La política es como un iceberg, es más lo que no se ve que lo que se ve.

¿Cuál es el interés de los EEUU y de la Unión Europea de culpar a Vladimir Putin del derribo del avión de la Malasyan Airlines, vuelo MH 17, sobre el espacio aéreo de Ucrania?

Veamos los hechos concretos:

La autoridad aérea ucraniana hizo desviar al Vuelo MH17 hacia el norte, más de 450 kilómetros fuera de su ruta normal, hacia Donetsk, una zona declarada como zona de guerra y controlada por las fuerzas rebeldes pro-rusas.

Existen fotografías satelitales de militares ucranianos uniformados manipulando sistemas de proyectiles Buk, a veinte kilómetros de la ciudad de Donetsk, apenas horas antes del derribo del avión de la Malaysian Airlines. También existen fotografías de dos jets ucranianos volando paralelamente al avión siniestrado, un Boeing 777 idéntico al del Vuelo MH 370 de la misma aerolínea que desapareció el 8 de marzo sobre el Océano Indico con 239 personas a bordo. ¿Desintegrado por misiles o bombardeado en el aire?

Robert Parry, el columnista que destapó el escándalo de los Irán-Contras en la década de los 80s, ha descrito el impacto global producido por los países del bloque de los BRICS (Brasil-Rusia-India-China-Sud-Africa) creando un nuevo banco de desarrollo internacional para los países en vía de desarrollo, con la intención de marginar al dólar como la divisa internacional. Una especie de competencia al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) del cual Vladimir Putin es uno de los líderes principales.

Por otra parte, los países europeos (sobre todo Ucrania) dependen del gas natural proveniente de Rusia. De hecho, se ha estado hablando de proveerles a estos países el gas a través de un oleoducto desde Qatar, atravesando por Siria, anulando así la dependencia europea en el gas ruso. De ahí la insistencia en justificar una intervención militar en Siria, como antes habían insistido con hacerlo en Irán.

Se había hablado también sobre la necesidad de construir un oleoducto desde el Golfo de Ormuz (Irán), a través de Afganistán, como una de las razones de la invasión norteamericana a esos dos países.

Para Afganistán, se creó el cuco de Osama Bin Laden y el pretexto de la demolición de Las Torres Gemelas. Para Irak, el pretexto de que poseía armas de destrucción masiva.

A través del Golfo de Ormuz, que ya suministra la quinta parte del petróleo mundial y que cuenta con una de las reservas de petróleo más extensas del mundo, la Halliburton hablaba de construir un oleoducto subterráneo que abasteciera a Europa de todo el petróleo que iba a necesitar para los próximos cien años. Esa fue una de las razones por las que invadieron a Irak y a Afganistán, porque el oleoducto beneficiaría a esta transnacional y atravesaría por ambos países. Además, Afganistán cuenta con los cultivos más grandes de popíes de opio y de hachís más grande del mundo.

Curiosas “coincidencias: en el vuelo MH17 viajaba el Dr. Joep Lange, el líder mundial de las investigaciones sobre los virus mortales, como el Ebola, el Virus del Nilo y, específicamente, sobre el retrovirus del SIDA. Junto con él viajaban más de cien científicos que se dirigían a Australia para asistir a la cumbre mundial sobre el SIDA organizada por las Naciones Unidas.

Otra “coincidencia” es el hecho de que Malasia es el único país que ha juzgado y condenado, declarándolos “criminales de guerra” a George W. Bush y a su vicepresidente Dick Cheney, junto a su secretario de defensa Donald Rumsfeld, por la invasión a Irak. ¿Serán estos derribos de sus aviones en pleno vuelo una consecuencia directa de aquella condena de hace dos años?

En el fondo de todo conflicto siempre hay intereses económicos que no se ven a primera vista. Como en los icebergs (y éstos se están derritiendo debido al calentamiento global que, a la larga, producirá el hinchamiento  desmedido de los océanos, creando así enormes tsunamis en las zonas costeras).

Lo que no se ve es siempre mucho más de lo que se ve a primera vista.

Ahí está el detalle.