La novela gótica a que hacemos referencia en el título de esta entrega, no es mencionada de modo jocoso. Para quienes no han tenido el privilegio de leer (cosa que recomendamos) esta magnífica obra de Robert Louis Stevenson, es preciso aclarar de qué se trata. La historia de Dr. Jekyll es la de un señor simpático para todos y respetable en la sociedad, que tras hacer algunos experimentos transita a su otro yo, opuesto, en la persona de Mr. Hyde (que se entrega a placeres prohibidos y termina cometiendo crímenes de los que el Dr. Jekyll se siente avergonzado). El tema de la doble personalidad, que plantea el maestro de la narrativa escocesa, nos sirve de metáfora en este intento de aporte analítico. 

El éxito de la pre-candidatura presidencial de Hipólito Mejía no nos toma por sorpresa. Algunos dirán que es fácil hablar teniendo en la mano el periódico de ayer. Sin embargo, habíamos analizado los puntos a favor de esta candidatura y sus aciertos en materia comunicacional. 

No hacemos un juicio de valor, sino una crítica desde la observación profesional. Frente a nuestros deseos de dotar de mayor sustancia a la comunicación política, se imponen los principios de comunicación y, con ellos, la fuerza del "Llegó Papá". Una construcción que no es fortuita, aunque su origen sea espontáneo (nació como bienvenida al político de un grupo de jóvenes en el carnaval). 

"Llegó Papá", con claras e intencionadas mayúsculas, se trata de un producto político coherente con el personaje. Que, sobreponiéndose a su tasa de rechazo, se proyecta como una expresión del paternalismo imperante en nuestro país desde los tiempos coloniales. Esta noción ancla, por tanto, en valores tradicionales y construye su relato como expresión misma de la sociedad dominicana imperante. 

"Digo las cosas claras, digo las cosas como son (…)". Es ahí, en su discurso sencillo y abierto (radial y televisivo), que comunica tanto en la forma de la expresión como en la forma del contenido, donde vemos a un comunicador diferenciado y fuerte.  Identificamos su acierto. Es el Hipólito Mejía del 99-2000, el candidato atípico, que dice lo que la gente quiere oír. Ese trabajador político incansable, simpático, que transmite energía positiva es Dr Jekyll. Un personaje muy lejano de Hipólito, el presidente, que convierte su simpatía en impulsos maléficos y destruye todo lo que su empatía y sencillez han construido, sin importar instituciones ni consensos. El Papá de los últimos meses no se ha tomado la poción (representada en la banda presidencial) y por tanto, a todos, nos llama la atención. 

Como bien señala el colega consultor Melvin Peña, citando a Oscar Santamaría: "en tiempos de incertidumbre la gente se entrega más dócilmente a un líder fuerte, a aquel que tenga las ideas más claras, sean las que sean, y se vuelve más receptiva y vulnerable a discursos patrioteros, populistas, simplistas, puramente emocionales". Esto es que, en la coyuntura que se prepara, podríamos tener una elección acorde con lo dicho. Ante la oferta del oficialismo, en ese esquema, la candidatura de Mejía podría tener éxito. No vislumbramos ninguna opción con capacidad estructural y liderazgo para superarla, más allá del actual presidente, que a todas luces no optará por una re-postulación. 

Papá (Dr. Jekyll) ofrece un discurso diferenciado, con una sistematización coherente de la expresión y una pertinencia entre esta y el contenido. Su discurso, inteligible para todos los receptores presenta condiciones claras de ajuste entre el mensaje y el canal. Si se mantiene en esa línea, Dr. Jekyll, será Mr. Hyde.