Más doctores, más publicaciones en revistas científicas y más fondos competitivos para investigación son el eje de una estrategia que puede llevar a las universidades nacionales a ser mejor valoradas

Todos los años alrededor de esta fecha varias organizaciones presentan al mundo un reporte donde según un número de parámetros tales como: número de profesores con título de doctorado, número de publicaciones científicas por profesor, número de estudiantes por profesor y presencia en el internet entre otros, se propone un posicionamiento de las universidades a nivel mundial.

En esta ocasión me referiré al posicionamiento presentado por QS WorldUniversityRanking. En el mismo se presentan posicionamientos globales y locales. Por ejemplo, la mejor universidad del mundo según esta organización es el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos y como era de esperarse todas las universidades en las primeras 10 posiciones están en los Estados Unidos o Gran Bretaña. La Universidad Latinoamericana con el posicionamiento más alto es la Universidad de Sao Paulo en el lugar 139 del mundo. Ninguna universidad dominicana aparece en el posicionamiento global.

En el posicionamiento regional, en la subcategoría latinoamericana, el escenario está dominado por Brasil. Dentro de las primeras 25 posiciones Brasil posee 9 universidades (incluyendo la número uno), México 5, Chile 4 (incluyendo la numero dos) y Argentina 4. En esta subcategoría regional, la República Dominicana no presenta universidad alguna dentro de las primeras 200 posiciones. Se hace una mención simbólica de tres universidades dominicanas (sin especificar orden) entre las posiciones 200 a 250.

Estos resultados deben llenar de consternación a todos aquellos involucrados en la educación superior dominicana. Aunque cabe hacer la salvedad que estos posicionamientos no reflejan la calidad de la educación que reciben los estudiantes que asisten a estos centros de estudios. Estos posicionamientos reflejan más bien la calidad y la cantidad de actividad intelectual, científica y tecnológica que se lleva a cabo en las universidades. Esto, indudablemente,estácorrelacionado con la calidad de la enseñanza, pero no escompletamente causal.

En mi opinión,la educación superior dominicana puede mejorar sustancialmente su posicionamiento y colocarse por lo menos en el mapa latinoamericano si se hacen inversiones puntuales en los siguientes aspectos:

–          Deben contratarse más profesores con doctorado. Si no existe el personal en República Dominicana deberá traerse de otros países.Indudablemente, que con los sueldos que pueden pagar las universidades públicas y privadas del país no será posible atraer este talento. Para estos fines el Ministerio de Educación Superior deberá proveer un suplemento económico que permita a las universidades de mayor desempeño traer a estos especialistas desde otros países de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. La actual crisis económica mundial, puede hacer este traslado inverso de cerebros posible. Consideremos el caso específico de España, donde un gran numero de jóvenes, muchos de ellos egresados con doctorados de buenas universidades, están sin trabajo y seguramente estarían interesados en posiciones académicas en otros países como República Dominicana si se les ofreciere un paquete competitivo y con planes claros a futuro. Esto no es nada nuevo, ya que durante los gobiernos de Trujillo, hace ya más de 50 años, esta fue una práctica utilizada muy efectivamente para mejorar la calidad profesoral en los liceos y en la Universidad de Santo Domingo (no era autónoma en ese entonces).

–          Los profesores deben publicar en revistas científicas (journals) de audiencia internacional. Este es un aspecto fundamental para incrementar el posicionamiento de las universidades. Para esto es necesario satisfacer el punto anterior, pero también es imprescindible proveer a los profesores investigadores con laboratorios de investigación adecuados y con estudiantes graduados, es decir, de maestría y doctorado enfocados en investigación. En este sentido el Estado tiene que jugar un papel fundamental y proveer los recursos a las universidades más prominentes y con mayor potencial para crear una estrategia de desarrollo de laboratorios de investigación consistentes con las necesidades de los profesores investigadores que se contraten.

–          Para poder mantener de una manera sustentable los dos aspectos anteriores, el Estado deberá promover la investigación científica y técnica mediante el otorgamiento de fondos de investigación competitivos. Estos fondos permitirán mantener activos los programas de investigación de los profesores y estudiantes, a su vez permitirán desarrollar competencias en los estudiantes que se traducirán en empresas de tipo “start-ups” tecnológicas y científicas que fortalecerán as su vez la economía dominicana al mediano y largo plazo.

La fórmula expuesta anteriormente y resumida en tres puntos, no es inventada por mí, sino que ha sido el eje sobre el cual revuelven y avanzan las universidades estadounidenses y británicas. La misma debe implementarse en el orden expuesto, pues otorgar fondos de investigación antes de poseerel personal adecuado con los laboratorios necesarios no logrará los objetivos deseados.