"…aquí se continúa nutriendo el temor, tan útil para imponer todo tipo de medidas de control y vigilancia masiva. Los políticos no se cansan de hablar de amenazas internas y externas a las seguridades nacional y pública, y no pocos suelen identificar al enemigo como proveniente de una raza, nacionalidad o confesión religiosa o ideológica ajena” David Brooks, La Jornada, 4 de julio de 2016

David Brooks, un estadounidense conservador de patriotismo incuestionable, escribió esta acerba critica al describir a su país con motivo de la celebración del 240º aniversario de la independencia: “El país festeja el 240 aniversario de su independencia este 4 de julio. El espectáculo patriótico, rodeado de banderas y hot dogs, que culmina con fuegos artificiales, todo acompañado por himnos que ensalzan a la república y a Dios (que aparentemente tuvo algo que ver), oculta –como en todo el territorio– más de lo que revela.
Tal vez por ello el himno nacional estadunidense es, posiblemente, el único en el mundo que está lleno de dudas e interrogantes, como reveló de manera brillante Laurie Anderson hace años. Es un himno que empieza con la pregunta ¿Aún puedes ver?, y acaba con ¿Dime si esa bandera de estrellas aún ondea?”. El himno no ofrece respuesta.
Cómo hablar de memoria nacional en un país que tiene una extraordinaria capacidad de amnesia –en parte por su mito sagrado de que hay que ver hacia el futuro, no hacia atrás (tal vez eso se explica en parte por ser un país de migrantes). Ese fue el argumento de Barack Obama cuando primero ocupó la Casa Blanca. Hay que proseguir hacia adelante, insistió al evitar investigar y fiscalizar a los oficiales responsables de ordenar la tortura y desapariciones forzadas en la guerra contra el terror. Tampoco el espionaje masivo ilegal de ciudadanos, sobre todo disidentes, ni los ejecutivos responsables del fraude más grande de la historia en Wall Street, que llevó a la destrucción de millones de empleos y a la crisis más grave desde la gran depresión. Absoluta impunidad encubierta por la exhortación al olvido, perdón, al futuro.
Este 4 de julio también se celebra la continuación de las guerras más largas de la historia del país (Afganistán e Irak). No pocos veteranos de éstas cuentan que los estallidos de los fuegos artificiales para celebrar este día –en honor, siempre, a las fuerzas armadas, que se sacrifican para defender nuestras libertades– les provocan temor y angustia, y no salen esa noche. En esas dos guerras, aproximadamente, un millón de estadunidenses han padecido heridas y daños físicos y mentales. Casi 7 mil regresaron muertos.

Si ni Clinton ni Trump convencen…

En su columna, publicada ayer por La Jornada, Brooks revela que ningún político destacado desea ser orador en la convención nacional republicana. Este discurso ha sido el punto de partida que ha catapultado en el pasado a muchos a la presidencia, entre ellos Barack Obama. Todo por sacarle el cuerpo a Donald Trump, a quien los republicanos del mainstream (corriente principal) evitan como a un apestado. Y agrega Brooks: “Los dos virtuales candidatos presidenciales buscarán representar a un pueblo que hasta ahora desaprueba y desconfía de ambos. Casi dos tercios de los electores dicen estar alarmados por la elección actual. Donald Trump continúa asombrando a su Partido Republicano. A dos semanas de la convención nacional, en la cual será coronado, casi ninguna figura prominente de esa formación política (los dos ex presidentes republicanos aún vivos, Bush padre e hijo; el anterior candidato presidencial Mitt Romney, y el gobernador del estado de Ohio, John Kasich, donde se efectuará el acto, no piensan asistir al evento) desea presentarse ante el público como orador.
Sin embargo, tanto Clinton como Trump serán candidatos. La señora Clinton acaba de sortear el último obstáculo en su carrera a la Casa Blanca, el escándalo de los emails. Como reporta BBC Mundo “El FBI recomendó a la justicia de Estados Unidos no ejercer cargos en contra la ex secretaria de Estado Hillary Clinton por el intercambio indebido de correos electrónicos con información clasificada durante su gestión. El director del FBI, James Comey, anunció la mañana de este martes que Clinton, quien es precandidata demócrata a la Casa Blanca, fue "extremadamente descuidada" al manejar la información secreta del gobierno de EE.UU. Más de 30.000 correos electrónicos del Departamento de Estado fueron analizados por la agencia, de los cuales 110 "contenían información clasificada", explicó Comey al presentar las conclusiones de la investigación”.

Esta decisión causó sorpresa entre quienes vieron a Hillary pender de una cuerda floja por el caso de los correos, y fuertes críticas desde el campo republicano. Según lo recogió Excelsior, de México, desde Washington: Los republicanos de la Cámara Baja de EU acusaron al director del FBI, James Comey, de haber utilizado un "doble estándar" para investigar el uso que hizo Hillary Clinton de varios servidores de correo electrónico privados para asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado.

