Es justo reconocer que Danilo Medina ha tenido una excelente primera etapa de su Gobierno en lo interno, no obstante, en este mundo de hoy no se pueden descuidar las Relaciones Exteriores, o sea, las relaciones con los demás miembros de la llamada Sociedad Internacional.

De acuerdo a lo establecido en el artículo 128 de la Constitución dominicana, el Presidente de la República es quien dirige la Política Exterior del Estado. La Ley 314 del 6 de julio de 1964, que es por la que todavía se rige el Ministerio de Relaciones Exteriores, lo ratifica en su primer artículo.

Es por eso que el Presidente debe enfocarse ya en producir cambios significativos en las Relaciones Exteriores dando a conocer, de manera clara y precisa, con planes de acción definidos, su “Política Exterior” para los tres años que le quedan de Gobierno.

Gracias a que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) cuenta con un excelente equipo de asuntos internacionales, que se reunió en tiempos de campaña de Danilo Medina,  ya las grandes pautas, la intención, la idea general de “Hacer lo que Nunca se ha Hecho” en las “Relaciones Exteriores” ya ha sido planteada.

Primero en el “Plan de Gobierno 2012-2016”, apartado 4.7, titulado, “Un país con presencia en el mundo”, se señala como base para las relaciones exteriores:

“promover una reforma profunda y la profesionalización del servicio exterior”, para lo cual se propondrían hacer desde el Gobierno:

“Revisar y priorizar las labores de las Embajadas y Consulados Dominicanos en el exterior, conforme a una estrategia política basada en el interés de la nación…”

“Aprobar una Ley sobre el Servicio Diplomático y Consular Dominicano, que establezca su institucionalización, profesionalización y racionalización.

Y segundo, en su discurso de Toma de Posesión, el 16 de agosto de 2012, dijo:

“Consolidando nuestra política exterior como herramienta clave para el desarrollo. Nuestra política comercial, nuestra política de atracción de inversiones turística y cultural se sentirá en todo el mundo… Nuestros recursos humanos en el servicio exterior habrán de convertirse en agentes de oportunidades… Esto conlleva una reestructuración del Ministerio de Relaciones Exteriores que incluya la institucionalización, profesionalización y racionalización del servicio exterior dominicano”.

Ahí están las grandes líneas trazadas, sólo tiene que diseñar una clara estrategia y comenzar a cumplir con eso. Pero como todos hemos observado en este año que casi transcurre, el Presidente no ha hecho casi nada, en ese sentido. Tanto ha sido el desdén, la desidia, el desinterés del Presidente en este año con respecto a ese sector, que en su discurso ante la Asamblea Nacional el pasado 27 de febrero, que fue de 10,953 palabras, no mencionó el Ministerio de Relaciones Exteriores, ni las expresiones “Política Exterior”, “Relaciones Exteriores”, ni una vez.

No obstante el tiempo pasó y el compromiso político está saldado de manera que el Presidente está compelido a “Hacer lo que Nunca se ha Hecho”, con las Relaciones Exteriores de la República Dominicana.  ¿Qué hacer entonces? Mis humildísimas recomendaciones son las siguientes:

Procurar que el proyecto de “Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores” que fue aprobado en el Senado, se convierta en Ley, sea promulgada y publicada antes del 16 de agosto. Este es un proyecto muy bueno y llegaría para sustituir la obsoleta Ley 314 de 1964, pero además le permitiría al Presidente comenzar a cumplir con la reforma y reestructuración del Ministerio de Relaciones Exteriores, que prometió tanto en campaña, como en su primer discurso.

Cuando la Ley haya entrado en vigor, comenzar a hacer los cambios en el Ministerio de Relaciones Exteriores, porque aunque el Presidente encabeza las relaciones exteriores, es por medio a  esta institución que se pone en práctica, se coordina y ejecuta.

Los primeros cambios deben producirse en la Cancillería, o sea, en la sede. Sin una sede de Cancillería que funcione bien, con un personal idóneo, profesional, trabajando todos de manera mancomunada, desde el Ministro o Ministra, los Viceministros hasta el más bajo en el escalafón, para desde ahí coordinar y ser un soporte real del Servicio Exterior, no lograremos nada.

Y luego de que la casa esté organizada, viene lo más importante, designar un Servicio Exterior que sirva de equilibrio y complemento a lo que está realizando a lo interno, que en vez de ser una carga económica reporte beneficios por las vías consulares y procurando negocios e inversión extranjera para el país.

