No te enfurezcas si no puedes cambiar a otros como quieres que sean, ya que no puedes cambiar tu a cómo quieres ser. De Kempis.-
Mientras los consejeros áulicos se explayan argumentando con estadísticas, un verbo floreado y hechos descaradamente manipulados sobre que todo está bien, de que los hechos indelicados solo son eso, cosas naturales, sin importancia, y mientras día a día por doquier flota la punta de un sucio iceberg, nuestra justicia no tiene la capacidad para mirar hacia la podredumbre política. Porque cuando se dirige a ese lado, es decir, hacia las aves de rapiña, se comporta como una tortuga o un oso perezoso, mientras que si es hacia el lado de los pendejos, se convierte en una ágil liebre.
Pero, hoy no tengo ganas de nada, absolutamente de nada, siquiera de garabatear esta página. Y no porque me sienta mal ni mucho menos, que va, me siento bien y al mismo tiempo, algo parecido al vacío que produce la impotencia o la decepción, ni más ni menos.
Estoy en atonía total, y todo por el accionar de un grupo de atorrantes llamados ostentosamente políticos, que lo mejor que saben hacer es denigrar a su mínima expresión esa profesión, llamada a ser “La ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles “, así la consideró nuestro Patricio. Y quizás, el desconocimiento por parte de los enganchados a políticos no sea, precisamente, el desconocer esta frase de Duarte sino, desconocer el término… “¡Nobleza!
Me es difícil distraerme de estar consciente, es decir, dormir. Es como permanecer cual espectador que discierne en un proceso continuo de expresiones y hechos que provienen de esta claque política, que sean de la profesión que sean pero, siempre y primero dicen ser… ¡Políticos!
Es tormentoso el ver la irresponsabilidad, el no querer ver ni sentir el tentador avance de las insidiosas indelicadezas llevadas a cabo por parte de un grupo, que más que políticos parecen parásitos adheridos por siempre al Estado, como si fuesen becerros pegados de las ubres de la vaca pero, en este caso, a las tetas de los gobiernos.
Lo que vivo es una sensación más vívida que la misma realidad o la percepción de satisfacción de un placer o dolor producido. Definitivamente, el buen sueño me lo han robado y lo peor es que no tengo a quien reclamarle. No soy capaz de pensar, porque si así fuese, podría olvidar todos estos hechos bochornosos que nos acosan, y hasta podría unirme a la manada, esa misma que siempre está a la venta y que por demás, siempre consigue comprador.
A diario vemos lo mismo, y esa cotidianidad nos lleva otra vez a Duarte, precisamente, en el mes cuando la hipocresía y las palabrerías vacuas se explayan haciendo actos supuestamente en honor a su sacrificio y su pensamiento sobre la Patria, cuando expreso que: “El gobierno debe mostrarse justo y ENERGICO… o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni Independencia Nacional”.
Quizás esté equivocado como siempre, es decir, que no sería gran cosa la que digo pero, considero que al gobierno,-cual que sea-, y a los líderes políticos le caería mucho mejor, más beneficioso, decirle a determinados políticos y por demás abogados; “por favor, le agradezco infinitamente su defensa pero, no me defienda socio”. Que permanezcan callados y no abran la boca para defender la causa del gobierno.
Porque ese discurso de defensa, por más trotamundos y cuanta experiencia tengan en las bajezas políticas, es solo eso, un discurso anacrónico, repetitivo, engañoso y por demás demodé, ya alto conocido. Producido por personajes que, parodiando un gran pensador, podemos decir, que más bien parecen serpientes, que se tuercen a voluntad, como los hipócritas y los simuladores. Y mientras más viejos se van poniendo peor, porque el zorro pierde el pelo, nunca las mañas. En resumen, son lo más parecido a seres engendrados por el demonio. Y a quien le quede el sombrero, se de prisa para que se lo ponga de primero. Así nomás… ¡Si señor!