Su Excelencia Zakaria El Goumiri, Embajador del Reino de Marruecos en República Dominicana, nos concedió una audiencia y nos habló con pasión de un acontecimiento emblemático en la historia reciente de su país. Se trata de la famosa Marcha Verde, ideada y conducida por el difunto Rey Hassan II, el 6 de noviembre de 1975, que este martes cumplió 43 años.
El 16 de octubre de 1975, el difunto Rey Hassan II, anunció la organización de una marcha pacífica, conocida como “Marcha Verde”, en la que participaron unos 350.000 voluntarios marroquíes, de los cuales el 10 % eran mujeres, de todas las regiones de Marruecos en dirección a las provincias del Sahara. La marcha que puso fin a la colonización y ocupación española, permitiendo a Marruecos finalizar su integridad territorial en las provincias del Sur.
El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya (La Corte Internacional de Justicia) aceptó los argumentos de Marruecos sobre la naturaleza de las relaciones entre las tribus saharauis y el sultán de Marruecos. En otros términos, el tribunal confirmó la existencia de derechos, vínculos jurídicos y subordinación de las tribus saharauis que vivían en el territorio antes de la ocupación española a Marruecos. En este contexto, el Rey Hassan II instó al pueblo marroquí a organizar una marcha pacífica que supuso el final de la colonización española a las zonas del Sahara.
El 16 de octubre de 1975, el mismo día de la publicación del dictamen de la Corte Internacional de Justicia, Hassan II convoca en un discurso la marcha verde: “Tenemos que iniciar una marcha verde desde el norte de Marruecos hacia el sur y del este al oeste. Tenemos, querido pueblo, que levantarnos como un solo hombre, con orden y organización para dirigirnos al Sahara y encontrarnos con nuestros hermanos allí”.
La idea de la marcha verde refleja la sabia decisión del Rey Hassan II que había apostado por la paz sin hacer uso de la violencia y enfrentamiento armado, para recuperar sus tierras saharianas. Desde Agadir, el Rey dirigió el 5 de noviembre de 1975 un discurso a los voluntarios de la marcha verde, cuyas únicas armas eran ejemplares del Corán, retratos del Rey, banderas nacionales y un efusivo entusiasmo y apoyo popular: “Hemos decidido emprender una marcha pacífica, armados solamente de nuestro derecho y acompañados por nuestros hermanos y amigos. Mañana atravesaremos la frontera para realizar nuestra marcha. Si encontramos un español, sea civil o militar, le saludaremos y le daremos un abrazo, puesto que si hubiéramos querido declarar la guerra a España no hubiéramos enviado personas civiles”.
El 6 de noviembre de 1975, el Rey Hassan II dio la orden a los 350.000 voluntarios, hombres y mujeres, jóvenes y envejecientes, campesinos e intelectuales, estudiantes y artesanos, reunidos en Tarfaya, de atravesar la frontera que separaba Marruecos de las provincias del Sahara y realizar la integridad nacional. Tras el éxito rotundo de la marcha verde, España informó a Marruecos el 8 de noviembre de 1975 que estaba dispuesta a negociar con el Reino de Marruecos. Justo al día siguiente, el Rey Hassan II anuncia que los objetivos de aquella marcha se han cumplido y se dirigió a los participantes en la marcha ordenándoles a regresar a la ciudad de Tarfaya, su punto de partida.
Como consecuencia de ello, se firmó un Acuerdo Tripartito hispano-mauritano-marroquí el 14 de noviembre de 1975 en Madrid, por el que España se comprometía a poner fin a su presencia en el Sahara el 28 de febrero de 1976, de modo que evacuó sus fuerzas armadas el 26 de febrero de 1976, dos días antes de la fecha prevista en el acuerdo.
Su Excelencia subrayó que la marcha verde es un acontecimiento único, sagrado y emblemático en la historia contemporánea de Marruecos y en el corazón de todos los marroquíes, jóvenes y mayores. Para concluir, el Diplomático quiso hacer referencia a los numerosos discursos del Rey Mohammed VI, digno heredero de su difunto padre en materia de la soberanía marroquí sobre “su Sahara” y aseguró que “El Sahara será marroquí hasta el fin de los tiempos”, y que “nunca se renunciará ni un grano de arena” de esas tierras del sur, porque es “el reflejo del orgullo por los múltiples y diversos afluentes que conforman la identidad nacional, en el seno de Marruecos, con sus regiones unidas”.
Como ciudadano dominicano y del mundo, apoyo a Marruecos en su determinación de mantener y defender su integridad territorial. Adelante.