Los Centros de Atención Primaria en el campo de la salud pública son, en teoría, de una importancia capital. Su objetivo es llevar la atención de la salud a las puertas de la población, a diferencia de lo que ocurre con los hospitales donde la relación se da a la inversa, o sea, es el paciente el que tiene que desplazarse, a veces cubriendo una gran distancia y pagando un costoso transporte, para recibir las atenciones que requieren sus padecimientos.
Pero además, y este es el propósito fundamental de los centros, se trata de promover la salud preventiva, sobre el principio elemental de evitar la enfermedad o atajarla desde sus primeros síntomas, tanto en beneficio del paciente como del propio sistema de salud que de esa forma reduce de manera sustancial el costo que implica las atenciones recibidas en un centro de tercer nivel y bajo el cuidado de un especialista una dolencia de menor significación clínica, posiblemente un simple resfriado, que puede ser resuelta por un médico de primer nivel.
Sobre tan importante tema y bajo la firma del veterano periodista Edwin Ruiz está comenzando a publicar un serial de reportajes de investigación el matutino Diario Libre. De ese detallado trabajo, tomamos la definición que de los Centros de Atención Primaria figura en la Página del Servicio Regional de Salud Metropolitana. El mismo lo categoriza así: “Es el mas cercano a la población…” “El que mediante la promoción preventiva permite resolver las necesidades de atención básicas y más frecuentes”, donde “…se resuelve aproximadamente el 85 por ciento de los problemas prevalentes…” y el que permite…”realizar una atención oportuna y eficaz”.
Obviamente para cumplir cabalmente esos objetivos se requiere de personal capacitado, médico, enfermera, promotor, de permanencia en la zona, comprometido con su misión y en estrecha relación con la comunidad a la que habrá de servir. Y lógicamente de los necesarios recursos que le permitan prestar esa atención “oportuna y eficaz”. No es tal, lamentablemente, la situación de los Centros existentes de Atención Primaria. Los datos investigados y que aparecen en el detallado reportaje de Edwin Ruiz resultan reveladores y concluyente en tal sentido. Veamos:
El servicio profesional está a cargo de médicos pasantes, carentes de autorización legal para ejercer la Medicina, durando en la posición apenas 10 meses por lo que no pueden establecer una relación estrecha y de largo tiempo con la comunidad de cuya salud deben convertirse en cercanos y celosos guardianes. Ninguno de los centros cuenta con el equipamiento requerido para prestar las atenciones básicas.
Entre un 8.2 y un 41 por ciento de los Centros de Atención Primaria existentes, no se dispone de los considerados 22 insumos indispensables. En una quinta parte no hay existencia de vacunas, esenciales para prevenir el contagio de enfermedades infecciosas más comunes así como tampoco se dispone de la necesaria cadena de frío para la conservación de las mismas. En un 23 por ciento se carece de cilindros de gas. En la mayoría de los casos los centros están ubicados en edificaciones viejas y deterioradas.
Hay dos razones fundamentales que conspiran contra los Centros de Atención Primaria. Uno de ellos es de orden económico, en tanto el presupuesto de que disponen representa apenas el 4.6 por ciento del total asignado a la cartera de Salud Pública. El otro, que pese a sobradas evidencias de la importancia y beneficios que representa el sistema de salud preventiva para los pacientes tanto en el aspecto clínico por la atención inmediata como económico al eliminar el copago, y financiero para el sistema por la reducción sustancial de los costos, seguimos en mayor medida anclados en el obsoleto y costoso régimen de la salud curativa, tradicional en nuestro atrasado e ineficiente sistema de salud.
El tema da para mucho más. Pero, al igual que ha ocurrido con la Educación, que pudiera ser tomado como referente, disponer la población de un sistema de salud eficiente rebasa con mucho el solo hecho de dotar de mayor cantidad de recursos a Salud Pública, sin definir previamente bajo que sistema, estrategia y planes concretos serían aplicados los mismos.