El gobierno solo no puede impulsar y mantener el orden social con todo lo que conlleva en la estructura, composición, normas, regularización empresarial, orden jurídico, y otros ejercicios para el buen desenvolvimiento estatal. La administración y gerencia debe estar constituida, cimentada y ejercida conjuntamente con los renglones sobre la estructura del régimen, debidamente equilibrado, eficiente, y consolidado en conformidad para el bienestar de la nación.
Es necesario que los ministerios, departamentos y otras áreas del gobierno, tengan visión clara de los deberes, razón de ser, proyectos, metas, e intención y capacidad de cumplir debidamente las obligaciones. Es menester cumplir cabalmente con las deliberaciones, planificaciones, proyectos, e implementar ejecuciones basadas y encaminadas de manera coordinada, a fin de llevar a cabo las prerrogativas para la estabilidad social, el desarrollo, y la positiva transformación de manera sostenida, pujante y justa.
A fin de desarrollar y transformar la nación, es necesario el concurso e involucramiento de toda persona, comunidad, conjuntamente con las entidades de los ministerios, departamentos y otras áreas del gobierno. Las personas, congregaciones eclesiales, asociaciones, empresas, medios de comunicación, sindicatos, organizaciones comunitarias, están llamados a invertir ideas, nociones, tiempo, trabajo, cumplimiento de los deberes cívicos, y acatamiento de los gravámenes tributarios.
Estos deberes son modelos tangibles y pragmáticos con el propósito de proveer estabilidad, y transformación al común de la gente que forma parte de la sociedad. Por otra parte, los miembros de la sociedad deben tener la seguridad, dirección, orientación, apoyo del gobierno en las áreas que corresponden a los que ejercen dirección en los asuntos de autoridad, y conducción administrativa. Deben tener acceso a la educación, asistencia sanitaria, auge cultural, seguridad social, gestiones imparciales de la justicia, libertades inalienables de expresión, respeto a la dignidad personal, y derecho a viajar.
El pueblo en general, y en particular el comportamiento, y acatamiento de los deberes cívicos, morales, vida comunitaria, tienen base en el ejemplo dado en el núcleo familiar; pues, los padres y las madres en el hogar determinarán la manera indeleble del carácter que tendrán los hijos. La formación parental continuará con las personas en posiciones de influencia en la sociedad, sean éstos: maestros, políticos, empresarios, miembros de las fuerzas armadas y la policía, agencias publicitarias, medios de comunicación; todos éstos deberán dar muestras para ser observadas por los entes de la sociedad; pues, el proceder de éstos tendrá influencia efectiva en la comunidad para dar forma positiva de cómo conversar, vivir, e interactuar en la colectividad.
En la Edad Media se decía que: “la imagen de los príncipes y de la nobleza, es emulada por los humildes”. Ahora y siempre podemos decir que los agentes que inciden en la vida para el desarrollo y las transformaciones de la sociedad son necesarios modelos; por tanto, los hombres y mujeres que están situados en centros educativos, ministerios religiosos, medios de comunicación, activistas políticos, miembros de las fuerzas armadas y policías, empresarios, funcionarios gubernamentales, y otras actividades en la sociedad, están llamados a ser los protagonistas de la influencia de cambio, porque son visibles, y pueden ser los auténticos estándares necesarios para co-ayudar a la mejor vivencia en la sociedad.
Es fundamental tener ahora, y continuamente, modelos idóneos de personas que sirvan de ejemplo por su forma de vida, su diáfana conversación, su integridad, y humildad. Es bueno que sean ejemplos y efectivos prototipos para inspirar confianza, y credibilidad. Es primordial insistir en la necesidad de mantener, y estimular la observación de la ética moral y de los reglamentos para la mejor convivencia en la sociedad.
El gobierno no lo puede hacer todo, se necesita el concurso de todas las personas sensatas para servir de ejemplo en el curso del desarrollo y transformación de la sociedad.
A esto añadimos la siguiente evocación: “Conserva siempre el buen juicio, hijo mío, y no pierdas de vista la discreción, pues serán para ti fuente de vida y te adornarán como un collar”. (Proverbios 3:21-22).