Además de nuevas políticas efectivas y eficientes de movilidad y tránsito, y de la recuperación de los espacios públicos, urge que los ayuntamientos inicien una verdadera política de gestión de residuos sólidos ecosostenible.
El país vive una emergencia ambiental de facto, siendo ya necesario que los ayuntamientos asuman con responsabilidad las políticas medioambientales que dentro del ámbito de su competencia puedan ayudar a disminuir el impacto ambiental de algunas de las actividades más comunes de los munícipes, entre ellos, la gestión de los residuos sólidos.
La ley núm. 176-07 dispone que la gestión y disposición final de los residuos sólidos forma parte de las competencias exclusivas de los ayuntamientos, y por tanto, compete a estos diseñar y ejecutar políticas municipales tendentes a una recolección efectiva, eficiente y ecosostenible.
Para ello, los ayuntamientos deben iniciar con lo más básico: recolección ordenada, plantas de tratamiento, campañas de concienciación y reciclaje. El manejo de los residuos sólidos es una tarea súper pendiente, lamentablemente, en el Gran Santo Domingo, pues Duquesa nunca fue una solución a los problemas de esta ciudad. Toca, entonces, que en la próxima gestión municipal los ayuntamientos componen la mancomunidad del Gran Santo Domingo procuren una solución al problema de la gestión de los residuos sólidos en esta ciudad.
No es concebible que entrando ya a la segunda década del Siglo XXI la principal metrópolis del caribe ni siquiera clasifique sus desechos ni tenga una planta de reciclaje ni le saque rentabilidad alguna a la basura, siendo la política de gestión de residuos sólidos el gran fracaso de los ayuntamientos del Gran Santo Domingo.
Ahora bien, en general los demás ayuntamientos tampoco es que han hecho gran trabajo en esta área y por ello, se requiere también que diseñen políticas de gestión de residuos ecosostenibles, siendo, como ya mencioné, el reciclaje el primer paso.
Igualmente pudiera pensarse en políticas innovadoras para el cuidado del medioambiente como corresponsabilidad ciudadana a través de nudges medioambientales de corte municipal, a propósito del tema abordado por Vera Lucía Crespo en un artículo publicado en este diario.
Dichos nudges (empujoncitos regulatorios, para traducirlos de alguna manera, que procuran que las personas tomen por sí misma mejores decisiones individuales para el bienestar colectivo) municipales destinados a políticas medioambientales locales que garanticen el derecho a un medioambiente sano como indica el artículo 67.1 de la Constitución, pueden hacerse desde las unidades ambientales municipales, las cuales pueden servir, como unidades de nudges; pero a nivel municipal.
El profesor Enmanuel Cedeño en un artículo en este periódico abordó la conveniencia de la creación de una unidad de nudges a nivel nacional, idea que rescato pues entiendo que su aplicación a nivel local puede acompañar con naturalidad cualquier política de gestión ambiental que lleve a cabo un ayuntamiento, además de que su implementación a nivel local puede servir de piloto para la creación de una unidad nacional.
Necesariamente el tema medioambiental y la gestión de los residuos sólidos nos lleva a la necesaria política municipal frente al plástico. Ya el Ayuntamiento del Distrito Nacional inició una exhortación a los comercios para disminuir los sorbetes; pero se requiere de idear y ser creativos respecto de la gestión municipal para hacer frente al plástico y al fon en su uso masivo, extendido y desmesurado por los comercios e industrias.
Es cierto que no tenemos una ley que permita la prohibición sistemática del fon, por ejemplo, o la limitación del uso de plástico en algunas industrias y comercios. Sin embargo, puede pensarse en algún arbitrio o tasa especial municipal en procura de desincentivar el uso del plástico y del fon, mientras el Congreso Nacional decide aprobar la ley de gestión de residuos sólidos que lleva años durmiendo.
Vale resaltar que las elecciones municipales del 16 de febrero de 2020 significan básicamente dos cosas: la continuidad de la mediocridad en los gobiernos municipales o su relanzamiento con nuevas políticas municipales que asuman y luchen por sus competencias propias.
Por ello, como he ido indicando en esta serie de artículo, es importante conocer las propuestas de los aspirantes a regidores y alcaldes, para ver si mínimamente tratan los problemas de movilidad, tránsito, espacio público y gestión de residuos, pues estos son los que impactan directamente el desarrollo humano y en el ejercicio efectivo de los derechos fundamentales que los ayuntamientos, como parte del Estado, están llamados a garantizar, proteger y hacer efectivos.