Las nubes grisáceas de la duda que presagiaban tormenta producto de las declaraciones imprudentes de algunos políticos acelerados, han comenzado a ceder en el cielo político vernáculo para dar paso a un cielo despejado donde todo comienza a verse más claro.

Se limaron las asperezas iniciales, los nubarrones se fueron y en el panorama se hizo la calma para que la reflexión sobre la conveniencia mutua venciera la resistencia de la testarudez en ambos bandos. De esta manera, las Casandras de los ‘rompimientos’ y los pronosticadores de fracasos se quedaron ya sin margen para especular con sus negros augurios mediáticos.

Mañana lunes, 7 de septiembre, a las 5:00 de la tarde, el presidente del PRD, el Ing. Miguel Vargas, conjuntamente con el presidente Danilo Medina, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), estamparán su firma para sellar un pacto de alianza electoral pro país para impulsar una agenda común de gobierno

La cita para concretar ese acuerdo histórico será en el Gran Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua, y a la misma se les cursó invitación a los miembros de la Comisión Política del PRD, al igual que a los miembros del Comité Político y del Comité Central del PLD. También están invitados los legisladores y alcaldes de ambos partidos.

En el PRD estamos convencidos de que al firmar este acuerdo, estamos siendo congruentes con el discurso que traíamos en la campaña de buscar el bienestar de la nación y con el mismo no nos hemos desviados de ese objetivo

La fuerza mayoritaria de la coalición legislativa, municipal y política proporcionará un buen soporte del programa de gobierno que el presidente Danilo Medina pretende implementar y cuyo cumplimiento vigilará el PRD, pues no nos dormiremos en los objetivos que estaban contemplados en nuestro proyecto de gobierno.

Hay que reconocer que no fue un paso fácil para el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) proceder finalmente a firmar una alianza con sus ‘eternos rivales’ de la política nacional, sacrificando la candidatura presidencial del ingeniero Miguel Vargas Maldonado.

Para mí mismo, dicho acuerdo ha representado el repensamiento y la reformulación de concepciones y criterios políticos, dichos en esta columna, en aras de salvaguardar la integridad del partido en este cruce hacia puerto seguro.

En ese puerto nos espera el“Acuerdo para el Gobierno Compartido de Unidad Nacional”, el cual hará del país un escenario para la concertación en vez de la confrontación; un espacio para la unificación en vez de la división y la fragmentación de los esfuerzos; un lugar para la intercepción y encuentro de pareceres en vez de paralelismos que nunca llegan juntarse en ningún punto.

Dentro del país político todavía hay quienes no logran asimilar ese paso, ya que el mismo representó un viraje completo de timón en la conducción de los destinos del partido más viejo en el accionar político dominicano. En ocasiones históricas, el imperio de la coyuntura impone su dominio para obligar a cambiar la táctica en pro de conseguir la estrategia.

La estrategia del PRD de conseguir el poder completo del Estado para promover los cambios sociales y económicos más demandados por la mayoría, ha tenido la flexibilidad táctica de negociar con los socios del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) una cuota importante del poder, en ausencia de la posibilidad de acceder a la presidencia en estos momentos.

Y es que la política no es una línea recta que se proyecta sin ninguna torcedura hasta el infinito y a veceshay que dar un paso atrás para luego dar dos más hacia adelante. En la que no puede haber ninguna laxitud es en el mantenimiento de los principios sagrados del peñagomismo que rigen el partido. Ello significa que en la concreción del mencionado pacto con el PLD, el PRD no dejará de ser el PRD ni sacrificará la esencia política que lo caracteriza.

En el PRD estamos convencidos de que al firmar este acuerdo, estamos siendo congruentes con el discurso que traíamos en la campaña de buscar el bienestar de la nación y con el mismo no nos hemos desviados de ese objetivo.