Mi recomendación es tener presencia en la mayor cantidad de países del mundo con los cuales haya perspectivas de intercambios culturales, científicos y posibilidades de negocios e inversiones. Se puede tener Misiones Diplomáticas y Consulares permanentes en vez de tener más concurrencias, se deben abrir más embajadas permanentes, pero con menos miembros. Recomiendo comenzar en Asia, donde sólo tenemos embajadas permanentes en 9 países: Corea del Sur, Japón, India, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Qatar, Rusia y Taiwán. ç

Concurrencias, desde India en: Vietnam, Tailandia, Filipinas, Malasia, Mauricio y Sri Lanka; desde Japón en Singapur; desde Israel en Turquía y desde Qatar en el Líbano, para sumar 9 más. Como se constata, sólo tenemos presencia directa e indirectamente en 18 de 48 países que tiene Asia. Necesitamos más presencia, porque las oportunidades de negocios, inversiones y mercados, nos esperan en Asia. Mi recomendación es que esas 9 concurrencias pasen a ser embajadas permanentes. Vietnam ha expresado su interés de abrir una embajada permanente aquí, comencemos con esa reciprocidad. Filipinas, Malasia, Tailandia y Singapur, son Estados importantes, que han ido en ascenso en los últimos años.

Con el Líbano y Turquía tenemos una razón de mayor peso y es esa importante población dominicana que tiene sus raíces allá. A esos, agregamos a Indonesia, Mongolia, Brunei y Kazajistán. ¿Carga para el Estado? No, todo lo contrario, lo que planteo es reorientar el gasto en el Servicio Exterior y demostrar, comenzando en Asia, que las misiones diplomáticas y consulares bien administradas, en vez de ser carga, reportan beneficios. Sugiero abrir 13 nuevas embajadas en Asia, con misiones diplomáticas de tres miembros, que además asumirán los asuntos consulares, altamente calificados y condiciones éticas, que van a servir, no a servirse, lo que agregaría sólo 39 nuevos funcionarios, que es la misma cantidad de vicecónsules que tenemos sólo en New York.

Presidente, si usted cumple con su promesa de campaña, con lo planteado en su Plan de Gobierno, que luego fue reiterado en su discurso de Toma de Posesión, de racionalizar el Servicio Exterior, tendrá recursos para eso y mucho más. ¿Cómo hacerlo? De acuerdo la información que ofrece el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana en su página de internet, el Servicio Exterior dominicano, está compuesto de 732 funcionarios diplomáticos.

Siendo generosos calculamos que cada una de las 45 embajadas que tenemos abiertas en el exterior funcione con 5 miembros, tendríamos una nómina de apenas 225, o sea, 507 menos de lo que tenemos. Los funcionarios consulares son 642 distribuidos en 27 misiones. Siendo conservador, estoy seguro que con 242 funcionarios funcionarían bien nuestras misiones consulares, eso es reconociendo que los consulados que tenemos en EEUU, Haití y España, podrían funcionar con una nómina entre 10 y 15 funcionarios cada uno.

Aun así tendríamos 400 menos de lo que tenemos hoy. Hemos calculado que el país se ahorraría más de 1000 millones de pesos al año sólo en reducción de personal innecesario y ni siquiera es un problema social, porque serían 907 grandes botellas, eso sin sumar otros gastos colaterales que realiza la Cancillería vinculados a este personal innecesario, que dicho sea de paso, no es culpa de los reformistas, porque de acuerdo a datos ofrecidos por el  Canciller Morales Troncoso, la mayoría de ese personal excesivo, pertenece o está vinculado al PLD. Si el impuesto del 1% para las placas de vehículos procuraba buscar 1800 millones de pesos que necesita el fisco, ahí estaba esa fuente para tener eso y más, pero por compromisos políticos, el Presidente no quiso mirar hacia allá.

Estoy casi seguro que el Presidente Danilo Medina hará lo que nunca se ha hecho con las Relaciones Exteriores, comenzando por promover la nueva ley, designando nuevos funcionarios en la Cancillería y luego un nuevo “Servicio Exterior”. El Servicio Exterior tiene la responsabilidad final y táctica de ejecutar la Política Exterior del Estado y de acuerdo a esa nueva Ley, estará compuesta de Misiones Diplomáticas, Misiones Consulares, Misiones Comerciales y  Misiones Especiales.

Como dice una máxima militar, “lo estratégicamente deseable, debe ser tácticamente posible”. Si no se tiene un ejército capacitado, disciplinado, adoctrinado, no importará la genialidad del general y sus estrategias; de manera que si no se tiene un Servicio Exterior, o sea, embajadores, cónsules y todos los demás miembros, trabajando en la persecución de un objetivo nacional, no personal, ni grupal, no tendrán razón de ser nuestras relaciones internacionales, ni servirá de nada que Danilo Medina como Presidente tenga una clara Política Exterior definida.