En cualquier esquina de la ciudad de Santo Domingo hay un individuo al que nadie le sabe el nombre, pero todos le conocen, es casi siempre robusto, de piel oscura de tanto exponerse al sol ardiente del Caribe. Ese hombre, cuyo sudor empapa de manera sofocante su humilde vestimenta, solo sabe que tiene que enfrentar cada día el desafío de vivir. Ese buceador de oportunidades e ilusiones en medio de su tragedia cotidiana de trabajar de sol a sol siempre sonríe, si sonríe, porque la sabiduría aprendida en la calle le dice que al hacerlo seduce a sus clientes. Su público es variado en una país con temperaturas altas casi todo el año, especialmente aquellos atrapados en el agobio del regreso a casa en medio del caos vehicular, el transeúnte que se desplaza acalorado y ve en este individuo su ángel guardián. El que sale a caminar placenteramente por los parques de la ciudad y su presencia le recuerda que hay que hidratarse y gratificar el cuerpo. 

Ese sujeto exhausto de tanto empujar el triciclo de la suerte, esperanzado en que este medio de transporte le ayude a romper con el círculo de la pobreza en que se encuentran sus descendientes, es también el esposo que tiene la obligación inaplazable de llegar a la casa con los recursos necesarios para comprar la comida del próximo día (los chiriperos viven un día a la vez) y educar a los, 3, 4, 5, …. hijos que tiene y que nadie le ha dicho que la familia hay que planificarla de acuerdo con los ingresos familiares. ¡¡¡¡Él no lo sabe!!!! -él es parte de las estadísticas de los desertores escolares- de los excluidos sociales del país. 

La tarea pendiente es saber quién va a rescatar estos individuos de su ignorancia. Quien le va a enseñar en su adultez los conceptos comunitarios y modales que no aprendió en su infancia, quien le dice a este "busca vida" que cuidar y proteger los espacios públicos es un imperativo para una ciudad limpia y sostenible, quien le va a inculcar el sentido de pertenencia que necesita una ciudad de parte de sus ciudadanos. Que mantener los espacios públicos limpios mejora el sistema sanitario del país, porque evita la propagación de enfermedades y que esto impacta positivamente el presupuesto sanitario del país porque entre otras cosas disminuye la ocupación hospitalaria. Como persuadirle para que comprenda que de él depende en parte el bienestar de todos, que beneficia directamente a su familia y entorno.

Sirvan estas líneas para motivar ciudadanos y ciudadanas consciente de su compromiso con una ciudad más inclusiva para de una manera cordial y casi como un apostolado instruir en el orden y limpieza de nuestros espacios públicos a estos hombres en favor de la ciudad de todos y todas. Asimismo, a los gestores e impulsores de una ciudad sostenible para poner en marcha acciones pedagógicas que permitan concienciar y motivar sobre la importancia del reciclaje y el consumo responsable, que eventualmente podría llevar a la industrialización de los residuos del coco que con tanto éxito ha logrado México.