Daria todo lo que sé, por la mitad
De lo que ignoro.
Descartes.

Con pleno conocimiento de causa y de manera consciente, admito la falta de respeto que cometo, quizás por segunda vez, al referirme a determinados segmentos de editoriales escritos por mi antiguo -no viejo-, profesor de estrategia, Don Miguel Adriano Tejada, como el titulado, “Referéndum italiano y nosotros”.

Al termino del mismo “AM”, mi respetado y admirado amigo escribió: “¿Deseamos tener dos cámaras legislativas? ¿Se debe disminuir el número de diputados? ¿Se debe modificar el procedimiento legislativo? Son tantas las interrogantes que sería interesante abrir un debate sobre las mismas”.

Pero, mí querido profesor… ¿para qué? ¿Un debate como otros tantos que se han llevado a cabo? ¿Dónde un grupo escoge, dirige e impone, aun y la agrupación de entidades aparenten representar diferentes estratos de nuestra sociedad pero, que al final, extrañamente, los “grupos” más poderosos, de manera casi milagrosa, convergen con los que ostentan el poder? ¿Algo así como los “concursos” para hacer edificaciones llamadas a ser escuelas pero sin  maestros y, donde los agraciados son conocidos desde antes del “concurso”? ¿O, algo similar con la “transparencia” en los sorteos que se llevan a cabo en muchas instituciones públicas, donde por igual se conoce desde antes quienes son los agraciados?

Sí, esos mismos que con todo y “transparencia” deben “soltar” el 20% para ser los “suertudos” y después de entregar las mercancías, muchas veces tienen que “dejar caer otro 30%  y hasta un 40%” para poder obtener los cheques o el pago final. ¿Sí, esos mismos que han tenido que suicidarse ante la incapacidad para saldar las deudas contraídas, mientras a otros “dichosos” incluyendo a proveedores del estado, hijos de altos dirigentes políticos a quienes como por obra de gracia, les salen sus cheques hasta antes de entregar la mercancía, sin tener que pagar peaje a nadie?

Y, espero que no sean tan descarados para exigir “pruebas”, porque con los ingenieros suicidados es más que suficiente y claro, que esto no es de ahora, siendo la diferencia que antes no lo justificaban ni santiguaban el proceso, como sucedió con el túnel de desagüe en la avenida Núñez de Cáceres… ¿recuerdan?

No, distinguido profesor, no hay referéndum que valga, porque aun y salga ganancioso para el pueblo, entre los “honorables”, las altas, medianas y enanas cortes, se encargan de revertir la voluntad de la mayoría. ¿Entonces, qué se puede hacer?… ¡Nada! Continuar como borregos “solidarios” hasta que llegue el momento de tanto y tanto mal usar el poder, se arme el “sal pa´fuera y, hasta los “mamandos” se encueven en medio de un mar de lágrimas, llantos, golpes en el pecho y por qué no… ¡Hasta de sangre!

En tanto, nuestros “lideres”, vacíos hasta de vergüenza, continúan con su estulticia, negándose a ver esta cruda realidad que sacude los pocos cimientos que quedan de nuestra institucionalidad como sociedad y como país, sin hablar del elemento principal constituido por la familia. Pero, no hay que lamentarse tanto, vamos a continuar viviendo como hasta ahora, porque lo cierto es que nos mantenemos vivos… ¡Hoy fiesta y mañana gallo! Algo así, como y cuando no podemos cambiar la dirección del viento y, solo nos queda ajustar las velas. ¡Sí señor!