En afincado ejercicio de hipocresía política, el Partido de la Liberación Dominicana se ha echado al hombro y dado de guión a sus bocinas la llamada “Regla de Oro” para escoger la dirección de las salas capitulares en los ayuntamientos. Para el oficialismo, sin esa regla -ni de oro ni éticamente preciosa- entraría el mar.

Haciendo retorcido provecho de la solución que, en un momento de crisis, encontró José Fco. Peña Gómez para la gobernabilidad en la municipalidad, el gobierno y el PLD recurren hoy al chantaje de que correrá la sangre el próximo 16 de agosto si los regidores y regidoras ejercen la facultad constitucional y legal de escoger entre sus iguales a quienes encabezarán las salas capitulares.

Es decir, el PLD está postulando que el cumplimiento de la norma, de la ley, como proponen el PRM, el PRSC y demás fuerzas de oposición constituye una amenaza a la gobernabilidad. Para el oficialismo, tal vez inspirado en el ejemplo del presidente-candidato que gritó a todo pulmón: “quiero mi congreso”, el ejercicio de la democracia sería el factor efectivo para que sangre ciudadana sea derramada.

Así como el poder legislativo está llamado a ejercer el control del ejecutivo, asimismo, las salas capitulares tienen la función de legislar y de controlar a los ejecutivos municipales, que son los alcaldes y sus Staff de gestión. Pero el PLD no quiere, como ya el presidente obtuvo “su congreso”, y ordenó que su Cámara de Diputados sea dirigida por su hermana, también se les quiere garantizar a cada uno de sus alcaldes “sus salas capitulares”, sus sellos gomígrafos.

En ese modelo que quiere imponer el PLD las relaciones ejecutivos-legisladores son insanas, porque al estar basadas en la complicidad con el poderío absoluto del alcalde, los regidores reniegan de su responsabilidad de control y reducen su accionar a legalizar y justificar todo cuanto les ordene el ejecutivo municipal, al que terminarán después haciendo víctima también del chantaje. Así las cosas, los servicios públicos serán cada vez menos y de menor calidad.

De manera que la postura de la oposición, de que se reúna cada sala y sus integrantes voten por los directivos que prefieran, lejos de constituir una amenaza, representa un impulso a la institucionalidad democrática en el ejercicio del poder local, y debe ser defendida y ejercida con civismo y en paz. La democracia, la ética y la transparencia en la gestión deben ser la regla de oro de la gobernabilidad municipal.

El reparto y la complicidad no deben imponerse en los cabildos, porque tienden a prostituirlos y a reducir la cantidad y calidad de los servicios que deben recibir los ciudadanos. Si el PLD, partido que registra una fuerte impronta de violencia en la municipalidad, y que controlan los organismos responsables de garantizar la paz ciudadana, planea incidentar el 16 de agosto los actos de las salas capitulares que no controle, como se advierte en sus insistentes advertencias, cargará con su responsabilidad.

Ellos son reincidentes en esa conducta. Recuérdese el caso de  Piedra Blanca, cuando para impedir que un regidor ejerciera su voluntad en las elecciones del  bufete  de  la sala capitular,  personeros llevados por autoridades de ese partido en  la provincia Monseñor Nouel provocaron una balacera que costó la vida de los regidores Gerardo Antonio Núñez y José Pujols, del PRD, y de los hermanos Eddy y Domingo Marte Almonte, dirigentes peledeistas.

En Bayaguana,  el alcalde peledeista Nelson Osvaldo Sosa Marte (Opi) está acusado de quitar la vida en el 2014, mediante el sicariato, de Renato de Jesús Castillo Hernández, regidor de su partido. En las primarias internas del PLD, en diciembre del año pasado, a los activistas de esa organización Erasmo Antonio Medina Espinal, en el sector Los Ciruelitos, Santiago, y Yeral Pérez y Pérez, en Pescadería, de Barahona, sus propios compañeros les arrancaron la vida.

En la campaña para las elecciones del 2000, el país todo fue estremecido por la muerte del general de brigada Luis Santiago Pérez, FAD, asesinado en el 1999 a martillazos y palos con clavos incrustados  por militantes del  PLD, sólo por su negativa a que le colocaran propaganda en su propiedad. Es a este tipo de hechos que se refieren sus advertencias?.