Creo que hay una preocupación legítima de que hay un doble estándar. “Si su nombre no es Clinton o usted no es parte de la elite poderosa, entonces la Justicia actuará de manera diferente", afirmó el presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, Jason Chaffetz.

Chaffetz aseguró que se sintió "desconcertado y confundido" cuando el martes Comey dijo al Departamento de Justicia que no presentara cargos contra Clinton, a pesar de que hay evidencias de que ella y sus ayudantes fueron "muy negligentes" en el manejo de información clasificada.

Muchos republicanos se dijeron decepcionados por la decisión de Comey, a quien veían como un eventual aliado contra Clinton porque está registrado como republicano y ocupó cargos de gran importancia a las órdenes del expresidente George W. Bush antes de ser nombrado como director del FBI en 2013 por el actual mandatario, Barack Obama.

Parece que la gente normal, si hubiera hecho lo que usted dice, estarían ahora mismo esposados y de camino a la cárcel", consideró Chaffetz en un intercambio con Comey”.

Vermont y Bernie Sanders

El estado de Vermont, pequeño (24,900 km²) y segundo menos poblado de los Estados Unidos (626,042 hab.), es conocido por su política liberal y pensamiento político independiente; es el único que ha tenido un gobernador socialdemócrata, ajeno a los partidos Demócrata y Republicano, lo mismo que un senador y representante independientes, en este caso Bernie Sanders.

Sanders es, además de su propia trayectoria, un producto del ambiente político de Vermont, un estado cuyo territorio fue ocupado inicialmente por granjeros, cazadores y leñadores, ajenos al desarrollo industrial y comercial que caracterizó el resto de los estados del noreste.

Bernard (Bernie) Sanders nació en Brooklyn el 8 de septiembre de 1941.  Aunque es demócrata desde 2015 sostiene el récord como el independiente con más antigüedad en la historia del Congreso de EE. UU. De estudiante fue miembro de la Liga Socialista de la, activista y organizador de protestas como parte del Movimiento por los Derechos Civiles. En 1963 participó en la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad donde Martin Luther King Jr. pronunció su histórico discurso "Yo tengo un sueño".

Después de mudarse a Vermont en 1968 realizó sin éxito campañas independientes para gobernador y senador a comienzos y mediados de la década de 1970. En 1981 ganó la alcaldía de Burlington, la ciudad más grande de Vermont, como independiente. Finalizó su primer mandato con un alto porcentaje de aprobación y fue reelegido tres veces. En 1990 fue elegido para representar el mayor Distrito electoral de Vermont en la Cámara de Representantes de EE. UU. Fue congresista durante 16 años antes de ser elegido como senador en 2006. En 2012, fue reelegido con un amplio margen, obteniendo casi el 71 % del voto popular. A lo largo de su trayectoria, ha mantenido una postura crítica hacia la política exterior estadounidense.

Bernie estremeció al establecimiento político estadounidense durante su breve campaña por la nominación demócrata al plantear el socialismo democrático como alternativa para el país. Fue, junto con Donald Trump, la gran sorpresa política de los últimos años en la anquilosada política de los Estados Unidos.

Abrumado por la multimillonaria campaña de Hillary, Bernie se dio por vencido, no sin antes amenazar los cimientos del sistema con el inusitado apoyo que sus propuestas levantaron en la juventud y otros sectores sociales tradicionalmente marginados de la actividad política.

Los Estados Unidos que vio Bernie 

El 1º de julio Bernie publicó un artículo de opinión en The New York Times con el título ‘El modelo económico global está fracasando’, reproducido por medios del mundo entero (entre ellos La Jornada con el título “Los demócratas deben despertar”), distribuido por la agencia ALAI y compartido sin fin en las redes sociales.

Así comenzó Bernie:

¡Qué sorpresa! Los trabajadores en el Reino Unido, muchos de los cuales han visto cómo ha disminuido su estándar de vida mientras los más ricos de su país se vuelven más ricos, le han dado la espalda a la Unión Europea y a una economía globalizada que les está fallando a ellos y a sus hijos.


No solo los británicos están sufriendo. Esa economía cada vez más globalizada, establecida y mantenida por la élite económica del mundo, le está fallando a la gente en todas partes. Por más increíble que parezca, las 62 personas más ricas del planeta tienen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial, cerca de 3 mil millones de personas. El uno por ciento ahora posee más riqueza que el resto del 99 por ciento. Los muy muy ricos disfrutan lujos inimaginables mientras miles de millones de personas sufren pobreza extrema, desempleo y carecen de educación, vivienda, agua potable y seguridad social adecuada.


¿Este rechazo al estado actual de la economía global podría darse en Estados Unidos? Por supuesto que sí.

