Quiero llamar la atención de los Ministros de Turismo y Medio Ambiente, y del propio Presidente, para que evalúen nuestra propuesta de desarrollo del Parque Nacional Del Este, respetando y conservando el eco-sistema, para que el parque forme parte integral del desarrollo, y que sea un ente generador de riquezas, es decir, darle un tratamiento de socio, para hacer lo que nunca se ha hecho en el sector más importante de nuestra economía.
Lo que proponemos es la creación de una asociación, a través de un patronato, entre el sector público ( Ministerios de Medio Ambiente y Turismo ), las municipalidades de Bayahibe y Boca de Yuma y el sector privado ( inversionistas y/o propietarios de terrenos ), que tenga el co-manejo del parque con poderes para diseñar un plan de manejo y una zonificación de las áreas de playa y de visitas que asegure la protección y conservación de la flora, fauna y costas marinas. Esta propuesta atraería un turismo diverso, no sólo el de sol y playa, sino también científico y cultural.
Mediante un plan de manejo bien estructurado, planteamos modificar los límites del parque para que se permita el desarrollo de las costas, dejando un kilómetro desde la pleamar hacia el interior del parque y basado en el estudio realizado por la empresa Benchmarc, Inc en el año de 1973, que sirvió de base para la creación del parque, el cual establece dejar las costas libres para uso y disfrute de los visitantes. De igual manera se especificó en dicho estudio la creación de la segunda y tercera etapa con lo que hoy conocemos como Cap Cana y Punta Cana, las cuales no llegaron a concretizarse.
Inmediatamente esto suceda, los terrenos que poseen costas tendrían una plusvalía importante, de las cuales el sector privado estaría en disposición de aportar una proporción para la construcción de una carretera que bordee y sirva de limítrofe del parque, construir senderos hacia las cuevas, manantiales y áreas de observación de aves y reptiles, acondicionamiento de dichas cuevas para observación y estudios de pictografías y enterramientos indígenas. Inclusive, tal vez podría hasta pagarse a los propietarios privados que queden dentro del parque, ya que el Estado no ha pagado ninguno de los terrenos expropiados mediante el Decreto No. 722 del año 1975, y así se eliminaría un pasivo importante que tiene el Estado. En adición a esto, las poblaciones de Bayahibe y Boca de Yuma tendrían un crecimiento cuantitativo y cualitativo que les ayudaría a mejorar sus condiciones de vida. Se mejoraría la calidad de la educación y se crearían escuelas vocacionales y de idiomas.
Está de más recurrir al argumento de que estas nuevas áreas contribuirían grandemente a alcanzar la meta de 10 millones de turistas al año que ha planteado el Presidente Danilo Medina. Es el momento de abrir esas áreas, de promover una modificación de la ley de áreas protegidas para permitir el desarrollo ecoturístico, con ciertas regulaciones para no provocar daños en los parques, y con la ayuda de los propios inversionistas, a través del patronato que tenga el co-manejo del parque, arreglarlo y darle condiciones para que pueda ser visitado, y realmente este ecosistema sea un socio importante del país.