1.- El irrespetuoso está presente en todas partes y demuestra su insolencia sin tomar en cuenta que lesiona los derechos de aquellos ante quienes accionan demostrando así un comportamiento desvergonzado.
2.- Pero cuando el atrevido está al servicio de una persona física o moral, por la actitud del grosero responde su patrono o empleador que tolera actos toscos al descomedido.
3.- He dicho todo lo anterior porque el día martes, diez (10) de enero en curso, 2017, al momento de abordar el avión de JetBlue, que me trasladaría desde Newark a Santiago, en el vuelo 893, un empleado de la línea aérea, en forma iracunda me ordenó entregarle mi pequeña maleta de mano para colocarla en el lugar del avión donde va el equipaje de bodega.
4.- Le expliqué al exasperado empleado de JetBlue, que la maleta de mano con que viajaba contenía objetos que podían romperse o maltratarse a no ser que los llevara en mi compartimiento dentro del avión.
5.- El descomedido servidor de JetBlue, a la explicación que le di, me respondió como todo un fresco, conminándome a que entregara la maletita de mano, o tendría que viajar en otro vuelo. Ante semejante disyuntiva, le entregué mi maletita al arrogante trabajador de JetBlue.
6.- Una vez penetré al avión y procedí abrir el compartimiento que me correspondía conforme el número de mi asiento, observé que el mismo estaba ocupado por maletas de mano de pasajeros que habían abordado antes que yo, y se encontraban sentados en sus respectivos puestos.
7.- Al llegar a Santiago y abrir mi maleta de mano, todos los objetos que venían dentro de la misma estaban unos destruidos y otros mallugados, tal como lo había previsto.
8.- Lo que me ocurrió a mi le ha sucedido a otros pasajeros, que también han sido objeto de los mismos tratos ignominiosos por personal de JetBlue.
9.- El engreimiento de muchos de los servidores de JetBlue, llega al colmo, de no entregar en el curso del vuelo los formularios de inmigración y aduanas, y si los mismos son requeridos por los pasajeros, estos reciben respuestas ofensivas, como ocurrió en el vuelo 893, de JetBlue, ya indicado.
10.- En los vuelos de JetBlue, corresponde a sus auxiliares, tener la dirección y control de la colocación del equipaje por cada pasajero en una parte del compartimiento ubicado encima de la cabeza donde está sentado.
11.- Algunos empleados engreídos, y con la tolerancia de JetBlue, llegan a creerse estar por encima de los derechos, el respeto y la consideración que merecen los pasajeros, los cuales no tienen que pagar las negativas consecuencias de la falta de controles. En el interior del avión a cada ocupante de un asiento le corresponde una parte del compartimiento.
12.- La dignidad, la honra y consideración de una persona no puede estar a merced del capricho de ningún extralimitado ejecutor de tropelías. Por tanto, todo pasajero que sea víctima de una actitud desaprensiva de un empleado de JetBlue, o de cualquier línea aérea, debe hacerlo del conocimiento público para que las prácticas odiosas desaparezcan y no se conviertan en acciones toleradas que desdicen mucho de lo que es una comunidad humana, como lo es la dominicana, que respeta y se hace respetar.