectores ucranios lucharan junto a los nazis en la segunda guerra mundial. La oportunidad fue vista para restablecer el Estado Cosaco del Don, su organización política allá en los 1600.
En 2008, se celebró el primer Congreso Mundial Cosaco, con el apoyo del gobierno ruso, un hecho sorprendente porque era la primera vez del apoyo ruso.
Para grandeza de los cosacos, su régimen social era igualitario y democrático, en contraste con la segregación y autoritarismo de los pueblos circundantes. Por eso se habla de que son “precursores” del orden democrático y popular actual. Para terminar, la frase de Trosky: “La comunidad cosaca es la única comunidad de todos los pueblos de Rusia con capacidad de auto-organización y auto-determinación.” Y su conclusión era cruel e inhumana: “Por este motivo ellos, los cosacos, deben ser exterminados cabeza por cabeza”.