El olvido es una característica muy típica de los dominicanos.
La corrupción, por ejemplo, se resuelve con el olvido. ¿Cuántos casos no han quedado en los archivos porque ya pasaron de moda? Los Tucanos, por ejemplo, o el famoso desastre de la Sun Land. Por el mismo camino va el de la Odebrecht.
Y así hay cientos de otros grandes casos de corrupción desde la era balagueristas que jamás llegaron a la justicia o simplemente murieron en el olvido mientras los responsables de esos delitos disfrutan bochornosamente de una inmensa riqueza mal habida sin temor a que pase nada. Se burlan de todo el mudo.
El viento se los llevó.
No incluimos aquí los casos en que la justicia ha desestimado las acusaciones.
Al trujillismo también se lo esta llevando el viento. En una encuesta nada científica de un periódico matutino que acostumbra a publicar diariamente la opinión de los lectores sobre varios temas, se hizo la pregunta siguiente ¿votaría usted por Ramfis Domínguez Trujillo para la presidencia de la Republica? un 56% dijo que si y un 44% dijo que no.
La Gallup también arrojo un porcentaje nada despreciable de votantes a favor del mencionado candidato. Un 44% favorece que participe en las elecciones y un 51% esta en desacuerdo. En dos años esto puede cambiar radicalmente gracias al olvido.
Otras encuestas en las redes sociales, nada confiable, le dan a Ramfis hasta un 90% de apoyo, especialmente en el pueblo de donde es oriundo su abuelo.
La misma Gallup dio como resultado que entre los políticos que generan más atracción, después de Abinader, Danilo, Leonel e Hipólito, esta Ramfis Trujillo, por encima de Guillermo Moreno, David Collado, Margarita Cedeño y Miguel Vargas.
Obviamente, se observa un mayor porcentaje de jóvenes a favor de este candidato que aquellos de mayor edad, aunque la diferencia no es mucha.
Los de mayor edad, quizás frustrados por el fracaso de una democracia fallida, carente de principios éticos y dada a perdonar los mas graves delitos de corrupción, botarían por un cambio hacia el pasado, recordando aquellos tiempos de seguridad, respeto y disciplina, que no existe hoy. Pero olvidando lo demás.
Olvidan los crímenes de estado, olvidan a las Mirabal, olvidan las torturas, olvidan el robo y el abuso, olvidan las violaciones de mujeres jóvenes, olvidan a una familia que se adueñó del país y su gente.
Los más jóvenes, por su parte lo hacen porque no conocen ese pasado y porque en las escuelas poco se habla de ese funesto periodo que nos condenó 31 años a una vida de terror.
Todo eso se olvidó. Se lo llevó el viento.
Por eso los presidentes prometen siempre que jamás intentaran reelegirse cuando toman el juramento a su cargo. Pero no pasan dos años y están haciendo campaña para quedarse en el poder apostando a que los dominicanos olvidaran, por el bien del país, aquellas falsas promesas.
Y lo peor es que faltando a su palabra y negándose a sí mismo logran reelegirse.
Aquí se olvida todo. Los secuestros de los que nadie quiere hablar, los asesinatos policiales que no pasan de convertirse en un intercambio de disparos, los narcotraficantes encarcelados que se pierden en la oscuridad como si fueran fantasma y los funcionarios de importantes instituciones, donde las auditorias muestran graves casos de corrupción que quedan simplemente engavetadas.
Qurinito puede dormir tranquilo porque ya nadie lo recuerda.
Todo eso pasa al olvido y por eso se nombran por decreto gente que está en la cárcel o que años atrás cometieron graves delitos que también cayeron en el olvido.
Moraleja: Haga lo que le de la gana porque con un poco de astucia, dinero y buenas relaciones con los que detentan el poder, todo se lo llevará el viento.