El uso de los conceptos “bueno”, “malo” y “feo” de este articulo lejos de ser categorías que responden a juicios de valor basados en miradas moralistas de la sociedad y la praxis política, apuntan a un análisis comparado de nuestra cultura política desde el contraste de nuestro modelo societal, la democracia” con las praxis políticas presentes en este contexto pre-electoral y su impacto en lógicas y valores culturales que están construyendo o desconstruyendo la democracia desde la cotidianidad.
En ese sentido, hemos catalogado como “lo bueno”, “lo malo” y “lo feo”, aquellas prácticas que fortalecen, debilitan, oscurecen generando impacto desde estos ángulos. Algunas de ellas son las siguientes:
“Lo bueno”
- Aporte a la ruptura con la tradición del ejercicio presidencial masculino y patriarcal con la presencia de una primera candidatura a la presidencia de la República, caso Minou Tavares Mirabal.
- Contribución al cambio del perfil de las candidaturas legislativas, vicepresidenciales y municipales con referencia a:
- Liderazgo Gay, comunidad GLBT enfrentando así la homofobia desde militancia religiosa-católica-comunitaria, caso Deivis Ventura. Primer candidato a diputado Gay en la República Dominicana
- Liderazgo feminista y del movimiento de mujeres en candidaturas legislativas como es el caso de Sergia Galván y Mary Cantisano
- Intelectuales con reconocimiento social como Andrés L. Mateo y Pedro Catrain
- Personas con trayectoria e incidencia desde la sociedad civil como: Mario Bergés, Guadalupe Valdez, Aura Celeste Fernández, María Teresa Cabrera, Virtudes Álvarez entre otros…
- Personas con algún tipo de discapacidad
“Lo malo” y “lo feo”
- Incremento de la Violencia traspasando la confrontación entre partidos y presentándose en la confrontación entre pre-candidatos y candidatos al interior de un mismo partido.
- Uso de campañas homofóbicas y racistas como mecanismo de posicionamiento público por algunos candidatos.
- Crecimiento del clientelismo-corrupción y su impacto en el modelo del “dinero fácil”.
- Reforzamiento del caciquismo
- Ausencia del debate con contenido que apunte al pensamiento socio-político y a un proyecto de Nación.
- Poca orientación e información sobre las candidaturas y su conexión con el territorio y la representación
- Ausencia de procesos democráticos internos en la selección de candidaturas y su vinculación con el territorio
- Perdida de referentes de contenido ideológico presentes en alianzas izquierda-derecha-extrema derecha en unas mismas estructuras político-partidarias.
Este contexto pre-electoral tiene así un carácter ambivalente. Por un lado las crecientes luchas de poder que abandonaron la confrontación ideológicay se convierten en enfrentamientos similares al caciquismo y las “bandas” que luchan a muerte.En otra cara, candidaturas que promueven cambios en los perfiles de la representatividad política, legislativa y municipal desde la perspectiva de género, diversidad sexual y articulación con los movimientos sociales.
Ojala que los partidos políticos y la clase política dominicana aprenda de este proceso electoral a erradicar las practicas que están poniendo en riesgo nuestra gobernabilidad y nuestra democracia como la violencia, la discriminación social, la agudización de la desigualdad social y el clientelismo que fortalece el “dinero fácil” que deterioran valores como la honestidad, el esfuerzo, la responsabilidad social y el ejercicio ciudadano.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY
tahiravargas@yahoo.es