Luego cuenta lo que vio:

Durante mi campaña para la nominación presidencial del Partido Demócrata visité 46 estados. Lo que vi y lo que escuché demasiadas veces fueron las dolorosas realidades que pasan desapercibidas por la élite política y los medios. En los últimos 15 años, han cerrado cerca de 600,000 fábricas en el país y han desaparecido más de 4.8 millones de trabajos de manufactura bien pagados. Gran parte de este problema está relacionado con acuerdos comerciales desastrosos que animan a las corporaciones a mudarse a países con salarios más bajos.
A pesar del gran aumento en la productividad, la media de los hombres trabajadores en Estados Unidos gana hoy 726 dólares menos que en 1973, mientras que la media de mujeres trabajadoras gana 1154 dólares menos que en 2007, después de ajustar la inflación.
Cerca de 47 millones de estadounidenses viven en la pobreza. Unos 28 millones no tiene seguro médico y muchos otros tienen malos seguros. Millones de personas están luchando con niveles escandalosos de deuda estudiantil. Tal vez por primera vez en la historia moderna, nuestra generación más joven probablemente tendrá un estándar de vida menor que el de sus padres. Aún más alarmante: millones de estadounidenses con una educación deficiente tendrán una esperanza de vida menor que la generación previa pues sucumben ante la desesperación, las drogas y el alcohol.
Mientras tanto, en nuestro país el uno por ciento más rico ahora tiene casi tanta riqueza como el 90 por ciento de los más pobres. Cincuenta y ocho por ciento de todo el nuevo ingreso se está yendo hacia ese uno por ciento. Wall Street y los multimillonarios, mediante sus “súper-PAC” (Comités de Acción Política), pueden comprar elecciones.
En mi campaña, hablé con trabajadores incapaces de ganarse la vida con apenas 8 o 9 dólares la hora; jubilados que sufren para comprar la medicina que necesitan aunque reciben 9000 dólares al año en seguridad social; jóvenes que no pueden pagar la universidad. También visité a ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico, donde el 58 por ciento de los niños vive en la pobreza y solo un poco más del 40 por ciento de la población adulta tiene un trabajo o está buscando uno. Hablemos claro: la economía global no está funcionando para la mayoría de las personas en nuestro país ni en el mundo. Este es un modelo económico que desarrolló la élite económica para beneficiar a la élite económica.

Después de plantear “Necesitamos un cambio verdadero”, Bernie detalla:

Pero no necesitamos un cambio con base en la demagogia, la intolerancia y el sentimiento antiinmigrante que tanto ha prevalecido en la retórica de la campaña de la salida de la Unión Europea, y que es fundamental en el mensaje de Donald Trump.
Necesitamos a un presidente que apoye vigorosamente la cooperación internacional que estrecha lazos entre la gente a nivel global, que reduzca el hipernacionalismo y disminuya la posibilidad de una guerra. También necesitamos a un presidente que respete los derechos democráticos de las personas y que luche por una economía que proteja los intereses de los trabajadores y no solo los de Wall Street, las empresas farmacéuticas y otros intereses especiales.
Fundamentalmente, necesitamos rechazar nuestras políticas de “libre mercado” y movernos hacia un mercado justo. Los estadounidenses no tendrían que competir contra trabajadores en países que pagan sueldos bajos y que ganan centavos por hora. Debemos tumbar el Acuerdo Transpacífico. Debemos ayudar a los países pobres a desarrollar modelos económicos sostenibles.
Necesitamos acabar con el escándalo internacional en el que las grandes corporaciones y los más ricos no pagan billones de dólares en impuestos a sus gobiernos nacionales.
Necesitamos crear decenas de millones de trabajos a nivel mundial, combatiendo el cambio climático global y transformando el sistema energético mundial para que se elimine el uso de combustibles fósiles.
Necesitamos un esfuerzo internacional para disminuir el gasto militar en el mundo y abordar las causas de las guerras: la pobreza, el odio, la desesperanza y la ignorancia.

Y Bernie Sanders es un patriota estadounidense.

Notas

  1. David Brooks, periodista canadiense-estadounidense especializado en política. Escribe en el New York Times y la televisión pública PBS, es conocido por sus puntos de vista conservadores. Fue editorialista y crítico de cine del Washington Times; periodista y editorialista de The Wall Street Journal; editor en The Weekly Standard; realizó contribuciones en Newsweek y The Atlantic Monthly.
  2. http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-36718281
  3. http://www.excelsior.com.mx/global/2016/07/07/1103612
  4. http://www.nytimes.com/es/2016/07/01/bernie-sanders-el-modelo-economico-global-esta-fracasando/
  5. Los Estados Unidos Continentales son los 48 estados contiguos de los Estados Unidos de América, en la parte céntrica de la América del Norte, y el Distrito de Columbia. La definición no incluye por lo tanto Alaska ni Hawái, a pesar de Alaska quedar en el continente norteamericano. Otros términos equivalentes son "Estados Unidos Contiguos" o "Lower 48″.