El tema corrupción se ha vuelto un tema tan sensible para la sociedad dominicana, por los cuartos que a diario son sustraídos de las arcas del Estado y sus cifras astronómicas, por lo desmedido y el perfil aberrante en que se hacen estos actos.
Los ladrones de cuello blanco ya no guardan ni las formas, y entre tantos casos y escándalos que semanalmente se ventilan en los medios de comunicación no se produce ni un solo sometimiento y ¿cómo esperar entonces una persecución real contra este tipo de delito?
Lo peor es que esta realidad se ve reflejada en los indicadores de competitividad y transparencia del Estado, convirtiéndose esta situación en un verdadero atentado contra la estabilidad económica del país y su capacidad de negociación e inversión internacional, ¿Quién querrá invertir en un país que ocupe el lugar 139 de 141 países en corrupción estatal y 120 de 141 en favoritismo y corrupción privada? ¿Quizás las mafias del mundo?
Este es un tema sensible que requiere una lucha seria y aguerrida, recuerdo que ya hace 11 años con el tema del lavado y el trafico de drogas sucedió lo mismo, lucha que llevo a la tumba la vida del senador Darío Gómez Martínez y amenazó la integridad física de todos los que en ese momento emprendieron una guerra seria contra el narcotráfico y el lavado.
Leonel Fernández ya lo dijo una vez, pagar para no matar, pero ¿y si no queremos que nos paguen?, ¿y si no somos sobornables? ¿y si somos fieles a nuestros valores humanos? ¿Qué opción le queda al poder? ¿Matarnos?
Hoy sucede lo mismo que hace mas de una década, pero con el tema de la corrupción pública, ahora los intereses económicos de los desfalcadores del Estado se han estructurado en una mafia política que domina todas las instituciones gubernamentales, a fin de garantizar la impunidad de aquellos que siguen siendo los mismo sospechosos usuales, los cuales se creen deidades y no son sensibles a la investigación por parte del Ministerio Publico, estos no cesan en su sed de más dinero mal habido, el cual es la garantía de su permanencia en el poder.
Ahora vemos la arremetida de Hotoniel Bonilla contra el diputado Cristóbal Castillo, quien propone desde la sala legislativa que se enfrente la corrupción con un nuevo instrumento legal, y sale Hotoniel como el diablo ante la cruz a pelear cual gallito con espuelones, de manera desbocada (como es su estilo), en una cruzada contra una persona que hasta ahora no ha dado indicio de robo, sin embargo, llama a suspicacia esta arremetida contra alguien que propone se enfrente la corrupción, pero Hotoniel sale a acusarlo (hoto, hotico, hotonielsito, un procurador acusa en los tribunales, compórtate como abogado una vez en tu vida).
Y al ver este nuevo show del procuradorsaso que nos damos en la DPCA me pregunto ¿no es Hotoniel Bonilla que tiene en su poder más de una veintena de casos que no ha sometido, con pruebas fidedignas de desfalcos contra el Estado (pruebas avaladas por auditorias de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana)? Y esto es otra señal de que lo que se condena es enfrentar la corrupción y no el crimen.
Escándalos van y escándalos vienen, la DPCA parece ser sorda o hacerse la loca, envolviéndose como cómplice de este gran robo mayúsculo que solo tiene un nombre, que lo encarna una banda de malhechores, con ramificaciones en todos los sectores de poder, eso sin descartar el aparato institucional.
Ayer fue Darío Gómez, hoy son el diputado Castillo y el abogado Reemberto Pichardo Juan, este último quien lleva decenas de casos contra el Estado por corrupción, y recibió dos tiros frente a su casa, en un escenario que la policía calificó como un atraco sin ni siquiera haber investigado el hecho ni saber cómo sucedió la situación, cosa que es acostumbrada hacer en la policía cuando se quiere encubrir un hecho delictivo (de ese accionar de la policía hay muchas pruebas en el informe de Amnistía Internacional 2011 sobre la Policía Nacional Dominicana y sus crímenes), mañana quien será ¿quién sabe?.
Leonel Fernández ya lo dijo una vez, pagar para no matar, pero ¿y si no queremos que nos paguen?, ¿y si no somos sobornables? ¿y si somos fieles a nuestros valores humanos? ¿Qué opción le queda al poder? ¿Matarnos?
Es muy claro el mensaje que envía la dictadura moderna que vivimos: No enfrentes la corrupción pues por eso aun mata el Estado, lo que ellos no saben es que estamos dispuestos a correr el riesgo, ¿a ver quién gana? si los ladrones de la dictadura o los ciudadanos que pagamos impuestos y no resistimos a su robo y su facto.
PD: Hotoniel acepta la invitación que te mande por facebook