Hacer los movimientos acertados para ganar en el juego del ajedrez es cuestión de inteligencia y de lo que se conoce como “timing”.

El presidente Danilo supo lograr llegar a la presidencia: capturó al Rey. Fue una conjunción de jugadas maestras que le permitió subsistir dos años (hasta ahora por lo menos) sin oposición, es decir que desde entonces no se ha jugado con él como elemento a perseguir.

Lo de Loma Miranda lo ubica en el ojo del huracán. Ahora es el Rey a ser vencido.

Así como en el ajedrez existe previsibilidad de jugadas. Era previsible que Medina observara la ley que creaba a Loma Miranda como Parque Nacional. Previsible tal movimiento porque descontaba cualquier pleito judicial con las transnacionales y la oligarquía criolla y juega a “darse tiempo”.

Sus twiters son buenas palabras con poco crédito como verdad en el imaginario popular.

Lo que sí perdió Medina con ese movimiento, también predecible que así fuera, fue enfilar todas las piezas del tablero opositor en su contra, esa es apenas una de las consecuencias al quedarse como el “malo” ante los ojos del pueblo y débil ante la oposición política que avanza y se posiciona en un lugar fuerte y con bastante crédito.

Es obvio que Medina deja claro que se debe más al interés económico que al político. Hace declaraciones políticas pero se manifiesta como un excelente estratega en lo económico y mantiene fuertes vínculos con el poder de las clases gobernantes.

Antes el presidente Medina jugaba con las fichas blancas, ahora tendrá que jugar con las negras. Antes daba el paso y la oposición respondía, ahora es al revés.

Va a necesitar de inteligencia política, de asesores con buen “timing”, para que el PLD logre mantenerse en la presidencia de la república.