Cuando el gobierno norteamericano declara que la violencia en Gaza no es culpa de su decisión de mudar su embajada a Jerusalén, es un acto de ingenuidad o irresponsabilidad. O piensa que somos tontos.
“Aquellos que sugieren que la violencia en Gaza tiene algo que ver con el emplazamiento de la embajada de EE.UU., están sumamente equivocados”, dijo la representante estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, al Consejo de Seguridad. Estas declaraciones aparecen en el Listín Diario.
Al igual que su jefe político, el presidente norteamericano Donald Trump, Haley es tan irresponsable que llega al colmo de culpar de todo lo ocurrido a Hamás y consideró que Israel ha demostrado mucha “contención” en su reacción.
Israel designó a Jerusalén como su capital en 1950, pero la mayoría de los países mantienen sus embajadas en Tel Aviv, para evitar inmiscuirse en el viejo conflicto entre sionistas y musulmanes.
Igualmente, el Congreso de Estados Unidos aprobó la “Ley Embajada de Jerusalén de 1995”, aprobada por amplia mayoría bipartidista en la Cámara y el Senado. La ley establece que “Jerusalén debe ser reconocida como la capital del Estado de Israel y la Embajada de Estados Unidos en Israel se debe establecer en Jerusalén antes del 31 de mayo de 1999”.
Pero para evitar violencia, como está ocurriendo ahora, ningún presidente de Estados Unidos se había atrevido a hacer realidad la legislatura.
En junio de 1980 el Congreso israelí aprobó la “Ley Básica – Jerusalem”, que restauró los derechos y obligaciones de Israel concernientes a la capital. La Ley determinó que los lugares santos de todas las religiones serían protegidos para evitar profanaciones, se garantizaría el libre acceso a ellos y el gobierno se ocuparía del desarrollo de la ciudad, así como de la prosperidad y el bienestar de sus habitantes.
Pero, el caso es que el problema entre judíos y árabes es tan complejo que no se resuelve con leyes o resoluciones de la ONU. Ninguna ciudad del mundo crea tanta polémica como Jerusalén. ¿Cuál es el estatus actual de Tierra Santa? La ONU ha intentado aclararlo reiteradas veces.
¿Qué estatus tiene Jerusalén en el marco jurídico internacional?
Tanto los israelíes como los palestinos reclaman Jerusalén como su propia capital. En la actualidad, toda la ciudad se halla bajo el control israelí. Su estatus jurídico internacional nunca se llegó a aclarar, dice un reportaje del diario El Mundo.
Yo agrego que como a Trump no le importa cuántas personas mueran en el Medio Oriente, ordenó el traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén. Lo humano y lo correcto es que EE.UU., deje sin efecto su decisión de trasladar su embajada a Jerusalén o de lo contrario no habrá paz en la región.