El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), tras levantamientos de campo y estudios hechos tanto por su dirección técnica como por su comisión ambiental, arribó a conclusiones en torno a la necesaria preservación de Loma Mirada, como un recurso natural y fuente de generación de agua potable para las presentes y las futuras generaciones, también, como columna esencial de la producción agrícola nacional.
Dichas evaluaciones técnicas, que fueron realizadas tomando en cuenta que el país debe explotar sus recursos naturales para propulsar su desarrollo, dieron por resultados, de que no existen las condiciones mínimas para que se pueda realizar la explotación minera de Loma Miranda, dado que la misma dañaría el medio ambiente de todo su entorno, incluyendo las fuentes de agua que existen en ésta.
Por medio de los referidos estudios, se determinó que la empresa interesada en la explotación minera en Loma Miranda, presentó un estudio de impacto ambiental propio a sus intereses empresariales y en perjuicio de los sagrados intereses del país, cargado de inexactitudes que muestran una falta de ética enorme por parte de los técnicos que lo realizaron y ejecutaron, al no recoger la verdadera realidad, y además, la consecuencias de la explotación de tan importante recurso acuífero para nuestra nación de cara al presente y al futuro.
Si bien debemos procurar con firmeza el desarrollo de los pueblos, el mismo debemos soportarlo sobre bases firmes y sostenibles, para así, permitirnos aprovechar nuestros recursos, pero de forma responsable, pensando siempre en las futuras generaciones y un correcto encauzamiento del desarrollo nacional
La empresa minera, procurando su enriquecimiento a cota de un patrimonio nacional, presenta la conveniencia de la explotación de las minerales que se encuentra en Miranda bajo la excusa de que la misma generará progreso y desarrollo, a sabiendas, que muy contrario a su apreciación, la referida explotación, sería muy perjudicial, por conllevar a la depredación de recursos naturales no renovables, lo cual afectaría sensiblemente una esencial fuente de agua potable, de la que depende la producción en miles de tareas de diversos rubros agrícolas , y sobre todo, la supervivencia de millones de personas que residen en las diversas comunidades que integran las provincias de la Región Nordeste y el Cibao Central.
Lo peor, es que además de lo indicado, se ha querido extorsionar al nuestras cámaras legislativas y al Poder Ejecutivo, para que en forma forzosa aprueben la explotación minera que se pretende, abusando de los altos niveles de pobreza y atraso social que evidencia la provincia Monseñor Nouel, pese haber sido un centro de la explotación minera muy importante en las ultimas décadas, sin que la misma haya incidido en el desarrollo de su población ni del país.
Si se mira hacia las provincias Juan Sánchez Ramírez y Monseñor Nouel, se encontrará en ellas una pobreza muy palpable y sensible, ya que, de nada le ha servido a su población tener riquezas minerales en su territorio, al no haberse visualizado en las mismas correctas políticas, sino un perjudicial empirismos e improvisación, al olvidarse que el real desarrollo hay que impulsarlo con la solidificación de las fuerzas productivas locales, y con estructuras de desarrollo bajo la dirección de las mismas, y no soportada en las dadivas y el mero empleo, como ha ocurrido en estas dos provincias de la República Dominicana.
Lo anterior, llama entender, que si bien debemos procurar con firmeza el desarrollo de los pueblos, el mismo debemos soportarlo sobre bases firmes y sostenibles, para así, permitirnos aprovechar nuestros recursos, pero de forma responsable, pensando siempre en las futuras generaciones y un correcto encauzamiento del desarrollo nacional.
Soportado en las consideraciones expuestas, en la dirección técnica del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), tenemos la firme convicción, que el país requiere del presidente Danilo Medina Sánchez y de nuestras cámaras legislativas, hacer prevalecerse por sobre todas las cosas los intereses de nuestra Patria, y al efecto, conservar para las presentes y las futuras generaciones a Loma Miranda, como uno de los principales recursos naturales como garantía para preservar la vida y la subsistencia de los dominicanos y las dominicanas, así como, para el país asumir el determinante rol que está llamado a jugar en solución de los problemas alimenticios que atentan contra la población mundial.